Tras consumarse la victoria del Barcelona ante el Betis en un encuentro en el que otra vez Tito tuvo que echar mano de Lionel Messi para sentenciar, el título de Liga llega casi al final del proceso por el que se ha ido tiñendo de azulgrana jornada a jornada.Social Media for Business here
A pesar de que el Real Madrid consiguió, al vencer al Valladolid, retrasar la fiesta que el Barcelona quería celebrar ante su público, la presión sigue estando ahora en el equipo de José Mourinho, que está obligado a ganar todos los encuentros que le restan si quiere mantener algún tipo de esperanzas en una Liga que tarde o temprano acabará cayendo de forma definitiva del lado culé.
Dos días de presión
El próximo choque decisivo se dará el miércoles 8 de este mes de mayo, día en el que el Real Madrid disputa su choque adelantado debido a la final de Copa. Si los madridistas pierden o empatan ante el Málaga en el Santiago Bernabéu, el Barcelona será campeón viendo el encuentro en la televisión ya que los madridistas quedarían a once -en caso de perder- o diez puntos - cuando tan solo quedarían nueve en juego.
En cualquier caso, si el Real Madrid se impusiera al Málaga la presión seguiría estando en el lado blanco al tener el siguiente encuentro el sábado 11 de mayo, un día antes del choque que disputará el Barcelona ante el Atlético de Madrid. Si los blancos caen ante el Espanyol, el Barcelona sería campeón sin bajarse del autobús al no quedar puntos suficientes como para una posible remontada.
Juego de máximos rivales
Mientras que el Barcelona tiene la tranquilidad de saber que le basta con vencer un encuentro -si no hubiera perdido el average contra el Real Madrid le sobraría con sumar un empate-, la casualidad ha querido que entre en juego el morbo para decidir el campeonato de Liga. En caso de que el Madrid ganara al Málaga, sería el Espanyol, rival histórico del Barcelona el que puntuando contra los de Mourinho daría la Liga a los azulgrana. Por otra parte, si en esa jornada el Madrid gana, el Atlético de Madrid podría favorecer a su vecino y máximo rival venciendo al Barcelona, que se vería obligado a retrasar el alirón en caso de que el Real Madrid hubiera ganado sus dos compromisos anteriores.
Los números, que ayudan a clarificar el escenario actual, sin embargo, no parecen importar al Barcelona, que en boca de su entrenador, Tito Vilanova, ya ha hecho una declaración de intenciones: la Liga está más que decidida, pero por si acaso los culés quieren sumar cuanto antes esos dos puntos que les separan del alirón final.
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