José Mourinho siempre se ha definido como un técnico exigente, ambicioso, ganador, que lleva el vestuario con mano de hierro. En los últimos tiempos en el Real Madrid se ha desvivido por ejemplificar estas virtudes en sus comparecencias ante la prensa. Si su equipo perdía, los jugadores tenían que dar más; si tenía problemas con el capitán, lo castigaba indefinidamente en el banquillo; si se cuestionaban sus logros, sacaba papelitos para alabar cada una de sus tácticas, victorias, títulos y afirmaba que ser segundo no era suficiente.
Mourinho no habla, sin embargo, de cómo quedan sus equipos una vez él se ha marchado. No es competencia suya, evidentemente, aunque sí opina cuando le conviene. Por poner un ejemplo, el entrenador portugués aseguró haber "regalado" a Rafa Benítez el Mundial de Clubes que ganó el Inter de Milán en 2010.
Se olvidó el técnico de Setúbal de aclarar las críticas del español, quien le sustituyó en el banquillo neroazzurro y aseguró que la preparación física de la plantilla era mala en la etapa anterior. Tras vencer (0-3) al TP Mazembe africano en la final celebrada en Emiratos Arabes, Benítez arremetió contra Mourinho. "En los dos últimos años el equipo ha sido exprimido y no ha seguido un programa de trabajo en el gimnasio. Estos son los resultados", afirmó refiriéndose a las continuas lesiones que estaban sufriendo los futbolistas.
Aquel fue un mal año para un Inter de Milán que venía de lograr el triplete (Champions, Liga, Copa). Su inicio de temporada fue malo, perdiendo la Supercopa de Europa ante el Atlético (2-0) y sufriendo en la Liga (cinco victorias, cinco empates y dos derrotas en sus primeros 12 encuentros). La plantilla estaba en contra de su técnico. "Después de Mourinho nos sentimos huérfanos", clamaba el público del Giuseppe Meazza.
Rafa Benítez se fue sin terminar el curso, pero los problemas no cesaron en el conjunto italiano. El propietario del club, Massimo Moratti, ha contratado cuatro entrenadores desde la marcha de Mou y los resultados cada vez han sido peores (esta campaña andan octavos y es complicado que consigan una plaza europea).
Futbolistas como Maicon o Sneijder ofrecieron un rendimiento excepcional con el técnico de Setúbal pero acabaron abandonando la entidad tras sufrir varias lesiones y bajar exponencialmente su rendimiento. La caída en picado ha devuelto al Inter a las épocas oscuras en las que ganar títulos era algo excepcional. Una Supercopa de Italia y un Mundial de Clubes (ambos con Benítez) y la Coppa de Italia 2010/11 es todo el bagaje logrado por los neroazzurri desde que Mourinho se fue al Real Madrid.
Algo similar ocurrió en el Chelsea. El luso comandó la época dorada del club londinense –dos Premiers, una FA Cup, dos League Cup y una Community Shield- pero su tortuosa marcha en 2007 sumió a los blues en la depresión.
Avram Grant, Scolari, Hiddink, Carlo Ancelotti, Villas-Boas, Roberto Di Matteo y Rafa Benítez han pasado por Stamford Bridge desde entonces pero el Chelsea sólo ha sumado seis trofeos pese a contar con una plantilla plagada de estrellas en los mejores años de sus carreras. Los Terry, Lampard, Cech, Ashley Cole o Drogba tenían todos menos de 30 años cuando se fue Mourinho.
Grant alcanzó las semifinales de la Champions pero no fue hasta 2009 cuando los blues consiguieron sumar una nueva FA Cup. Luego vinieron la Liga, la Copa y la Community Shield con Ancelotti y el gran éxito con Di Mattio: la soñada Copa de Europa lograda hace unos meses.
Mientras el Inter y el Chelsea post-Mourinho dejan malos augurios para el Real Madrid si se confirma la marcha del portugués a final de temporada, también es cierto que el Oporto siguió por la senda del éxito cuando se fue. El conjunto portugués ha sumado 17 títulos, incluida la Europa League en 2010/11.
Aún así, la primera temporada sin The Special One en Do Dragao se saldó en blanco. Mourinho siempre ha demostrado que, más que un técnico de club, siempre ha trabajado para si mismo.Social Media for Business here
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