Publicado por Emilio V. Escudero el may 11, 2013Social Media for Business here
La imagen del Real Madrid celebrando su triunfo mientras los jugadores azulgranas desfilaban camino del vestuario comienza a ser habitual. Al menos, mucho más de lo que lo ha sido en la última década de casi constante alegría del barcelonismo. La de ayer, fue una victoria que va más allá. Fue un triunfo que no solo permitirá al Real Madrid luchar por su novena Copa de Europa, sino que ahuyentó para siempre los males del pasado histórico y recientes.
Porque no lo olvidemos, el club blanco vivía lastrado por un peso doble que desde ayer no existe. El peso de la historia, que se había ido cargando tras años de fracasos europeos, desapareció con la bocina final, aunque para evitar recoger de nuevo el fardo toca ganar el domingo al Olympiacos.
La otra carga, la del dominio azulgrana en el siglo XXI, la desterró Felipe Reyes, quizá el jugador blanco que más la ha sufrido. El capitán encarnó como ninguno los valores que han hecho de ese escudo el más laureado del mundo. Lo que los veteranos llaman “estilo español”. Alegría en el juego, desparpajo ante las dificultades y corazón. Mucho corazón y fe ante las adversidades.
La derrota supone la enésima decepción azulgrana, que se resiste a abandonar el trono de dominador del baloncesto europeo y nacional. Aunque ayer aún demostraron que por calidad y mentalidad pueden aún ganar a cualquiera, lo cierto es que la gasolina de muchos de los que han hecho grande esa camiseta en los últimos años se va agotando. Justo lo contrario de lo que ocurre en el Real Madrid, donde la juventud es una de las señas de identidad de la actual plantilla.
Lorbek, Sada, Jasikevicius… Todos ellos estaban llamados a hacer mas, como en los viejos tiempos, pero no aparecieron. Los aficionados azulgranas, que ya llegaban con la piel de cordero, se resignaron con la derrota y miran al futuro. Hay tiempo de reconstrucción si se tocan 3 ó 4 piezas, pero mientras eso no ocurra, y a riesgo de pegármela en una futura final de la Liga Endesa, creo firmemente que el cambio de ciclo está aquí. No ya por la calidad de unos y otros, si no por el peso que el Madrid se quitó ayer de encima. Los fantasmas del pasado que por fin desaparecieron y que pueden ayudar a este equipo a volar más ligero. Libre de cargas. La gloria les espera el domingo. No pueden dejarla escapar.Social Media for Business here
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