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martes, 13 de noviembre de 2012

El Real Madrid de Antic, un aviso para el Barcelona de Tito Vilanova

El Barcelona ha alcanzado velocidad de crucero y parece volar plácidamente hacia un nuevo título de Liga. Once partidos después de arrancar la era post Guardiola, el equipo de Tito Vilanova marcha líder en el campeonato con 10 victorias y un solo empate, el cosechado ante el Real Madrid en el Camp Nou. Unos números tan insultantemente buenos que parecen lograrse casi sin esfuerzo, como sucedió el domingo ante Mallorca donde ganó sin más apuros que los propuestos por sus propios defectos. Pero ahí estaba Messi para enmendarlos y situar a este Barça a la altura de dos de los mejores equipos de la historia de la Liga. En concreto, el cuadro azulgrana ha igualado a dos equipos del Real Madrid, el de las temporadas 1968-69 y 1991-92.

El primero de ellos, dirigido por el insigne Miguel Muñoz, terminó campeón de Liga; mientras que el segundo, con Radomir Antic en el banquillo, no fue capaz rubricar con el título el aplastante dominio con el que inicio el campeonato. Y es que el equipo de Antic en la 91-92 tiene el mejor inicio de Liga absoluto con 12 triunfos y dos empates en 14 jornadas. Todo un reto para el Barcelona que le bastaría para superarlo con ganar los próximos tres partidos ante Zaragoza, Levante y Athletic.  

Sin embargo, más allá de los números, el Barcelona tiene una buena piedra de toque en el Real Madrid de Antic. Un ejemplo a evitar de aquí a final de temporada. El equipo dirigido por el serbio pese a acumular victorias con una facilidad aplastante, no terminaba de convencer con su juego y eso acabó por pasarle factura al entrenador que, pese a ser líder de campeonato, vio cómo era destituido a mitad de temporada por el entonces presidente madridista Ramón Mendoza. Su puesto fue ocupado por un viejo conocido de la casa blanca: Leo Beenhakker, que fracasó en el intento de ganar y convencer. Sobre todo, porque no ganó.

El efecto Cruyff

El maravilloso estilo de juego del Barcelona de Cruyff tuvo mucho que ver con todo ello. Pese a ser el líder, el juego del Real Madrid no resistía la comparación con el desplegado por los azulgrana. Esa fue la primera batalla ganada por los de Cruyff, que terminaron remontando la diferencia de ocho puntos que tenían con el eterno rival y se adjudicaron el título de Liga tras el tropiezo blanco en su último partido en Tenerife. Fue el comienzo de una maldición que se repetiría la temporada siguiente. Ante el mismo equipo y en el mismo estadio. Dos Ligas que ‘volaron’ para Barcelona.

No parece, en cualquier caso, que las dudas que ahora despierta el juego del Barcelona vayan a influir en el futuro de Tito Vilanova, que cuenta con el respaldo absoluto del club y, más importante, de todos sus jugadores. Con Leo Messi a la cabeza. Eso sí, Vilanova tendrá que revisar con urgencia los enormes problemas defensivos que acumula su equipo y que le han llevado a encajar 14 goles, solo uno menos que los sufridos por Osasuna, el colista de la Liga. Aún así, la efectividad de cara a portería está sosteniendo a equipo que es el único líder de las grandes ligas europeas junto al Oporto que no conoce la derrota. Algo que, defectos al margen, tiene mucho mérito.      



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