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sábado, 18 de enero de 2014

Miguel Cardenal, la desautorización política y el ninguneo de Barça ...

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La política fue definida por la actividad de hacer posibles las cosas imposibles. La política actual parece empecinada en hacer imposibles las cosas posibles. Hace mucho tiempo que el baloncesto se abocó a la necesidad de la intervención política para su reordenación. La situación no es novedosa sino que se arrastra desde hace varias legislaturas. Urge el acuerdo por una Ley del Deporte, así como también de una más que necesaria Ley de Patrocinio y Mecenazgo. No solo en baloncesto sino también en el deporte español a todos los niveles. Es por esta la razón que todos esperan al papel del Consejo Superior de Deportes en busca de soluciones, han pasado dos años de la legislatura y el papel de Miguel Cardenal ha pasado muy desapercibido mientras que los problemas en el deporte español se acumulan día tras día sin encontrar, por el momento las decisiones.

Esta mañana hemos desayunado con la información de Encestando.es sobre una posible reunión de equipos modestos de la ACB con Miguel Cardenal, Secretario de Estado para el Deporte. La reunión promovida por Jordi Villacampa visiblemente con miedo a la posibilidad de no renovación del contrato de patrocinio de Endesa. Jordi Villacampa ejerciendo el papel de Botones de Juan Carlos Sánchez, desconocedor absoluto de las cláusulas del contrato de Endesa con la ACB. Villacampa sólo observa una situación de caos generalizado, vacío de poder y como se le cerraron definitivamente las puertas para acceder a un puesto directivo en la Calle Iradier. Villacampa, la subordinación hacia un ser superior y el miedo a perderlo todo. De ahí la reunión con el Consejo Superior de Deportes. Lo que Villacampa desconoce es la total desautorización política de Miguel Cardenal por parte de Real Madrid y Barça como figura que reordene el deporte profesional español.

Miguel Cardenal convocó para el pasado 3 de Enero una reunión con Barça y Real Madrid para desbloquear la elección de un nuevo presidente ejecutivo en la ACB. Cardenal ha estado muy alejado de la actualidad política del baloncesto español. Lejos y desconocedor del conflicto, pasivo en cuanto a inquietud para informarse sobre lo que realmente sucedía. De ahí su lentitud de reflejos que le llevó a no saber manejar los tiempos. De ahí a la filtración del documento sobre la situación económica de la ACB una vez cerrado el plazo para la presentación de candidaturas a la pasividad total y absoluta a la hora de consensuar un acuerdo de mayorías una vez elegida la figura de Albert Soler como candidato faltándole sólo dos votos para ser nombrado Presidente Ejecutivo de la ACB.

La autoridad política se puede interpretar de dos formas, una desde el punto de vista liberal dando únicamente protección y tutela de los derechos individuales, otra desde el punto de vista más intervencionista  para garantizar a partir del derecho las medidas necesarias para dirigir a las partes afectadas hacia un bien común. Miguel Cardenal ni ejerció la autoridad política a nivel liberal al inmiscuirse en el proceso de selección de candidaturas ni la ejerció a nivel intervencionista puesto que a la hora de intervenir no tuvo la suficiente valentía para imponer las medidas necesarias en su partido político para obtener el bien común. Y no ejerció la autoridad política porque principalmente Miguel Cardenal no es un político ni tiene el perfil para ejercer de ello. Miguel Cardenal en el deporte profesional se le conoce como “un pobre hombre” para unos, “un abogado subordinado incapaz de imponerse en el partido por el bien común” para otros mientras que en Madrid se le conoce por ser “el pasante de Javier Tebas”, dada la influencia del actual Presidente de la Liga de Futbol Profesional que motivó proponer a última hora el nombre de Mateu Alemany como propuesta de última hora para salvar la posición de todo un Secretario de Estado para el Deporte.

La indefinición de Miguel Cardenal provocó que tanto Real Madrid como Barça lo condenaran a la desautorización política de todo un Secretario de Estado para el Deporte. A la propuesta de Miguel Cardenal ambos clubes emitieron una respuesta negativa aludiendo situaciones más urgentes a resolver. La realidad es que ni Real Madrid ni Barça respetan a Miguel Cardenal y éste al ver la imposibilidad de sentar a los dos clubes más importantes para alcanzar un acuerdo para obtener el bien común impulsó una reunión con los equipos modestos de la liga para recomendarles el desbloqueo de la elección de un nuevo Presidente Ejecutivo en la ACB. El problema parte que esta opción decidida por Miguel Cardenal carece de fuerza, puesto que no ha sido informada la totalidad de equipos de la ACB para reunirse en un foro distinto a la Asamblea ACB.

La elección de un nuevo Presidente Ejecutivo para dirigir la ACB va para largo. No será inmediata ni se esperan avances significativos en las próximas semanas. Ni Barça ni Real Madrid están interesados en ceder de unas posiciones que ahora están más alejadas que nunca en este relato de incordios por ambos bandos en la historia del deporte profesional español y que amenazan ahora con hacer saltarlo todo por los aires. Ahora mismo la ACB sólo tiene dos caminos, la inmolación o la inmolación, ninguno más. Y todo por el empecinamiento de los intereses particulares pero también por lo más grave, por la figura de todo un Secretario de Estado para el Deporte ninguneada por las entidades más importantes de la industria del deporte español perdiendo lo único que no debe perder nunca un político, el respeto y la autoridad política que se le presupone a la instancia política que debe defender los derechos, obligaciones y la actividad del deporte en España.

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