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martes, 2 de abril de 2013

La noche que el Gatasaray se 'pegó' con el Bernabéu

Que los turcos jamás se rinden y no soportan perder lo comprobó el Santiago Bernabéu el 18 de abril de 2001, en el partido de vuelta de los cuartos de la Champions. El Madrid arregló ese día lo que se complicó en Estambul, pero muchos no recordarán que el Galatasaray fue capaz de amenazar a un estadio entero. La segunda mitad de aquel partido fue una tangana en toda regla y los futbolistas otomanos no tuvieron bastante con los enemigos que tenían en el campo. Se hubiesen peleado con los 75.000 madridistas presentes en las gradas. El 'Galata' encendió al Bernabéu en una segunda mitad que pasará a la historia como un feo episodio más propio de la calle que de un estadio de fútbol. Cayeron objetos al campo y los jugadores del Galatasaray los devolvieron a la grada.Social Media for Business here

Los incidentes no ayudaban al Real Madrid, que fue castigado tres años antes por la UEFA con 130 millones de las antiguas pesetas y el cierre de un partido por la portería del fondo sur que se derrumbó. Justo aquel día contra el Galatasaray, los 'ultras' volvieron a su sitio y allí se concentró el lío. El público saltó tras las provocaciones de los turcos, que estaban dispuestos a cualquier cosa.

EL SENTIR DEL VESTUARIO BLANCO

"Nos molieron a palos"

Los futbolistas del Real Madrid comprobaron en sus carnes que los amigos no existen en un campo de fútbol. "Nos molieron a palos". Fue el sentir del vestuario tras un partido en el que saltaron chispas tras el descanso. Con la eliminatoria ya cerrada con goles de Raúl (2) y Helguera, el 'Galata' no se amilanó y peleó hasta el final. Jugó al límite del reglamento y Guti dijo lo que muchos pensaban: "Nos ha costado no caer en su provocación". En ese jaleo también participó el Bernabéu, con el que se atrevieron los jugadores del Galatasaray.

Escándalo
El encuentro se convirtió en una guerra de guerrillas y el público madridista se calentó y también perdió los papeles. Taffarel originó el cara a cara entre once futbolistas y 75.000 espectadores. El guardameta brasileño montó en cólera cuando tardaron en darle el balón desde la grada y fue capaz de rebotárselo al público con un patadón y encararse con algún recogepelotas. Taffarel destapó la caja de los truenos y numerosos objetos cayeron al campo. Uno de ellos dio en la mano de Okan, que aprovechó la ocasión para tirarse al suelo y quejarse de la cabeza. El teatro del turco, de todos modos, no defiende al fondo sur, al que tuvieron que calmar hasta los jugadores del Real Madrid. No se recuerdan gestos así de los futbolistas a la grada del Bernabéu.

EL CASTIGO DE LA UEFA

Dos partidos a Okan por fingir y 7,5 millones de pesetas al Real Madrid

El incidente en cuestión duró casi tres minutos y Emre, el zurdito que fichó este verano el Atleti, devolvió a la grada hasta cuatro objetos que habían caído al césped de algún lugar del estadio. Okan, después de entrar al campo, le dedicó a la afición blanca una peineta como cortesía. "Los turcos son unos guerreros y a nadie le gusta perder", comentó Helguera después de una ducha fría.

El árbitro, Anders Frisk, además de recoger en el acta la caída de objetos al terreno de juego, constó la provocación de los turcos. Esa noche el Bernabéu y el Galatasaray perdieron los papeles y ensuciaron el mayor espectáculo del mundo, ese que se juega con un balón y no se utiliza como arma arrojadiza. La Comisión de Control y Disciplina de la UEFA lo castigó con 7,5 millones de pesetas al club madridistas y dos partidos de sanción a Okan por la peineta que no se colocó en el pelo.

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