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viernes, 17 de mayo de 2013

El cañón del Real Madrid frente a la intensidad del Atlético

Una final con armas de destrucción masiva. El Madrid tiene estrellas letales. El Atlético es un puño cerrado

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Una final de las antiguas, de las que ya no quedan, pero que, por lo que se ve, y afortunadamente, van a volver. Uno de esos viejos Madrid-Atlético y con una Copa en juego. Ya apenas se ven cosas así. [En directo: Real Madrid-Atlético de Madrid, 21.30h]

El Madrid, todos lo piensan, es favorito, por potencial, por dinero, por estrellas, por experiencia y cuajo. El Atlético lleva 14 años sin ganarle y en cada partido, en cada choque, la esperanza rojiblanca siempre renace, indesmayable: esta vez va a ser, pero luego nunca es. No obstante, esto es una final, no un partido liguero, y en una final todo puede pasar, sobre todo porque de las últimas cinco finales el Atlético ha ganado cuatro. Su problema: que es el Madrid y tiene necesidad para que su temporada no sea un agujero negro de enorme tamaño. Cuando un equipo grande tiene una urgencia así, le pasa lo que a un número uno del tenis cuando lo necesita: que te mete un «ace» y te tumba.

El contragolpe, arma letal

Va a ser un partido con ambos equipos exponiendo sus armas, que son parecidas. A ninguno le gusta tener el balón porque sus entrenadores son de aguardar y salir, sobre todo el Madrid, que tiene el contragolpe más veloz del mundo. Los de Mou poseen, además, algo que no tiene el Atlético, y se llama Cristiano. Vale, está Falcao, pero no es lo mismo. El colombiano tiene algún que otro día negro. A Cristiano no se le recuerda, y en una final menos. El portugués se alimenta de eventos como este, partidos que engrandecen su leyenda. CR huele estas cosas, se muestra concentrado, vigilante, atento, y entonces se convierte en un depredador letal. Ni el Atlético, ni nadie, tiene capacidad para frenar a un caníbal de estas proporciones, un tanque que todo lo arrolla a su paso.

No obstante, el Madrid llega con problemas. Tiene un agujero atrás causado por la lesión de Varane, una laguna que Mou habría podido tapar, pero no parece que lo vaya a hacer. Dejará a Pepe en el banquillo y sacará a Albiol. No es mala solución porque es un jugador que siempre responde, pero en rapidez y agrsividad está un escalón por debajo del luso. El problema se ve acrecentado con el estado de Sergio Ramos, que va a llegar al partido con el gancho. Tocado, ha podido entrenarse sólo dos días con el grupo. Afortunadamente para los blancos, es un jugador cuya garra y casta compensa lo que en un momento dado no le pueda dar el físico.

El partido del Madrid está claro: presionar, robar en la medular y entregar a Xabi Alonso para que este enlace con Ozil y Modric (o Di María) y salir en estampida de búfalos. Es un problema para el Atlético porque sus centrales no son excesivamente rápidos. Muy altos y con el centro de gravedad en las nubes, tendrán problemas en velocidad. Sin embargo, el plan rojiblanco va más allá, antes incluso de que el balón llegue arriba. Sin duda, Simeone tiene planeado poner a Diego Costa sobre Alonso, con todo lo que lleva consigo, hierro y lengua incluidos, para sacar de sus casillas al de Tolosa.

Si consigue sacar del juego a Alonso, el Atlético tendrá mucho ganado porque podrá entorpecer la transición madridista. El equipo de Mou es discreto, por no decir mediocre, en ataque estático, y su mejor arma es la velocidad. Si el Atlético logra parar la locomotora en los primeros metros, podrá robar cerca de Diego López y esperar que Turan agarre el balón e invente cerca del área. Allí, con Falcao merodeando, tendrá su oportunidad.

Va a ser un choque muy vivo e intenso, como corresponde a una final, y será muy importante si uno de los dos logra un gol pronto porque marcará el signo del partido. El Madrid tiene a su favor la pegada, que es inigualable, un cañón de primera como CR y la mecha que lo alimenta, que es Ozil. Si el alemán duerme bien, el Atlético lo va a pasar muy mal. Los rojiblancos tendrán que poner mucha intensidad en todo: en el robo, en los marcajes y, sobre todo, en el ritmo del partido.Social Media for Business here



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