El estilo de juego del canterano blanco lo convierte un jugador especial, diferente
Su 'hambre', calidad y descaro lo han llevado a competir seriamente por un puesto en la zona de tres cuartos de un equipo en el que militan hombres de la calidad de Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Ángel Di María, Karim Benzema o Isco Alarcón
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Se suele decir que los canteranos del Real Madrid tienen que tirar la puerta abajo para encontrar un lugar en el primer equipo. Esta afirmación se ha convertido en un tópico. Un tópico equivocado, a veces, pero que en otras ocasiones encierra una relidad que constituye una injusticia. Mucha supuesta clase media futbolística ha encontrado hueco en el equipo blanco sin merecerlo de un tiempo a esta parte. Millones de euros invertidos en jugadores cuya estancia en el club ha dejado a su paso una estela de mediocridad. Quizá, y sólo quizá (es fácil decirlo a posteriori), integrantes de la Fábrica de Valdebebas podrían haber desempeñado su papel, e incluso mejorarlo, a coste cero.
Serían, estos, canteranos de perfil común. Después, están aquellos que lucen descaro y un alto grado de autoconfianza desde el principio. Aquellos conscientes de que en sus botas se halla la calidad necesaria como para manifestar sobre el césped, sin temor a equivocarse, un aquí estoy yo, y he venido para quedarme. Ejemplos de tal descripción fueron en su día Raúl González Blanco, José María Gutiérrez Guti o Iker Casillas. Hoy, lo es Jesé Rodríguez. Pero este canario de 20 años tiene algo que lo diferencia aún más si cabe de mitos como estos: que sus características no se corresponden con las de los actuales diferentes prototipos de futbolista español existentes.La progresión del 'Veinte' madridista apunta a ser meteórica desde ya, siempre y cuando le sea otorgada la continuidad necesaria
Jesé no se asemeja a ningún jugador de primerísimo nivel, de Primera División, internacional y nacido en suelo patrio que actualmente ejerza la profesión. Es distinto a todos, tiene un perfil muy poco común. Quizá, Pedro Rodríguez sea el que más se le parezca, pero el atacante del Barcelona no posee la conducción de balón pegado al pie en velocidad de su paisano, ni es tan completo. El Veinte madridista es un talento en ciernes con un techo muy lejano y, por ahora, no visible. Su progresión apunta a ser meteórica desde ya, siempre y cuando le sea otorgada la continuidad necesaria.
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El Real Madrid es consciente del diamante en bruto, aunque cada vez más pulido, que tiene entre manos. Un joven criado en las categorías inferiores, que confía tanto en su calidad como para no arrugarse a la hora de trabajar con el objetivo de alcanzar la titularidad en una zona de tres cuartos que cuenta con futbolistas de la talla de Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Ángel Di María o Karim Benzema, jamás puede pasar desapercibido. El caso de Isco Alarcón es similar, aunque a éste le acompañan una, de momento, mayor experiencia en la máxima categoría, los 30 millones de euros que la entidad abonó por su fichaje y el proceder de más allá de las fronteras de la Ciudad Deportiva de Valdebebas. O lo que es lo mismo, su condición de no canterano.
Una rápida maduración general
En lo personal y en lo deportivo. Jesé ha madurado enormemente en ambos aspectos desde que se enfundara la camiseta del Real Madrid para pasar a ser miembro de la primera plantilla merengue a todos los efectos. Ya venía experimentando importantes cambios tiempo atrás, especialmente a raíz de la disputa del Europeo sub-19 de 2012 y del Mundial sub-20 de 2013, y a medida que se iba consumiendo la pasada campaña, en la que logró superar el récord goleador de Emilio Butragueño con el Castilla en una misma temporada, anotando un total de 22 dianas en el campeonato de Segunda División, en el cual, además, acumuló doce asistencias de gol en su casillero particular.Jugador más sosegado en la actualidad, ha aprendido a controlar su carácter sobre el campo, un tanto díscolo no hace demasiado tiempo
Jugador más sosegado en la actualidad, ha aprendido a controlar su carácter sobre el campo, un tanto díscolo no hace demasiado tiempo. Ha adquirido una frialdad, probablemente bien asesorado, especialmente por Alberto Toril, extécnico del filial blanco, que le permite pensárselo dos veces antes de caer en provocaciones o llevar a cabo acciones que puedan perjudicar o comprometer al equipo. Ésta también le acompaña en el juego, y le ha servido para perfeccionar su estilo y dotarlo de una mayor cantidad de recursos. Su evolución en lo que se refiere al apartado combinativo está siendo notable, cuenta con una gran facilidad para leer las acciones y, en un amplio porcentaje de ocasiones, elige la opción correcta, aquélla que da continuidad en lugar de frenar o terminar precipitadamente los ataques.
Sin necesidad de salir para luego regresar
Aquellos que en su día comentaron que Jesé no necesitaba adquirir experiencia fuera del Real Madrid, como fase previa a emprender aventura en la cumbre del club blanco, estaban asistidos por la razón. Cuando el talento es superlativo, y más en los casos en que está acompañado de hambre y actitud, éste es un método de desarrollo que pierde su su sentido, su fin último. No había necesidad de analizar el rendimiento del natural de Las Palmas de Gran Canaria en otro lugar. Las cesiones sólo deben realizarse si es menester comprobar si un determinado futbolista puede llegar a adquirir el nivel suficiente como para formar parte de un grupo de élite, por así llamarlo.
Cristiano Ronaldo, un espejo en el que mirarse
Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles con el Real Madrid / Getty
La distancia que los separa es enorme, entre otras cosas porque uno está comenzando su carrera profesional y el otro se encuentra en su máximo apogeo; pero también están unidos por ciertas similitudes de estilo. No se puede negar que Jesé realiza determinados movimientos que recuerdan a los de Cristiano Ronaldo sobre el campo. También existen muchas diferencias entre ambos. Sin embargo, más allá de lo puramente técnico y de que los dos puedan actuar en una serie de posiciones similares, el Veinte debería calcar del Siete su ansia por mejorar, su inconformismo y su fuerza de superación.
El canario lo tiene todo para llegar a ser alguien muy importante en el mundo del fútbol: milita en filas del equipo más importante de la historia, derrocha calidad, tiene hambre y cuenta con la fortuna de poder fijarse en un coloso.
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