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viernes, 8 de febrero de 2013

Real Madrid: Diego López, la simpleza rentable « El Enganche

Por Alberto Piñero, periodista cobertura diaria Real Madrid (@pineroalberto)

El Real Madrid ya tiene portero mientras Iker Casillas esté lesionado. Ya tenía a Antonio Adán y Jesús Fernández en nómina. Tardó apenas dos días en fichar a Diego López. Y toda vez se jugó el partido ante el Barcelona del pasado miércoles, parece claro cuál es el orden de preferencia del actual cuerpo técnico, con el recién llegado habiéndole levantado las pegatinas a los guardametas que ya estaban en plantilla. Y lo cierto es que las sensaciones que dejó su actuación en el Clásico no pueden ser más positivas. Para él mismo, tal y como confesaría en zona mixta escasos minutos después de que finalizase el partido, pero también entre los aficionados y en el seno del propio Real Madrid. Desbarató el disparo de Jordi Alba en las postrimerías (el que apareció en todos los resúmenes), pero sobre todo se destaca el mano a mano que tuvo con Messi en la segunda mitad, y una primera intervención donde evitó males mayores lanzándose con decisión a ras de césped para rebañar el esférico. Misión cumplida. Las expectativas que dentro del propio Real Madrid había puestas en él, y en su fichaje, fueron colmadas en primera instancia.

“Es un buen portero, es madridista y conoce el club a la perfección, ¿qué más se puede pedir?”, dicen voces autorizadas de la entidad merengue, valorando su fugaz contratación. Informes más técnicos que circulan por Valdebebas hablan ya de su depurada técnica bajo palos, su seguridad, su envergadura, su regularidad, su juego por alto, su golpeo de balón y sus óptimos reflejos para la altura que tiene. Otro factor importante para su traspaso, y que ya no todos los porteros del mercado cumplían, era que Diego López conocía la Casa Blanca a la perfección de su paso por el club hace más de un lustro, y que guardaba prácticamente intacta la misma ilusión por defender la meta merengue desde entonces. Por tanto, contratación ideal, sin grandes esperanzas y cumplidor. La rentabilidad de lo simple. Llegó con 18 años al club, entró directo a Tercera División, y aunque fuera cedido al Alcorcón en su segundo curso, el cancerbero lucense dejó tan buenas sensaciones en la pretemporada del verano de 2002 que el hoy todavía técnico del Real Madrid C, José Manuel Díaz, no dudó en repescarlo para la causa. Desde entonces no dejó de crecer, generando la admiración entre sus técnicos, incluido Fabio Capello, el último que tuvo en Concha Espina. Pero también ganándose el respeto y el cariño entre sus allegados, en La Fábrica, que aún guardan un magnífico recuerdo de su paso por el Real Madrid.

Aquel 2004-05 fue el mejor año de Diego López antes de ascender al primer equipo para convertirse en el escudero de Casillas. “Recuerdo que tenía muchísima ilusión. Le echaba muchas horas, muchísimas ganas en los entrenamientos. Era el primero que venía y el último que se iba. Es un porterazo. Es muy buen fichaje”, valora Palencia, que habló para nosotros. “Jugará más o menos en el Real Madrid ahora, pero es muy competitivo, siempre intenta ser mejor, y si no juega, siempre pondrá buena cara. Seguro que sirve para apretarle las tuercas a Casillas cuando éste se recupere”.

“A los defensas, Diego López  les da mucha seguridad. Siempre hablaba, estaba colocándonos permanentemente, siempre metido en el partido, dándonos órdenes, nos metía tensión en los córner como si fueran los últimos de la liga” recuerda Miguel Palencia, otro de los baluartes en aquel glorioso Castilla. “Teníamos un muy buen equipo. Diego López tenía que competir con Codina, pero tardó poquísimo en ganarse la confianza de Juan Ramón López Caro. Fue uno de los pilares ese año. Le veías tan tranquilo en el vestuario, pero luego cuando jugaba se transformaba, si tenía que gritar a alguien, o algo más, lo hacía. Y le daba igual a quién. Ya fuera Jurado, que era el crack de aquel equipo, ya fuera Arbeloa, o yo mismo… ¡Había veces que tenías que pedirle que no se metiera tanto en el partido!”. Entonces lo hacía en el filial blanco. Años después lo sigue haciendo, pero ahora ya en el primer equipo del Real Madrid. Y de momento, como titular incluso este fin de semana en Sevilla, donde ya dudaban de su potencial hace solo unas semanas. Es la palabra de la simpleza. La palabra de Diego.

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