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Di María, el pasado sábado, ante el Granada | Reuters
Una de cal, varias de arena. Di María sigue protagonizando episodios de marcada irregularidad en el Real Madrid y lo hace dejando más señales malas que buenas. El inicio de año ha sido duro para el argentino, muerto, resucitado y muerto otra vez en varios encuentros del conjunto merengue.
Los capítulos extradeportivos que ha protagonizado dejan bastante que desear frente a un rendimiento poco notable en el césped. De ahí que en el club sigan viendo su salida como una opción más que factible, más si cabe teniendo en cuenta que se trata de un jugador con cartel, capaz de dejar en las arcas merengue una jugosa cantidad de dinero.
Hoy el diario Marca afirma que en el Real Madrid estarían encantados de abrirle la puerta, puerta que estaría más que abierta con la salida de Mourinho. Pese a que el luso le ha criticado públicamente en varias ocasiones, en el Bernabéu saben que el entrenador es el mayor protector de Di María. Dicho de otra forma, sin 'The Special One' en la capital (algo que todos dan por cerrado para el próximo curso) dudan de cómo y cuánto sería capaz de jugar sin su valedor en el banco.
Este curso sólo ha completado ocho partidos completos y lejos están ya aquellos días del curso pasado en los que no sólo goleba, sino que asistía con precisión meridiana. Las lesiones y su facilidad para 'desaparecer' de algunos choques no se ven con buenos ojos entre los directivos.
A ello hay que unir sus dardos lanzados en las últimas fechas, especialmente cuando, tras jugar en Mestalla y ser uno de los más destacados, dijo "haber tapado unas cuantas bocas" con su rendimiento. Más de un directivo blanco vio en sus palabras un ataque directo a la zona noble merengue, donde su actitud de constante petición de subidas de salario no han gustado.
Desafortunadamente para Di María, tras aquel partido, su ritmo volvió a bajar. En Granada el propio Mourinho lo acusó de haberse 'borrado' en los últimos minutos con una lesión que no era tan grave como para no poder disputar lo que quedaba de choque a pleno rendimiento. Casualmente, ayer, frente a Suecia, Di María jugó a pleno rendimiento. Ni rastro de dolor. Ni rastro de la lesión.
Este cóctel es el causante de un divorcio que, dependiendo de futuros episodios, podría ir a mayor. La solución pasa, por lo tanto, por la venta del jugador. PSG y Manchester United estarían interesados en sus servicios. El precio podría rondar los 35 millones de euros.
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