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Cristiano Ronaldo durante un partido de Liga | Reuters
La renovación de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid empieza a encontrarse con más obstáculos de los inicialmente previstos. Los principales afectan al jugador. El luso, además, de pedir la cesión del 100% de sus derechos de imagen, ha elevado de 15 a 18 millones limpios sus exigencias de salario anual. Sin embargo, el club de Chamartín también empieza a gestar dudas sobre si es realmente conveniente mantener a su jugador estrella. Dudas que versan sobre su rendimiento futuro y que hacen que los blancos se lo piensen.
Y es que en el palco merengue consideran que Cristiano es lo que es, en parte, por su físico superdotado. Una cualidad que, estiman, empezará a perder con el paso de los años y que pondría en riesgo su capacidad para ser determinante a partir de una determinada edad. ¿Cuál? Ésa es la principal incógnita que ronda la cabeza de los blancos.
Con 27 primaveras, el luso se encuentra en un momento dulce. Su contrato con los blancos finaliza en 2015 cuando tendrá 30 años, momento en el que, a priori, debería comenzar el declive físico del luso. Así pues, desde entonces, ¿cuántos años más podría estar Cristiano en la élite del fútbol al nivel actual? ¿Uno, dos, tres? Ésta es la duda que hace que el Real Madrid se lo piense.
Dicho de otro modo, en el Bernabéu existe el temor de que se le prolongue el contrato por dos-tres campañas más y que sea entonces cuando el luso deje de ser competitivo. Hay miedo, en resumen, de que Cristiano se convierta en una suerte de Kaká, un jugador que, iniciado el declive físico, deje de ser un hombre importante para convertirse en un futbolista más.
Teniendo en cuenta que los términos económicos que se manejan son elevados, el matiz parece importante. No es igual pagar 15-18 millones netos por temporada (24-32 en conceptos brutos) por un jugador referencia que por un jugador que no aporte demasiado.
Esta reflexión está llevando a crear una nueva corriente de opinión interna en el seno de la entidad blanca: la de hacer negocio con el luso antes de que su declive empiece a devaluar el importante producto que es hoy en día.
Si los blancos consiguieran vender a Cristiano justo a tiempo, justo en el momento en el que su rendimiento comenzase a decrecer, la operación de CR7 sería redonda. Habrían logrado tener a uno de los mejores jugadores del mundo durante sus mejores años y lo habrían vendido a tiempo por una cifra que siempre sería mayor que la de los 90 millones que costó en 2009. Operación más que amortizada y rentable. Operación perfecta.
Sea como fuere, y más allá de estas dudas, las intenciones blancas siguen siendo las de prolongar el contrato del futbolista en salario y duración siempre que los términos sean 'razonables', es decir, siempre que no conviertan esta renovación en un paso arriesgado, como algunos sectores consideran que sería hacerlo según los deseos actuales del jugador.
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