La mejor versión de Kaká, la del futbolista de poderosa zancada que gana metros sin despegar el balón del pie, volvió a lucir ayer en el Santiago Bernabéu. El canarinho, que partió como titular frente al Rayo Vallecano, respondió a la confianza de José Mourinho y firmó un partido notable que sirvió para ilusionar a una grada que ya había perdido casi todas las esperanzas.
El mediapunta se mostró brillante en la creación de juego, pero también resultó llamativa su capacidad para cerrar espacios y para esforzarse en la recuperación de balón, dos cualidades que resultan indispensables para mantenerse en los planes de Mou.
La enésima resurrección de Kaká, un futbolista que ha contado con innumerables oportunidades que no ha sabido aprovechar, tiene mucho que ver con una evidente mejoría física que le hace sentirse mucho más ágil y ligero sobre el terreno de juego. «Me siento más ligero, consigo hacer cosas en el campo que antes no me salían», reconoció el propio jugador nada más acabar el partido.
Aunque parece muy complicado que regrese aquel centrocampista que ganó el Balón de Oro en 2007, el Real Madrid espera que el brasileño repita actuaciones como las del pasado fin de semana para así evitar que su caché siga desplomándose con el paso de las semanas. «No está siendo un periodo fácil para mí, pero cada vez estoy más fuerte mentalmente. Quiero triunfar aquí. Dije que estaba dispuesto a encontrar una solución para el club y para mí, pero al final no llegamos a un acuerdo», concluyó.
Juan C. Navarro
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