Manel Bruña | Madrid 20/02/2013 11:34
El Real Madrid es un auténtico polvorín al que sólo le hace falta una mecha para saltar por los aires. Ahora mismo, nadie en el club va a encender esa mecha, pero como el 5 de marzo, los blancos se queden sin optar a ningún título, la que se puede liar va a ser de las que hacen época.
El Madrid se juega en una semana toda la temporada y eso ha provocado que en estos momentos se viva en el seno del equipo, de la entidad una paz un tanto forzada para que nada ni nadie perturbe esa tranquilidad.
De puertas hacia fuera, todo el mundo en el Real Madrid dice que todo va bien, que hay unidad y que todos están concentrados en superar esa semana plantándose en la final de Copa a costa del Barça y seguir en la Champions dejando fuera al Manchester United.
Otra cosa es lo que pasa en las bambalinas. Ahí, no hay tanta unidad como se quiere vender. Se ha demostrado con el episodio de Sergio Ramos y su respuesta a Mourinho que le acusó de fallar en el gol del Manchester United en el Bernabéu.
Según quien habla, no ha pasado absolutamente nada, siguen las buenas relaciones entre Ramos y Mourinho, pero hay otros que explican todo lo contrario, que el defensa está un tanto molesto –bastante, vamos– porque nadie del cuerpo técnico le ha dicho nada a la cara sobre ese episodio.
No es Sergio el único jugador que está mosca con Mourinho. Los otros son Benzema, Higuaín y Marcelo. Los tres están por encima de su peso y el técnico les ha culpado a ellos de ese sobrepeso porque, a su parecer, es lo que ha provocado su baja forma.
De momento, ante el Rayo, Morata dejó a Benzema en el banquillo cuando parecía que iba a ser titular por la sanción de Higuaín. El sábado en Riazor, eso se podría repetir y los dos delanteros se quedarían en el banquillo.
En el caso de Marcelo, su larga lesión ha sido clave para su actual estado de forma, pero el hecho de hacerlo jugar ante el Valencia en Copa sabiendo Mou como estaba sonó a dejarlo en evidencia para beneficiar a Coentrao y, claro, eso no ha sentado nada bien en el equipo, al menos a una parte.
A todo esto hay que sumar los antiguos episodios que ha tenido Mourinho con otros jugadores de la plantilla como Ozil y Di María. Con el que ya no tiene es con Casillas al que poco menos que le considera su enemigo número uno en la plantilla.
La lesión del meta le ha venido como anillo al dedo al técnico para poder fichar a otro portero, en este caso Diego López, dejando a un lado a Adán que ha pasado de sentar a Casillas a quedarse en la grada. Vamos, que ni el meta canterano está contento con Mourinho.
Cristiano y su renovación
De momento, lo único que aguanta la tranquilidad en el Real Madrid es los enfrentamientos ante Barça y Manchester United de la próxima semana y, por supuesto, los goles de Cristiano Ronaldo. El portugués es la base de este equipo y la intención del Madrid es renovarlo aumentándole considerablemente la ficha.
El jugador está por la labor, pero tanto la entidad como el propio futbolista no quieren hacer nada hasta que pasen los partidos de la próxima semana. Incluso hay gente dentro del club, empezando por el propio Florentino Pérez, que prefiere anunciar las renovaciones a final de temporada, pero como se tuerza la cosa la semana que viene, que a nadie le extrañe que la renovación de Cristiano se anuncie pocos días después.
Todo sea para que la batalla, la guerra que habrá en el Madrid si hay debacle tenga el menor impacto posible. Y es que Florentino ya se está moviendo para atar a jugadores de cara a la próxima temporada.
La intención del presidente es presentarse ante los votantes con varios cracks debajo del brazo aunque no haya elecciones y por su cabeza no pasa en estos momentos desprenderse de Cristiano. Bale podría ser el primero en convertirse en jugador blanco y David Silva tiene muchos números para acabar en el Bernabéu.
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