El que vamos a vivir es, sin duda, un momento emocionante. Para mí, como presidente, el más entrañable y el más profundo de todos los que vivimos a lo largo de la temporada. Sin duda alguna, es un inmenso orgullo y un ejemplo de lealtad para la gran familia madridista el que todos vosotros hayáis vivido, con tanta pasión, una fidelidad a nuestro club durante 25, 50 y hasta 60 años.
Durante todo ese tiempo el Real Madrid ha formado parte de vuestras vidas, y durante todo ese tiempo vosotros habéis estado al lado de un club, que ha llegado a ser lo que es por socios y aficionados como vosotros. Habéis mantenido una lealtad inquebrantable en los triunfos y tiempos de dificultad. Durante todos estos años habéis mostrado vuestro apoyo firme y hoy sois un ejemplo de apoyo, estímulo y entrega. Unos valores que resultan clave para el presente y el futuro de nuestra institución. Por todo ello, quiero que sepáis que este es un acto de reconocimiento a esa lealtad y pasión que habéis tenido por el Real Madrid. Vuestra lealtad y fidelidad a nuestro escudo, os convierten en auténticos símbolos de los valores esenciales de nuestra historia.
Por eso hoy vivimos un día de gratitud. Lo habéis dado todo por el Real Madrid y por ello, hoy y ahora, os agradecemos esa entrega y compromiso. Vosotros formáis parte del mejor club de la historia, un reconocimiento de la FIFA a nuestros triunfos deportivos, pero también a una cultura madridista, a una forma de entender el fútbol que está basada en unos códigos y valores, que vosotros conocéis perfectamente.
Son muchas las causas por las que este club ha sido elegido como el mejor del siglo XX y el más universal, pero sólo cuando formas partes de esta entidad es cuando te das cuenta de la enorme grandeza de su historia. Esta frase es de Alfredo Di Stéfano, nuestro presidente de honor, y resume a la perfección 110 años de fútbol, de trabajo por la excelencia y de continua búsqueda de la victoria. En todos estos años, nada hubiera sido posible sin la fuerza de socios y aficionados como vosotros.
Como bien sabéis, gran parte del mundo está viviendo tiempos de extraordinaria dificultad. La crisis golpea prácticamente en nuestro país en todos los sectores, y eso obliga a que nuestro club tenga que trabajar con más firmeza, con más intensidad, con más creatividad y con una máxima responsabilidad. Para muchos que hoy sufren, les puedo decir que el Real Madrid se ha convertido en su gran ilusión. Sé muy bien que vuestros sueños y vuestros deseos son los que construyen esta institución y como socios sois los garantes de nuestra identidad. Hemos trabajado hasta aquí todos juntos para que ese destino os pertenezca siempre. En estos tiempos difíciles y complejos debemos reafirmarnos en esa voluntad que siempre nos ha caracterizado. La de ser un club que busca siempre lo máximo y donde los socios, y sólo los socios, deciden el rumbo a seguir.
Por eso decimos con firmeza, que el Real Madrid es únicamente de sus socios. Y que ese rasgo de nuestra personalidad como club debe de ser sagrado. Quiero deciros que este acto tan entrañable a mí también me lleva a la reflexión. Recuerdo las razones por las que me presente a la presidencia del Real Madrid, y les puedo decir que fundamentalmente fue una, que el Real Madrid nunca deje de ser de sus socios.
Vivíamos, como todos sabemos, una etapa difícil, sobre todo desde el punto de vista económico. La superamos, como otras veces ha pasado a lo largo de los 110 años de historia. Y la superamos gracias a vosotros, gracias al apoyo y a la unidad que recibí de todos vosotros, ya que mi único objetivo era no perder nuestra identidad. En aquel momento pienso que fui intérprete de los deseos de los socios del Real Madrid. Hoy puedo decir, que con un gran esfuerzo colectivo superamos una de las etapas más difíciles de nuestra historia.
Hoy somos más fuertes, gozamos de una gran estabilidad económica y de una gran serenidad institucional. Cuando me reúno con los socios más antiguos, que lo hago una vez al año, aquellos que se hicieron socios en los años 30 y me cuentan sus vivencias de casi 80 años de madridismo, me siento muy orgulloso de ser vuestro presidente y de trabajar por este sentimiento tan profundo como es el madridismo. Me alegro de poder ser vuestro presidente y de poder respetar, junto a vosotros, el legado recibido.
Pero no sólo la situación económica es básica para nuestra independencia. Mirad, este es un club muy importante, es el más importante. Es una marca universal de una gran potencia y arraigado en algo tan íntimo como son los sentimientos. Es lógico que existan personas que quieran influir en él, y también me parece comprensible, pero tenemos que afirmar, desde el cariño y el respeto, que si hemos llegado hasta aquí después de 110 años de historia, con nuestra propia identidad, es porque tenemos el orgullo de querer dirigir nosotros nuestro destino. Yo soy el presidente del club y mi único poder es el que vosotros me otorgáis. Y sé muy bien que hay una línea infranqueable, que nunca dejareis traspasar a nadie y es la de ser dueños de nuestro destino.
A lo largo den nuestra historia, hemos vivido dificultades muy serias, pero siempre hemos sido capaces de sortear riesgos que ponían en peligro la identidad de nuestra institución. Hemos tenido experiencias tristes que nos han obligado a hacer frente a quienes consideraban que podían manipular la vida de este club. Y les hemos demostrado que aquí las decisiones las toman los socios, que son los únicos dueños del Real Madrid.
Santiago Bernabéu, la gran referencia del madridismo, comentaba que el Madrid es el equipo de los ricos, cuando la verdad es que la base está entre aquellos que construyeron el estadio. El Real Madrid es un club absolutamente popular, decía. El Real Madrid es el equipo del pueblo, son los títulos los que le han hecho señor. Porque somos el club de referencia a lo largo de la historia del fútbol. Por eso el Madrid siempre está en el centro del escenario y siempre como gran centro de atención. Debemos tener claro, y enorgullecernos por ello, que todo lo que ocurre al Real Madrid es observado milimétricamente.
Por eso Santiago Bernabéu apelaba a la unidad del madridismo, y esa es una de las claves en la que no podemos fallar, la unidad. Todos queremos un Real Madrid fuerte y poderoso, y nuestra principal herramienta para ello es que, dentro de la lógica pluralidad, mantengamos esa unidad inquebrantable. Unidad que nos ha servido, y nos debe servir, para lograr esa estabilidad institucional, imprescindible para lograr la victoria y seguir siendo independientes.
Todo lo que hemos conseguido a lo largo de la historia ha sido gracias al espíritu de superación permanente. A ese inconformismo que nos hace ganar y querer volver a ganar sin descanso. Nuestra identidad no nos permite otra cosa que seguir luchando para aumentar un palmarés, que sigue siendo único en el mundo del fútbol.
Hemos construido un equipo de ensueño. Un equipo espectacular, donde juegan varios de los mejores jugadores del mundo, con capacidad, talento y entrega para lograr todos los desafíos. Tenemos el mejor entrenador del mundo, con una trayectoria impresionante y con la exigencia como norma de comportamiento. Ha tenido que soportar ataques y descalificaciones desproporcionadas e injustas, y algunas de ellas que afectan a la dignidad de la persona. Desde aquí, José Mourinho, mi reconocimiento, mi confianza en tu trabajo y mi cariño.
Un equipo, que ha conquistado, hace tan sólo unos meses, la que para muchos es la mejor liga de todos los tiempos y batiendo, además, todos los récords. Ya esta temporada, nos ha hecho felices ganado el primer título en juego, una Supercopa de España, que nos indica el camino a seguir. Porque, como muy bien sabéis, para el Real Madrid no hay metas inalcanzables. Cosa que también saben nuestros jugadores y nuestro entrenador. Y también ellos saben y son conscientes, y perciben, la enorme, la inmensa presión, que significa formar parte de este club donde se busca la perfección. Pero también sienten vuestro cariño y vuestro afecto de una manera constante.
No quiero olvidar tampoco la trayectoria de nuestro equipo de baloncesto, sin duda hemos recuperado una buena parte de la magia que caracterizaba la historia blanca en este deporte. Una Copa del Rey, ganada en un partido perfecto, y una Supercopa, conquistada ya esta temporada, demuestran que podemos volver a soñar gracias al trabajo de Pablo Laso y a unos excelentes jugadores con mucha hambre de títulos.
No olvidéis, que pase lo que pase, trabajamos siempre para intentar ganarlo todo, más allá de las dificultades que esto implique. Y sé que vosotros estaréis al lado de nuestros equipos, como lo habéis estado durante todos estos años. La unidad nos ha ayudado a convertirnos en el club de referencia a lo largo de la historia. Vuestros 25, 50 y 60 años de lealtad, nos han permitido una estabilidad institucional de la que os podéis sentir orgullosos. Vosotros sois la base, la fuerza y la esencia del Real Madrid junto a nuestros valores. En el Real Madrid caben todos, aquí no hay diferencias entre ideologías, nacionalidades o culturas. El Real Madrid no tiene fronteras, es universal y la diversidad y pluralidad de sus socios hacen aún más grande y más fuerte ese vínculo de unión madridista.
Ahora sí, me gustaría recordaros que somos herederos de la mejor historia del fútbol, y esa historia la transmitimos con orgullo de padres a hijos, en la seguridad de que será la fortaleza que les guiará también, a las nuevas generaciones de madridistas, a defender con ahínco nuestra identidad.
Como presidente, gracias en nombre del Real Madrid, por vuestra lealtad sin límites y sin condiciones. El Real Madrid no sería el mismo sin vuestro esfuerzo, sin vuestra entrega, y sin vuestras emociones y fidelidad. Vosotros sois y seréis el motor y el impulso, que nos hará seguir creciendo en busca de esos desafíos que forman parte de nuestros sueños.
Gracias a todos y, por supuesto, feliz Navidad para todos vosotros y para todas vuestras familias