Caían unas gotas en Balaídos y el Madrid salió en tromba a buscar el gol desde el primer minuto, para evitar sustos como el de Valladolid. Di María en el minuto uno ya había hecho el primer tiro. El monólogo continuó durante los primeros compases del encuentro, pero cuando Park tuvo la primera con un acrobático, las dudas volvieron a la defensa del Madrid.
La lluvia empezaba a caer con fuerza sobre Vigo con fuerza y ese no era el único inconveniente para el Real Madrid. Benzema hincó la rodilla en el césped de Balaídos doliéndose del tobillo y no pudo continuar. Callejón sería el encargado de poner en dificultades a la defensa del Celta.
Antes del descanso, la lluvia ya se había convertido en diluvio. Sobre ese terreno se mostraba más cómodo el Celta. A los jugadores del Madrid parecía que les empezaba a pesar las botas, defensores y atacantes estaban cada vez más separados. El Celta lo aprovechó para meter al equipo blanco en su área y rondó el gol en dos centros de Krohn Delhi.
Era lo que necesitaba Pepe para arengar a los suyos y pedir más intensidad, necesitaba el descanso el Madrid, esperar condiciones más favorables en la segunda mitad y que Mourinho se decidiese a dar entrada a alguien que compactase el equipo.
Entro Ozil por Di María pero el panorama no cambió. El chaparrón había cesado, pero los trozos de césped salían volando cuando algún jugador intentaba alguna filigrana. El Celta optó utilizar las armas del Madrid y lanzaba contras con velocidad. Lago, Mallo y Aspas estaban desquiciando a la defensa blanca, que estaba aguantando el tipo gracias a Pepe.
No siempre iba estar fino el portugués y en un centro raso Krohn Dehli hizo aguas toda la zaga blanca. Vieron que el balón iba para Park, situado en fuera de juego, y se desentendieron del balón esperando que el linier subiese la bandera. Cuando se dieron cuenta el balón estaba en el fondo de la portería de Adán. El surcorerano dejo pasar la pelota y Mario Bermejo entró desde atrás para poner el uno a cero a favor del Celta
Movió el banquillo una última vez Mourinho buscando desatascar el empantanado juego de su equipo. Kaká estaba ante su enésima oportunidad y el técnico del Madrid ponía a todos sus jugadores de toque sobre el terreno de juego.
Todo fue en vano porque a la zaga le faltaba intensidad. En un saque de banda a favor de los de la capital, Pepe y Xabi Alonso se hicieron un lio y el balón acabó en las botas de Bustos, que también acababa de entrar. El alicantino se vio con espacio y soltó un misil ante el que Adán no pudo hacer nada, pese a una buena estirada.
Retiró Herrera a Mario Bermejo y metió a Vila. Parecía un buen cambio, viendo lo cansado que estaba el delantero, pero el trabajo que estaba haciendo al secar a Alonso no lo hizo Jonathan y dio vida al Madrid. En la primera acción del vasco se la puso a Cristiano y el portugués marcó para dejar la puerta abierta para la vuelta.
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