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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Modric empieza a generar dudas y los directivos del Real Madrid ...

José Mourinho lo vio claro. En el palco del Santiago Bernabéu, también. El Real Madrid no está bien, no encuentra el juego que le llevó a dominar la pasada temporada. Ese contragolpe que no encontraba freno alguno en los rivales, no aparece por ningún lado por más que Mourinho intenta encontrar la pareja idónea. El técnico decidió sentar a Modric en el descanso del partido ante el Borussia Dortmund ante la falta de ritmo y de control de la situación que no llegó durante esos cuarenta y cinco minutos iniciales. En su lugar entró Essien, que demostrando su profesionalidad pese a su delicado estado físico, salió y dio el ritmo que el balcánico no es capaz de dar al juego del equipo blanco.

El croata no termina de coger el aire a esa posición de mediocentro puro que apenas pisó durante su estancia en la Premier. En la zona noble, los análisis de unos y otros coincidían. "No tenemos centro del campo. El equipo no tiene ritmo y Modric está perdido en el centro", afirmaban algunos directivos al mirar el marcador y comprobar que el equipo blanco no es el de la pasada temporada.

Los focos empiezan a señalar a Modric que, salvo algún que otro destello, no está justificando el desembolso hecho por el Real Madrid: 30 millones de euros más incentivos que pueden elevar la cifra hasta los 35 millones. El ex del Tottenham vivió un verano raro, extraño, sin apenas entrenar y al llegar al club blanco se vio en una posición extraña para él. Mourinho, máximo y único responsable de su llegada al club blanco, decidió que la posición que quería para el croata era la de mediocentro. Bien junto a Xabi Alonso, bien junto a Khedira, lista a la que después se añadió Essien. La consecuencia no es otra que la de un Modric desconocido, sin ritmo ni sitio en el terreno de juego. 

Las señales que emite Modric no hacen sentirse optimistas a los responsables de su fichaje. La sombra de Cazorla y el rendimiento que está ofreciendo en el Arsenal juegan en contra con el rubio centrocampista. Mourinho, al hacerle jugar tan lejos de su zona de influencia, quiere de él que además de claridad en el juego aporte intensidad, algo que parece complicado debido a su manera de entender el fútbol y, sobre todo, a su físico. Cierto es que el técnico madridista busca versatilidad en sus fichajes pero, tal y como ocurrió con Coentrao al que colocó hasta de mediocentro, al final los jugadores terminan desubicados, fuera de sitio dentro del esquema de juego. Modric lo está intentando,pero su juego no invita al optimismo.

Los números no mienten: Khedira es vital

Mourinho criticó a la prensa días atrás por señalar la ausencia de Khedira como uno de los factores al bajón físico y de juego del equipo madridista. Los siempre fríos pero certeros números señalan que en dos de las tres derrotas y en los dos de los tres empates que el Real Madrid ha cedido en lo que va de temporada, el alemán no ha pisado el terreno de juego o, como ocurrió en Dortmund, a los quince minutos tuvo que abandonar el partido. Sí participó en la derrota ante el Sevilla y en el empate en el Camp Nou. El centrocampista se ha convertido en fundamental en el juego del once blanco. Con Khedira en el campo, el Real Madrid hace el campo más largo. Su presencia física ayuda a que el equipo crezca, que el robo y la salida del balón sea mucho rápida que cuando él no está sobre el césped. Discutido, señalado, el internacional alemán se ha convertido en imprescindible en el juego y en el planteamiento de Mourinho. Sin él, el Real Madrid es más vulnerable. 



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