El Real Madrid defiende un título de Liga que logró la temporada pasada porque se convirtió en una máquina perfectamente engrasada que jugaba a velocidad de crucero y cuya pegada asustaba a los rivales, incluso antes de que los árbitros señalaran el inicio del partido. Esta temporada, el inicio fue irregular pero el equipo blanco parece que ya ha cogido el punto, ha metido la sexta y no sufre para ganar… Ni siquiera cuando el director de orquesta habitual no lleva la batuta. Anoche, el Real Madrid se sacudió sus miedos en el Santiago Bernabéu y demostró que sin Xabi Alonso también es capaz de llevarse los tres puntos.
El ‘overbooking’ de la enfermería blanca empieza a desaparecer. Frente al Real Zaragoza, Mourinho pudo contar con Álvaro Arbeloa y con un Sergio Ramos sin molestias en la espalda. El problema del entrenador portugués esta semana era otro: no podía contar con su centro del campo habitual. El luso tiene confianza ciega en la pareja que forman Xabi Alonso y Khedira. Los considera dos piezas clave para la creación del juego blanco pero, sobre todo, considera al tolosarra un jugador imprescindible en su Real Madrid. La lesión del alemán podía solucionarla con Essien (actuación muy correcta que remató con un gol) o Modric (discreto y premiado con un gol cuando el partido daba sus últimos pases) pero ¿quién sustituye al sancionado Xabi Alonso que es de esos jugadores que casi nunca falta a clase?
La solución del técnico madridista fue colocar en la medular a Essien y Modric respaldados por Di María y Özil. Los interrogantes sobrevolaban el Santiago Bernabéu pero el Real Madrid se encargó de resolverlos demostrando que la orquesta sigue afinada sin Xabi Alonso. Con el partido de ayer, el de Tolosa se ha perdido 22 partidos y sólo el año pasado el equipo blanco aprendió a ganar sin él: siete ausencias, siete victorias. Eso sí, en las dos temporadas anteriores (2009/2010 y 2010/2011) el Real Madrid jugó sin Xabi en el centro del campo en 14 partidos y perdió en 6 de ellos entre los que se encuentran el ‘Alcorconazo’ o la vuelta de Champions frente al Olympique de Lyon. Derrotas de las que duelen.
El Real Madrid no pierde pegada y efectividad, aunque la melodía blanca no suena igual de bien como cuando Xabi está sobre el césped. El juego desplegado por los blancos no fue el que se le exige a un conjunto de su nivel (Mourinho fue el primero en reconocerlo en la rueda de prensa posterior) y el rival le bailó en la medida de sus posibilidades aunque el marcador invite a pensar lo contrario; quizás algunos ya pensaban en la Champions… Y es que el conjunto madridista pierde mucha de la posesión que aporta el centrocampista vasco, que sabe abrir el juego y cambiar la dirección de éste como nadie. El Real Madrid lo pasó mal para conectar con la línea ofensiva y mucho más después de lograr el 2-0, cuando los madridistas se relajaron y el Real Zaragoza se hizo, poco a poco, con el mando del partido mientras se escuchaban los silbidos de la grada del Santiago Bernabéu. El problema es que los maños pusieron las ganas y demostró que tiene juego pero no el talento y la efectividad de los que presume su rival. Y eso también es clave en esto del fútbol.
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