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Copa 2014: Madrid campeón. Nos ha llevado un tiempo asimilar todo lo sucedido a lo largo de este fin de semana en el Martín Carpena, pero, casi 24 horas después de la emocionante final entre Real Madrid y F.C. Barcelona, ya hemos podido sacar las que nos parecen las 10 conclusiones más importantes de la Copa del Rey 2014. Un título que ha terminado en el palmarés blanco, dando más vigor si cabe a la propuesta de Pablo Laso, pero que no evita que todos, vencedores y vencidos, tengan que hacer sus análisis, porque esta es sólo la primera parada de un 2014 en el que aun nos esperan los desenlaces de la Euroliga y la Liga Endesa.
Con un título decidido en una última acción desesperada, con un tiro a una décima del final, es bueno no dejarse llevar por el mero resultado a la hora de hacer valoraciones.
La cara A del título del Madrid
Tras casi 40 victorias y una sola derrota en lo que llevamos de temporada, el Real Madrid era el lógico favorito y cumplió con esa condición, pudiendo mantener a distancia a los amantes del resultado por encima de todas las cosas. Su propuesta es única e incomparable a nivel europeo con lo que para el baloncesto y el espectáculo es positivo que el título haya terminado en sus vitrinas. No es que los demás no lo merezcan o que el único baloncesto interesante sea el suyo, pero sin duda es el suyo el más susceptible de atraer espectadores nuevos a los pabellones y a la televisión, algo de lo que está necesitado este deporte.
La cara B del título del Madrid
La verdad es que poco van a importar las victorias abultadas, por mucho que se produzcan en Liga, Copa y Euroliga, si al final el Real Madrid no refrenda la superioridad en la recta decisiva de la Euroliga y la Liga Endesa. En las últimas semanas, algo que también era de esperar, rivales como el CKSA, el Maccabi o el propio Barça han demostrado que pueden parar la producción ofensiva blanca y hacerles daño en más de una faceta. Ahí va a tener que trabajar Pablo Laso porque a Bourousis se le está haciendo dura la cuesta de enero y no siempre Sergio Rodríguez va a poder manejar los partidos a su antojo. A veces parece que es así, pero ayer no pudo y el Madrid se atascó de forma importante.
La cara A de la derrota del Barcelona
Ahora mismo, el Barça puede decir que no hay distancia con el Real Madrid. El equipo de Xavi Pascual cuenta con argumentos y capacidades para batir a los blancos a un partido o a una serie al mejor de cinco. En ese tipo de duelos, tal y como han demostrado ya ante Fenerbahce, Olympiacos o Panathinaikos, equipos a los que ha batido el Barça en cancha contraria desde el comienzo del 2014, los azulgranas dejan de lado su falta de intensidad y cierta desidia que muestran en otros partidos en teoría más asequibles. De hecho, muchas de sus piezas (Nachbar, Dorsey, Papanikolau…) ya tienen claro dónde se encuentra y cuál es su rol, confirmando que, nombre por nombre, no hay rotación de 12 jugadores como la del Barcelona.
La cara B de la derrota del Barcelona
Sin embargo, a pesar de contar con 12 estrellas, o 12 posibles estrellas en cualquier otro equipo, Xavi Pascual sabe que su equipo es muy dependiente del rendimiento de dos jugadores: Navarro y Marcelinho. De hecho, ahora mismo el brasileño es más determinante para el engranaje de los azulgranas, porque es el único de hacer jugar a Tomic y Dorsey y ofrecer producción anotadora. Navarro siempre será Navarro, por mucho que ayer no fuera capaz de ser relevante, ni siquiera desde el tiro libre (entre él y Dorsey fallaron 8 de esos tan comentados 12 tiros libres errados), pero Marcelinho es el eje, el único base completo del equipo (Sada sólo defiende y Pullen sólo ataca).
Esa última jugada
Los últimos 70 segundos del partido de ayer permiten sacar muchas lecturas. Cierto que Xavi Pascual se lamenta del error defensivo final (Papanikolau abandona a Llull para ir en la ayuda de Sada ante un Sergio que iba muy forzado), pero la verdad es que una situación límite como esa, el instinto pide defender el balón. También Laso, en caso de perder, como estuvo a punto de suceder, echando por tierra esos 7 puntos de renta finales, tendría varias decisiones de sus jugadores que lamentar: se concede un triple librado a Oleson, Llull se tira un triple con 4 arriba cuando debería buscar penetración, Oleson le quita un rebote en tiro libre a Bourousis palmeando la bola hacia fuera, Sergio (el mejor base de Europa) deja de botar para quedar cerrado en un lateral y perder la bola en un pase… y así alguna más. Cierto que el tiro de Llull entró y todo eso deja de importar, pero el año pasado, en la final de la Euroliga, el Madrid tampoco supo gestionar un marcador a favor y perdió el título. Ahí podría volver a importar.
El enigma Lorbek
Es una de las grandes preguntas que nos quedan de esta cita copera (junto a la de saber si Pascual se atreverá algún día a darle más peso a Pullen, el único jugador, junto con Navarro, que podría poner patas arriba, para bien y en ataque, todos sus sistemas) y lo cierto es que no tenemos respuesta. Bueno, al menos no tenemos una respuesta positiva porque resulta imposible reconocer en el actual Lorbek a aquel pívot que ganó la última liga para el Barça, que tenía un pie en la NBA y el Barça renovó por un dineral. Entre lesiones, cambio de posición (como cuatro precisamente ya había naufragado en Málaga, saliendo de Unicaja por la puerta de atrás tras unos meses) y alguna otra cuestión que segura que no vemos desde fuera, lo único que hacemos es echarle de menos.
El Valencia la única alternativa
Al poderío de las plantillas de Barça y Madrid (reflejo de su ventaja económica), sólo hay un posible rival en la Liga Endesa, y ese no es otro que el Valencia Basket. Los de Perasovic dieron una exhibición de espíritu en semifinales, levantando un parcial tremendo en contra y peleando hasta el final, pero se quedaron en el camino. En la Liga Endesa todavía están ahí, con opciones de coger al Madrid y dispuestos a ser un hueso en una serie a cinco partidos, ya sea ante cualquiera de los dos grandes. Esperemos que lleguen a ese momento determinante con toda la plantilla sana y en condiciones, porque son ellos la única alternativa real. Más allá, en el territorio que se mueven el Unicaja, el Gran Canaria, el CAI o el Laboral Kutxa no parece haber espacio para dar una campanada.
¿La última de Mirotic?
El bueno de Nikola Mirotic aseguró que esta no sería su última Copa, pero lo cierto es que no tenemos tan claro que no vaya a ser así. En Chicago están deseando que dé el salto y un jugador de sus características ya estaría gozando de un buen número de minutos en los actuales Bulls. Ya ha sido MVP de la Liga (la pasada) y de la Copa (en esta), en ambas ocasiones con título de por medio, así que su siguiente objetivo está en Europa. Muy probablemente esté ahí, en el resultado final del Real Madrid en la Euroliga el futuro a corto plazo de Mirotic en el basket español. Resulta complicado imaginar que pueda prolongar su estancia en el club blanco en caso de que los de Laso se alzaran con la victoria en la Final Four.
El golpe a Unicaja
No se puede negar que el Unicaja de Joan Plaza tiene mejor pinta que el Unicaja de las últimas temporadas, sin embargo, eso no puede servir de excusa para justificar una derrota, dura por la forma y por el escenario, como la sufrida en cuartos ante el CAI. Las declaraciones posteriores al encuentro de Plaza le han metido en un lío en el que no tenía necesidad ninguna de entrar, sobre todo una vez tenía convencidos a todos de que el suyo era el camino para volver a ser una alternativa real en el baloncesto nacional. La autocrítica siempre es buena, pero en este caso es mucho más inteligente dirigirla de forma adecuada y Joan Plaza tenía la posibilidad de dar un paso más en esa línea que lo convierte en el actor clave de la recuperación del club (asumiendo la culpa, como también hizo), pero en vez de eso ha despertado a muchos críticos que sólo van a estar esperando a su próximo error.
¿Es exportable el formato?
La expectación, el número de aficionados, los niveles de audiencia televisiva, la calidad del baloncesto… hay un montón de detalles que siempre llevan a pensar en por qué no se pueden trasladar esos resultados a otros momentos de la temporada. Son sólo propuestas, pero quién no puede jugar a imaginarse el descenso como una final a cuatro entre los últimos de la clasificación o incluso ese mismo formato para decidir una plaza en la próxima Euroliga. De hecho, nosotros que tenemos mucha imaginación, no tenemos dificultad para imaginar una Euroliga ampliando el formato de la Final Four a una Final Eight (aunque es cierto que en la Eurocup el experimento no dio buen resultado).
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