El Madrid no tuvo ningún problema en Vitoria para continuar con su extraordinaria racha de resultados en la Liga (19 victorias en 19 jornadas). Superó la dureza de un partido que por momentos fue una batalla y se llevó el triunfo (74-90). Llull, tocado por una varita, sigue en vena de aciertos. Logró 27 puntos y siete triples. Fue la gran labor de Rudy en el tercer cuarto la que decidió el encuentro. Con 44-60, Scariolo se autoexpulsó por protestar. El Baskonia, en crisis, ya se había desangrado antes.Social Media for Business here
El Madrid se prodigó más desde el triple en el primer tiempo. Hasta que apareció Mejri, el equipo de Laso, inspirado, abusó de la distancia porque Llull parecía tener el día. El menorquín metió cinco en los dos primeros cuartos. Convirtió los tres primeros que intentó para dar la delantera al líder, que mandaba desde el arranque. El Baskonia, que tenía las bajas de Hamilton y Heurtel, resistía. Así transcurrió el partido simplificándo mucho un asunto que fue caliente desde el principio. Era una papeleta para los árbitros después de lo sucedido en la Copa y el primer roce Nocioni-Mirotic, porque el montenegrino se enfadó con la sobreactuación del argentino, tampoco ayudó en exceso.
El Baskonia aguantó el primer gran tirón blanco (21-30), empató el encuentro (30-30) con un buen mate de Hanga y volvió a sobrevivir a un nuevo arreón del líder, que trataba de escaparse con dos triples más de Llull, la aparición de Mejri y la batuta de Sergio (30-40). Tenía tres bases en pista porque Rudy dejó la pista con un esguince en el tobillo derecho. El equipo de Scariolo aguantó gracias a cinco puntos de San Emeterio (17 de valoración en poco menos de 12 minutos en pista). El descanso dejaba un marcador por resolver (37-42).
Pero no se puede resistir mucho tiempo al Madrid. Surgió Rudy, que dio un recital en el tercer cuarto. Triples, asistencias, robos. El alero mallorquín hizo de todo y separó a su equipo del rival con la ayuda de Llull, que seguía atinado. Mientras el partido se elevaba de temperatura por el duelo Nocioni-Mirotic, el Baskonia, muy desacertado, se desangraba. La crisis de resultados pesa. La autoexpulsión de Scariolo por dos técnicas sólo acrecentó el dominio blanco y el desconcierto local. Como cortina de humo para lo que estaba ocurriendo puede valer. Pero la superioridad del Madrid era manifiesta (44-60) antes de la incontinencia verbal del entrenador italiano, molesto con el arbitraje. Otra vez. El desenlance del cuarto (13-26) era definitivo para el rumbo del encuentro.
El Madrid encaró con 18 puntos de renta el último cuarto. Intentó que pasara el tiempo. El Baskonia le puso casta. Le quedaba eso y una zona que paró el ritmo anotador blanco. Y la batalla de Vitoria terminó con el triunfo 39º (en 40 partidos) del equipo de Laso, que sigue invicto en la Liga (19-0). El Baskonia, enfermo de gravedad, nada pudo hacer.Social Media for Business here
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