El Calderón vivió su noche más negra en muchos años. Una agresión a Cristiano Ronaldo, quien fue golpeado en la cabeza con un encendedor lanzado desde la grada mientras abandonaba el campo al medio tiempo y que muy probablemente tendrá duras consecuencias para el Atlético de Madrid, refleja la frustración colchonera.
Apenas un par de minutos antes, el defensa canterano del Atlético de Madrid, Javier Manquillo, había recibido una dura falta del portugués y en una mala caída abandonó el campo con un esguince cervical. El lateral fue inmediatamente trasladado al hospital mientras en la grada aumentaba la tensión y parecían surgir broncas aisladas, pero fueron rápidamente contenidos.
Y es que al minuto 16 Real Madrid ya ganaba por 0-2. Si el Atlético de Madrid conservaba la remota esperanza de remontar el 3-0 de la ida, los dos goles anotados por Cristiano Ronaldo desde el punto penal terminaron por devolverlos a la realidad. El primero, al minuto 6, luego de una falta de Manquillo sobre el ’7′ merengue. El segundo, diez minutos después, después de que Emiliano Insúa derribara a Gareth Bale dentro del área.
Un 5-0 en contra global y sólo 75 minutos por delante, sin Diego Costa, suspendido, y David Villa, Thibaut Cortois y Filipe Luis, lesionados, parecía demasiado para el conjunto dirigido por Diego Simeone. El Madrid entonces se dedicó a dejar pasar tiempo y por más de 15 minutos los hombres de Ancelotti se dedicaron a tocar el balón entre ellos.
Pero Koke, siempre alerta, no bajó los brazos. El mediocampista del Atlético de Madrid por fin pudo robar el balón pasada la media hora del encuentro para disparar a portería. El balón fue demasiado elevado para suponer algún problema siquiera para Iker Casillas, pero fue suficiente para despertar a los locales.
El equipo del ‘Cholo’ buscó entones la manera de revertir la situación y por medio de Diego Ribas intentó llegar en varias ocasiones. Pero para las ganas colchoneras, la agresividad merengue en defensa.
Después, el caos momentáneo. ‘Mecherazo’ a Cristiano y Manquillo, directo al hospital con una graves lesión.
Cristiano Ronaldo volvió para la segunda parte como si nada hubiera sucedido. Pasado el susto, Real Madrid siguió a lo suyo intentando ampliar la ya de por sí aplastante ventaja. El Altético de Madrid lograba, de tanto en tanto, robar un balón y acercarse, pero era el cuadro merengue el más peligroso. Bale pudo anotar el tercero con un tiro libre que Aranzubía se empleó a fondo en desviar antes de que Modric amenazara desde la derecha sin que su centro encontrara rematador.
Para entonces Ancelotti ya había guardado a Sergio Ramos, que estaba a una tarjeta de perderse la final. Con media hora de juego por delante, decidió dar descanso a Modric enviando en su lugar a Casemiro, que rara vez ve acción. Real Madrid, nuevamente, se limitó a tocar acercándose cuando podía aprovechar algún hueco, aunque con algo más de calma. El Atlético, desesperado, intentaba todavía hacer daño al contraataque, y aunque por unos minutos se hizo con el control del balón, no lograba inquietar a Casillas. A 15′ del final, Ancelotti decidió que Ronaldo ya había trabajado lo suficiente y mandó a Jesé en su lugar.
Los últimos minutos carecieron de intensidad. Real Madrid había saciado su hambre de venganza después de que el Atlético los venciera en la final de la edición pasada del torneo. Los locales, en tanto, se resignaba a quedarse con las manos vacías, pues ni el último intento, con un fuerte disparo de Sosa desde la frontal, dio resultados. Iker Casillas, en su papel de siempre, lo impidió con una parada marca de la casa mientras el estadio comenzaba a vaciarse mucho antes de que el árbitro pitara el final del encuentro.
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