El Zalgiris Kaunas de Joan Plaza exigió el máximo al conjunto madridista, que solo decidió el triunfo en el último minuto
Sergio Rodríguez con un triple ganador a falta de 3.51 segundos consiguió acabar con el Zalgiris y con la maldición que persiguió al Real Madrid, durante todo el partido, desde la larga distancia en la más complicada victoria del equipo español en la presente Euroliga.
El Real Madrid tuvo otro difícil comienzo de partido (0-7) y aunque pareció sólo un traspiés (5-7), lo cierto es que se le complicaron las cosas y a los siete minutos tuvo una decena de puntos en contra (9-19).
Lo peor, con todo, no fue la desventaja sino la monumental pájara del equipo, sobre todo en ataque, donde falló canastas increíbles bajo el aro. El triple quedó inédito en el primer periodo con tres intentos sin recompensa.
El Zalgiris del entrenador español Joan Plaza, como siempre ovacionado por la grada, comenzó a mostrar su versatilidad. La defensa a toda pista ya es un clásico y en ataque, el técnico ha sabido dotar al equipo de la paciencia necesaria para buscar la mejor opción.
La defensa madridista acabó desesperada ante los sencillos movimientos de los lituanos que, al final, conseguían un tiro cómodo o una penetración a canasta.
Un arreón en los últimos minutos del primer cuarto permitió al Real Madrid llegar al primer parón con un 18-23, que vistas las cosas fue un gran resultado.
Ya con el partido lanzado, Martinas Pocius fue el primer revulsivo que encontró Pablo Laso para que su equipo reaccionase. El del lituano fue el primer triple del Real Madrid, al sexto intento colectivo, en el minuto 12,30. Un triple más tiro adicional.
Sin mejorar en exceso, los madridistas consiguieron equilibrar el partido e incluso ponerse por encima en el marcador durante breves instantes, 29-28 y 32-31, pero siguieron cometiendo errores importantes en defensa, sobre todo con respecto a los jugadores exteriores, lo que lastró su marcha en el partido.
Al descanso, empate a cuarenta y la convicción de que para ganar el partido tendrían que mejorar mucho. Sobre todo en los triples porque con 2 de 13 intentos, no se puede llegar demasiado lejos. Popovic fue la cara de la moneda con 3 de 5 triples, hasta completar el 5 de 13 de los de Kaunas en los primeros veinte minutos.
Otro triple de Popovic nada más reanudarse el partido y dos nuevos errores desde más allá de la línea de 6,75 metros del Real Madrid, marcaron el inicio del tercer cuarto, 40-45 en el minuto 23.
Los locales cada vez fueron más conscientes de que tendrían que remar mucho y bien para llegar al puerto de la victoria. Y controlar a Popovic que anotaba su quinto triple 46-50 (min. 23,40).
Mirotic y Suárez anotaron sendos triples y la defensa blanca comenzó a robar balones, mientras que el Zalgiris empezó a dar sus primeras muestras de debilidad, 54-52 (min. 29). Esos dos puntos fueron la mayor ventaja madridista durante los tres primeros cuartos.
Con el marcador equilibrado, cada tiro fallado, más si era un triple, fue como un puñal en la espalda para un Real Madrid sabedor de que tendría que superar al Zalgiris y su particular maldición desde la línea de 6.75.
A falta de 4.21 minutos y con un 62-62 en el marcador, cualquier cosa era posible. El Madrid, enfangado en su propia desesperación, volvió a tirar de casta, con Sergio Llull a la cabeza, como no podía ser de otra manera.
El 67-63 a falta de poco más de tres minutos pareció casi un mundo hasta que un nuevo triple de los lituanos y otra canasta dio la vuelta a la tortilla, 67-68 a 2,18 para el final.
Rudy con un triple tiró directamente a la línea de flotación de los lituanos, que rápidamente empataron a 70 desde la línea de personal. Faltaba la épica del capitán, Felipe Reyes, que no faltó a su cita para dar aire al equipo con un rebote ofensivo y posterior canasta.
Una falta antideportiva a Rudy a falta de 41 segundos, permitió al Zalgiris empatar a 72 y tener posesión. Los árbitros compensaron y le devolvieron el balón al Madrid que no anotó. El Zalgiris se puso por delante, 72-74, desde el tiro de personal a falta de 8.7 segundos y Sergio Rodríguez anotó un triple victorioso, 75-74, a falta de 3.51 para acabar con la maldición desde la larga distancia, 8 de 29 en el partido.
Triunfo agridulce del Barcelona
El Barcelona Regal sumó una nueva victoria en el Top 16. Lo hizo ante un rival de postín, el Olympiacos, al que derrotó por 76-68 en un choque en el que no todo fueron buenas noticias para el conjunto azulgrana. Mediado el tercer cuarto, Juan Carlos Navarro se llevó la mano a su pierna derecha. Un pinchazo en los isquitibiales le hizo abandonar el partido para no volver y convertirse en duda para el choque del domingo ante el Estudiantes.
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