"Con Navarro todo es más fácil" dijo Marcelinho Huertas en La SER al término del gran Clásico. Y no le faltaba razón al base brasileño, Juan Carlos Navarro dio otra lección de baloncesto en la tarde del domingo ante el Real Madrid. 33 puntos, 44 de valoración, 100% de efectivdad en triples y solo un tiro fallado en todo el partido. Más que nunca la Bomba fue la clave de la victoria del Barça ante un Real Madrid que se quedó a las puertas del récord.
En el gran duelo entre Rudy Fernández y Juan Carlos Navarro cayó del lado del más veterano, del que jugaba como local, del escota del Barça, del mejor, con permiso de Pau Gasol, jugador de baloncesto español. 96-89 fue el resultado final, que en términos puramente clasificatorios signifca, para el Real Madrid seguir líder, pero ya tiene una derrota en su casillero. Para el Barça esta victoria, en la tabla signfica que está más cerca de la Copa, pero tendrá que jugársela en la última jornada de la primera vuelta de la Liga Endesa. Pero esta victoria culé tiene mucho más valor anímicamente para los de Xavi Pascual. Tras una primera vuelta pésima en la Liga Endesa, esta victoria ante un rival que se mostraba intratable, es un 'subidón' de moral para un equipo triste que, encontró, una vez más, en Navarro a su salvador.
El choque empezó igualado, como se mantuvo hasta el final del tercer cuarto, con Rudy Fernández tirando del Real Madrid y Navarro haciendo lo propio con el Barça. El escolta del Real Madrid hizo 12 puntos en el primer cuarto, manteniendo a su equipo en el partido (23-20) al término del cuarto.
No se puso por delante el Real Madrid hasta la mitad del segundo cuarto (25-28) aprovechando el descanso del guerrero, de Juan Carlos Navarro. Sin él, el Barcelona no se encontraba sobre la cancha. Los de Pascual, además, tuvieron serios problemas con las faltas. Pete Mickeal, muy revolucionado, se vio con tres faltas antes del descanso. Su camino lo siguieron Tomic, muy presente en el rebote ofensivo culé, y Jawai, una bestia que hacía vibrar, literalmente, el Palau con sus carreras 'box to box', de una zona a otra.
Durante el tercer cuarto el Barça cobró ventaja, la ausencia de Rudy, descansando. Navarro se desató y a base de triples imposibles -imposibles para todos menos para él- y de sus clásicas bombas llevó al Barça al éxtasis. La Bomba, con sus puntos, despertó, a Lorbek, Mickeal, Wallace y compañía. Especialmente este último con dos triples decisivos colocaba al Barça en máxima ventaja (81-66). El Barcelona finiquitó el partido con un porcentaje de tres del 57% frente al 22% que venía promediando en la Liga Endesa.
Sergio Rodríguez intentó echarse a su equipo a la espalda y firmó un último cuarto soberbio. Fue insuficiente, Navarro volvió a aparecer para firmar su mejor Clásico y uno de sus mejores partidos com la camiseta del Barcelona. 33 puntos, 44 de valoración y, sobre todo, la sensación de que cuando Navarro se enchufa, todo el equipo parece contagiado de esa energía.
El Barcelona ganó 96-89, Navarro dio un espectáculo, pero, sobre todo, ganó el baloncesto español, que regaló un duelo digno de NBA entre dos equipos cuyos entrenadores y estrellas son 'made in Spain'. Pascual y Laso desde el banco y Navarro y Rudy en la pista, dieron a la ACB el mejor escaparate para mostrarse. Un triunfo del baloncesto español.
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