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viernes, 8 de febrero de 2013

¿Por qué una mujer no puede entrenar al Real Madrid?

La pregunta sólo parece un desafío al futuro. ¿Podrá entrenar algún día una mujer al Real Madrid, al Barcelona o, por ejemplo, al Mallorca? Caparrós, que acaba de dejar este último cargo, está convencido de que sí "y no a muy largo plazo". "La mujer está entrando cada vez más en este mundo". Y no se equivoca. En España estamos más acostumbrados en los últimos años a una vicepresidenta del Gobierno que a un vicepresidente.

Pero no sólo en España, sino también en Alemania, donde la canciller es una mujer; en Brasil con la presidencia de Dilma Rousseff o en Manhattan, donde una mujer, Jill Abramson, es la directora del prestigioso diario The New York Times lo que es una prueba del poder que las mujeres han alcanzado en ésa y en otras industrias. Incluso, en el periodismo deportivo, donde ya no queda nada de lo que el popular Tomás Guasch le decía a su hija Susana cuando ésta, de niña, le confesaba que quería dedicarse a lo mismo que él. Eran los años ochenta. Tomás trabajaba en El Mundo Deportivo y en la redacción sólo veía "a una una chica de prácticas, Inma Mentruit". Aquello parecía un mundo reservado para los hombres.

Pero han pasado más de veinte años y ahora ya no es así. Susana Guasch logró su objetivo, entre otras cosas porque pertenece a una generación moderna en la que ya no se entiende el periodismo deportivo sin mujeres. Incluso, el fútbol ha ido más lejos y ha concedido la presidencia de clubes de fútbol a mujeres como ayer fue Teresa Rivero en el Rayo o hoy es Victoria Pavón en el Leganés, un club de Segunda B.

Sin embargo, no hay ninguna mujer que ocupe el puesto de entrenadora en ningún club profesional. Caparrós insiste en que llegará pronto: "Es una cuestión de gestión: hombres y mujeres podemos tener la misma capacidad para ello". Victoria Pavón tampoco desconfía de ello, pero atiende a la realidad actual: "Cada vez que perdemos dos o tres partidos seguidos no se puede ni imaginar la lista de entrenadores que nos envían los representantes. Hay algunos que te ofrecen hasta tres y me he dado cuenta de que, entre todos esos candidatos, jamás hay una mujer". Pavón va más lejos: "En el Leganés nos acercamos a los treinta equipos, entre todas las categorías, y ninguno de ellos los dirige una mujer". No se pregunta por qué. Sólo anuncia el dato, "que a día de hoy es así".

La realidad es que hay mujeres que podrían estar ahí. Es más, las hay como Arantxa Alonso que podrían suceder hasta Mourinho en el Real Madrid. Autorización tiene para ello, porque se ha sacado el título de entrenadora nacional, aunque otra cosa es que algún día pueda hacerlo. Arantxa, sin embargo, desconfía. "Nunca habrá una mujer entrenando en Primera división". Incluso, ha llegado a recordar sus tiempos en los que dirigía al Europa infantil, un equipo masculino. "Tenía como segundo entrenador a un chico en prácticas y en los partidos el árbitro siempre le daba la mano a él". Pero lo cierto es que cada vez hay más mujeres con el título como Arantxa. "Nos hemos comenzado a formar tarde, porque de niñas jugar al fútbol era tabú. Ahora, por ser chicas, te clasifican automáticamente para equipos femeninos".

"Tarde o temprano, llegará"

Quizá Arantxa lleve razón: la estadística lo demuestra claramente. Y no sólo en España. También en el resto del mundo, donde siempre se recordará el año 1999 en el que la canadiense Carolina Morace se hizo cargo del Viterbese italiano, un equipo de tercera división. Tuvo que dejarlo rápido, porque no había día en el que el presidente Luciano Gaucci no interviniese en alguna de sus decisiones. Han pasado casi quince años desde entonces y Pia Sundhage, la seleccionadora sueca del equipo femenino de Estados Unidos que ha sido premiada con el título de mejor entrenadora del mundo en 2012, asegura que los tiempos están cambiando. En realidad, Sundhage, reconocida mujer de izquierdas, capaz de reconocer incluso su homosexualidad, "porque no pasa nada por salir del armario", piensa como Caparrós. "Tarde o temprano, el fútbol descubrirá que hay entrenadoras que podrían hacer progresar al masculino", explicó Sundhage no hace mucho en el diario 'Frankfurter Allgemeine Zeitung'.

Victoria Pavón, en su condición de presidenta, nunca se opondría a ello. "Todo lo contrario, hombres y mujeres merecen las mismas oportunidades y si hay mujeres, que quieren y valen para entrenar, ¿por qué no van a tener la oportunidad? ¿No la tengo yo como presidenta del Leganés?" Pero sabe que a día de hoy es difícil. Es más, se lucha contra un estereotipo, aunque todo sea empezar. Hace dos años Rubén Castro, el delantero del Betis, acudió al banquillo tras marcar un gol a abrazar a una mujer que estaba sentada como uno más entre los componentes del equipo. Era Patricia Ramírez, la psicóloga del equipo, que convencía a los futbolistas para atreverse siempre. "Pase lo que pase", les decía, "yo tengo que hacer que pase".

Hace treinta años, Tomás Guasch también veía la redacción de su periódico y apenas aparecían mujeres. Ahora, sin embargo, su hija trabaja en La Sexta, donde el 80% de la plantilla, entre Informativos y Deportes, son mujeres. Así que ¿por qué algún día no habrá mujeres entrenando al Madrid, al Bayern, al Inter, a la selección española...? ¿Acaso no hay mujeres capaces de gobernar países? ¿Acaso no hay magníficas directoras de cine? "No es problema de poder, sino de cultura", explica Pia Sundhage. Pero la cultura, como todo en la vida, también desafía al futuro.



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