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1 - Granada: Toño, Nyom, Siqueira, Ínigo López, Mainz, Mikel Rico, Recio, Torje (Juanma Ortiz, m.87), Nolito (Iriney, m.90), Ighalo y Aranda (Buonanotte, m.74).
0 - Real Madrid: Diego López, Arbeloa, Coentrao (Marcelo, m.65), Varane, Sergio Ramos, Khedira (Callejón, m.46), Xabi Alonso, Modric, Di María, Cristiano e Higuain (Benzema, m.46).
Goles: 1-0, m.22: Cristiano Ronaldo, en propia puerta.
Árbitro: Mateu Lahoz (Valenciano). Mostró cartulina amarilla a los locales Íñigo López e Ighalo y a los visitantes Xabi Alonso, Modric y Marcelo.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo segunda jornada de Liga en Primera División disputado en Los Cármenes ante 22.000 espectadores.
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El Real Madrid sufrió una inesperada derrota ante el Granada en Los Cármenes en un encuentro en el que echó mucho de menos el fútbol del alemán Mesut Özil, y paradójicamente fue derrotado con un gol en propia portería de Cristiano Ronaldo, el primero de su carrera.
José Mourinho, técnico madridista, cedió el testigo a Luca Modric ante la ausencia de Özil, el jugador con más magia de su plantilla, pero el croata corrió más que creó, siempre más preocupado por el veredicto de su entrenador que por jugar con soltura. El orden y la agresividad del Granada fueron suficientes para conseguir una victoria que les saca del descenso.
Tres días han pasado desde que los hombres de Mourinho empataron en el Santiago Bernabeu ante el Barça en la Copa del Rey. Aquel fue un partido lleno de intensidad y emoción, y que había devuelto la confianza al equipo y a la afición. El viento soplaba a favor de los blancos y no se esperaba un batacazo tan gordo.
Pero lo cierto es que el fútbol del Madrid volvió a ser muy pobre. Se pareció más al del mes de noviembre que al que vienen practicando desde que comenzó este 2013. Sin Ozil, este Madrid fue un equipo ramplón y previsible, y ni siquiera de los contragolpes fue capaz de vivir.
Al Granada le valió con ser un equipo ordenado y agresivo. Lucas Alcaraz, en su debut en Los Cármenes, apostó por formar con dos líneas de cuatro hombres muy juntos, con Arana e Ighalo sueltos por delante. Achicar espacios atrás y salir en velocidad fueron las premisas locales. Los delanteros dieron bastantes quebraderos de cabeza a Alonso, Varane y Ramos, aunque el primer gol del partido no lo marcarían ellos.
Nolito, exjugador del Barça, puso un córner al primer palo y Cristiano Ronaldo peinó el balón con la mala suerte de que se coló en la portería de Diego López. Esta jugada plasmó lo que sería el partido para el Madrid. Un completo despropósito. Cristiano marcaba el primer gol en propia portería de su carrera.
En la primera parte los blancos no fueron capaces de crear una sola ocasión de claro peligro sobre la portería de Toño. Cristiano volvió a ser el más voluntarioso, pero se dedicó a sus habituales batallas individuales. El portugués fue un pollo sin cabeza que intentó chutar siempre que pudo desde cualquier posición.
Fueron 45 minutos en los que los blancos no tiraron entre palos, no hicieron sufrir al rival. El Granada volvió a poner en evidencia los problemas futbolísticos de los hombres de Mourinho cuando el rival le concede el balón y se encierra con sacrificio y solidaridad.
El técnico portugués movió el banquillo en el descanso. Khedira e Higuaín dejaron su lugar a Benzema y Callejón. Pero el planteamiento no surtió el efecto deseado. El segundo tiempo fue una sucesión de balones colgados sin criterio por parte de Xabi Alonso y los centrales, Sergio Ramos y Varane.
En ningún momento sufrió el Granada más que por errores propios. Uno de Mainz no lo aprovechó Benzema para empatar el partido. Fue la única ocasión clara del equipo blanco. Sin portero y con tiempo para golpear, el francés chutó fuera por mucho.
No se lo creía Mourinho, que juraba en arameo contra los suyos. El Madrid vuelve dilapidar la confianza obtenida en la Copa ante el Barça. La montaña rusa futbolística que dirige el portugués tiene su explicación en los alumbramientos de Özil. Sin él el Madrid no tiene claridad, ni talento. La derrota en Granada fue un nuevo ejemplo de ello.
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