Hace ya mucho tiempo que en el Real Madrid no se habla de fútbol. Se está cumpliendo una vieja teoría que dice que cuando los asalariados se creen los dueños de la empresa y actúan como tales, el negocio acaba mal y los obreros pierden el trabajo. Es cuestión de prioridades. Florentino se ha dado cuenta de que no manda en el Real Madrid o, dicho de otra manera, sólo puede ejercer su autoridad de una sola manera: echar a Mourinho. Es el entrenador portugués el que fija el calendario, el que sale al campo para recibir los azotes del público cuando apenas hay gente en la grada, es el que está obsesionado con un Barça que se le ha escapado en la Liga, el que ha dividido el vestuario y ha humillado innecesariamente al líder del equipo, Iker Casillas, que con su paciencia está derribando al que se ha creído el “puto amo”, Guardiola dixit, de la Casa Blanca. Y no se habla de fútbol a pesar de tener uno de los planteles más caros del mercado europeo. Pronto se verá las caras con Sir Alex Ferguson, una de las figuras más admiradas y respetadas entre los entrenadores en activo. [4][/4]No sé si Mou ha ganado más títulos que Ferguson. Ni tampoco si ha ganado más dinero. La diferencia de estilo, talante y respeto es abismal. Es una paradoja que mientras Tito Vilanova ve cómo el Barça va aumentando su record en la Liga desde su recuperación tras pasar por el quirófano, con gestos de apoyo y ánimos desde los campos de primera división, público incluído, Mourinho esté sumergido en pobretonas luchas de poder en un equipo que en vez de hacerlo más grande, lo empequeñece con sus fanfarronerías y su desprecio a quienes no le son fieles y seguros servidores. Otro mal negocio de Florentino Pérez que ha acertado poco desde que despidió a Del Bosque porque no tenía 'glamour' .
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