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miércoles, 11 de diciembre de 2013

El Real Madrid tendra que vender 25 millones de camisetas para ...

“El fútbol es una ruina”. Esta fue una de las primeras sentencias que se escucharon en una charla organizada por la European School of Economics en la que se cruzaron ideas, propuestas y problemas para que el deporte, y concretamente el fútbol, salga corriendo de esta crisis, empezando por evitar “que un constructor llegue, compre un club, y ya está”. En este sentido, la idea de 'utilizar' más a los protagonistas, las estrellas deportivas, saltó a la palestra, “que en lugar de trabajar durante una hora y media sean dos horas y media”, “aunque hay algunos que ni quieren ir a un hospital a visitar a un niño...”.Social Media for Business here

El modelo actual de funcionamiento de un club parece que está agotado. Aquello de que el deportista se dedique sólo a su disciplina suena a algo romántico, del pasado. El mundo deportivo avanza hacia una gestión en la que debe competir también por su empresa fuera del terreno de juego. Para ello debe cambiar el chip y aceptar ciertos compromisos más allá de su calendario deportivo. “Pero es que hay algunos jugadores que no quieren ni ir al hospital a ver niños porque no lo pone en su contrato”, explica el abogado especialista en derecho deportivo Juan de Dios Crespo.

Cuidar al sponsor como si fuera tu vida”

La idea es, como expone Joaquín Iribarren (Move Up Gestión Deportiva), “profesionalizar” todas las áreas de un club “y no sólo que llegue un constructor o empresario y ponga en los puestos de responsabilidad a los que tenga más cerca”. Además, en cuanto al tema de patrocinio, pide esa implicación a la que hacía mención Crespo por parte de los deportistas para “cuidar al sponsor como si fuera tu vida en ello. De esta manera verá su marca reconocida”.

¿Y cómo hacer que los deportistas sean partícipes? Además de aspectos sociales como el de las visitas a hospitales “por ejemplo, en China hay aficionados dispuestos a pagar 25000 euros por venir y hacer un training con un equipo, enseñarles a chutar, etc”, lanza al aire José Antonio Cuétara, Director de marketing del Getafe CF. “En Canadá tenemos unos deportistas españoles, entre ellos el patinador Javier Fernández, campeón de Europa, quienes reciben una subvención de OHL, empresa española que está intentando asentarse en Canadá (donde el patinaje es uno de los deportes nacionales). A cambio, estos deportistas dan unas clases a clientes o proveedores que pida OHL”, añade Miguel Ángel Adán (prensa del CSD). En definitiva, tácticas similares a las que ya se han explicado en El Confidencial a través de la Fórmula 1, la cual parece ir por delante en este sentido.

El Getafe jugando en el Coliseum Airbus

Son nuevas vías de ingresos, más allá de los tradicionales que, tal y como afirma el trabajador del Getafe, no son la panacea porque “ no hay futbolista que se pague vendiendo camisetas. Para recuperar los 100 millones de Bale el Madrid tendría que vender 2,5 millones de camisetas con su nombre”. De esta manera, Cuétara pone sobre la mesa otras alternativas que “lleva funcionando en Estados Unidos desde 1926 y que el año pasado movió 46 millones de dólares: el 'naming' (renombrar a los estadios). Nosotros hemos tenido dos tentativas, una de ellas no pudo llevarse a cabo por un problema político”. Y es que el Coliseum Alfonso Pérez podía ser ahora mismo el Coliseum de Airbus (multinacional que tiene una importante sede en Getafe). También existen otras medidas pensadas de un modo global como que la “LFP organice un torneo en el extranjero”, afirma el abogado Crespo.

Y siendo el fútbol una actividad que sólo en Primera división genera 1800 millones al año, ¿cómo se ha llegado a esta situación? Además de que ese pastel el Madrid y el FC Barcelona se comen el 56%, “hemos dejado que los clubes se endeuden. Este es el único país, junto con Albania, que no se sanciona deportivamente una situación económica desfavorable, como la ley concursal”, señala Juan de Dios Crespo. Y es que, como apunta Cuétara, “el fútbol es una ruina. La Bundesliga es el modelo a seguir porque sólo tiene unas pérdidas de un 7%. El problema es que los salarios de los futbolistas ascienden hasta un 80% del presupuesto”. La clave de este descontrol y “consentimiento” por parte de políticos y gobiernos es que existe un “valor social”, añade el también abogado Luiz Cazorla, que ha provocado que el poder de un club deportivo sea mayor que el de cualquier otra empresa o ciudadano.Social Media for Business here



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