Errores y críticas por igual. El foco del empate en Pamplona se reparte en tres partes. Clos Gómez, Ancelotti y jugadores como Sergio Ramos, Benzema y Marcelo. En el fondo, los dirigentes del Real Madrid, con Florentino a la cabeza, lamentan que un Barcelona alejado de su mejor momento y sin Messi en el último mes y medio, mantenga esa cómoda ventaja de cinco puntos. Y todo cuando parecía que el equipo blanco empezaba a vivir días de vino y rosas.Social Media for Business here
El tema arbitral no es nuevo, es recurrente. Cada par de meses, el madridismo se levanta en armas en contra del colectivo arbitral. Las relaciones entre la Federación y el club blanco no van más allá de estrictamente formal. Jorge Pérez, secretario general de la RFEF, y José Ángel Sánchez, director general de la entidad blanca, son los que intenta mantener vivas esa llama, pero el Real Madrid se siente perseguido por el colectivo arbitral.
El disgusto y malestar ha sido trasladado por el propio presidente madridista a Ángel María Villar en más de una ocasión. Y es que Pérez no siente especial admiración por el trabajo de Sánchez Arminio al frente del colectivo arbitral y mantienen que hay un creciente sentimiento de antimadridismo.
Lo cierto es que la presencia del Real Madrid en la Ciudad del Fútbol es poco menos que simbólica, de asistencia a los sorteos de Copa (el último se celebró en el Vicente Calderón por cierto) y poco más. Florentino Pérez no acude desde hace siete meses a las reuniones de la Directiva que preside Villar. Mientras, Rosell se deja caer más por Las Rozas o aparece en las Juntas que se celebran fuera de la sede federativa, tal y como sucedió en la celebrada en Bilbao en los últimos día de septiembre.
Cristiano con Clos Gómez (Cordon Press).
El Barcelona en la RFEF
Además, hay otro factor azulgrana más dentro de la Federación como es la presencia de Toni Freixa como vocal en la comisión legal. En el Santiago Bernabéu hablan del portavoz azulgrana como un comisario político enviado por Rosell. Joan Gaspart, expresidente azulgrana, también mantiene su sillón en la directiva.
La actuación de Clos Gómez, elevado a enemigo público del Real Madrid por José Mourinho, ratifica el sentimiento de maltrato que maneja el madridismo. El árbitro aragonés ha quedado señalado por el penalti a Modric y por la más que rigurosa primera amarilla a Ramos en Pamplona, que tal y como refleja el acta fue por una falta que no existió. Eso sí, luego calló el mensaje del central: "Qué malos sois".
Los jugadores no se libran
Precisamente esta tarjeta, que será recurrida y suprimida, es lo que salva a Sergio Ramos de volver a estar en el objetivo de la crítica. La nueva expulsión del campeón del mundo vuelva a dejar en entredicho su momento de forma. En el club piensa que todo lo comentado semanas atrás le ha perjudicado y que el descanso de Navidad le servirá para recuperar ese punto de concentración que ha perdido.
Otros jugadores como Benzema y Marcelo también han quedado señalados. El primero por su capacidad para desaparecer y el segundo por su facilidad para descentrarse y dar vida a los rivales. Preocupa el estado de forma y lo rápido que pierde el sitio el brasileño. Se sabe titular ante los continuos problemas de Coentrao y eso le lleva a no parecerse en nada al de antes.
Ancelotti en el banquillo de Pamplona (Cordon Press).
Mermada confianza en Ancelotti
La actuación de Ancelotti, primero permitiendo que el equipo desconectara y después por unos cambios que no han sido entendidos por nadie dentro del club, le vuelve a dejar tocado. Seguro que hoy el presidente, con motivo de la comida anual con las plantillas y entrenadores de los equipos de baloncesto y fútbol, le lanza algún mensaje de optimismo, pero lo cierto es que nuevamente el grado de confianza hacia su trabajo y labor como entrenador del Real Madrid ha dado un paso atrás.Social Media for Business here No ha gustado su poca capacidad de reacción y, en especial, eso de sentar a Bale casi toda la segunda mitad por delante. El galés, al menos eso creen en la zona noble del Bernabéu, debe estar en el campo por el acierto goleador que está demostrando aunque tiene pendiente la asignatura de participar más en el juego colectivo del equipo. Y es que el ex del Tottenham, por ejemplo, en esos primeros y buenos quince primeros minutos en El Sadar apenas tocó el balón.
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