Mourinho con la plantilla durante un entrenamiento. EFE
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Corría el mes de agosto en Valdebebas y mientras Mourinho terminaba de configurar la plantilla del Real Madrid, algunos jugadores preparaban su marcha. Cansado de Mourinho, de su estilo de juego y de las pocas oportunidades que recibía, Lass Diarra negociaba su marcha al fútbol ruso mientras que preparaba una despedida 'especial'.
El futbolista francés, poco antes de abandonar el Real Madrid con dirección al fútbol ruso, tuvo un adiós un tanto desagradable con Mourinho y su mano derecha, Rui Faria. El francés, harto de los métodos y el trato que le daba Mourinho se acercó con dos carpetas llenas de papeles al preparador físico de los blancos, y gritos le dijo: "¡Toma! Aquí tienes unas lecciones de cómo jugar bien al fútbol. ¡Dáselas a Mourinho, a ver si aprende!".
Según publica el diario El País, tras entregarle los documentos, se giró y comenzó a reírse a carcajadas lo que generó el contagio de sus compañeros que hicieron lo propio. Benzema, amigo personal de Lass, no pudo aguantar la risa y contagió también al resto de sus compañeros.
Ante el Betis se repite la escena
Este ataque de rabia se repitió recientemente. El diario de Prisa asegura que tras el partido ante el Betis donde la 'revolución táctica' de Mourinho fue poner a Ramos de delantero centro en los últimos quince minutos y colgar balones. "¡Toma! ¡Estos son los apuntes de Pekín!, dile a Mou que se los empolle porque hoy hemos tenido que terminar con Ramos de delantero centro!", le dijo un jugador a un empleado del club mientras le entregaba unos papeles del suelo.
El 'manual' de Pekín es una expresión del entrenador del Real Madrid en una pretemporada en China en las que trataba de mejorar el ataque posicional de su equipo.
Mientras que el juego del Madrid poco ha cambiado respecto al año pasado salvo en la puntería, Mourinho esta preocupado por su repercusión dentro del vestuario. Lo que antes era motivación ahora no provoca el mismo resultado. Sus discursos no provocan el resultado positivo esperado, y en ocasiones tampoco negativo.
Y ante la indiferencia de la plantilla, Mourinho mira para arriba y pide a la directiva que tome medidas. Medidas, fichajes, y más autoridad para recuperar el mando de un vestuario que no funciona como el esperaba.
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