Mourinho en el banquillo.
En profundidad
- Jose Mourinho
- Entrenador del Real Madrid
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La tercera temporada de Mourinho en el Real madrid comienza a ser un camino plagado de espinas. Mientras que en sus dos primeras temporadas en el club todo parecía venirle rodado, en esta tercera los malos resultados y las tensiones dentro dl vestuario comienzan a pasar factural al portuguñes.
El esquema de Mourinho era claro. Quería ir restándole poder al Barcelona y poco a poco ir igualando o menguando los títulos que ganaban. Aterrizó en Madrid tras el famoso triplete culé. El Barça ganó todas las competiciones que disputó y Florentino Pérez, se lo jugó todo a Mourinho: era su apuesta.
En la primera temporada, Mourinho ganó la Copa del Rey, y precisamente ante el Barcelona. El título, de importancia vital para el Madrid en el estreno del portugués en la casa blanca, supuso un periodo de tranquilidad. Se podía ganar al Barça y él era el más capacitado para lograrlo.
Pese a esto, el Madrid cayó en Champions ante el Barça en un polémico partido, con la expulsión de Pepe, y el técnico blanco salió a rueda de prensa con todo su armamento. Acusó al Barça de ayudas de la UEFA, de lucir el logo de UNICEF para parecer buenos... No se dejó nada en el tintero y el organismo europeo le multó.
Se necesitaba un título mayor
Pese a la victoria copera, en la planta noble de Concha Espina sabían que los títulos 'grandes' como la Liga y la Champions son los que realmente darían prestigio al club y acabarían con el ciclo de poder blaugrana. Durante la segunda temporada en el Real Madrid, sus números fueron históricos pero ya se comenzaron a notar ciertas diferencias con el vestuario.
Aún así, una Liga es capaz de borrar todo lo malo y desde la directiva, donde Mourinho tenía todo su apoyo, eran elogios. Distinto era entre la parroquia blanca que comenzaba a percibir demasiado protagonismo del portugués y se distanciaba de sus planteamientos 'defensivos', sobre todo en partidos de Copa de Europa donde el equipo fue eliminado en semifinales por el Bayern Munich.
Además la temporada comenzó con alta tensión tras la Supercopa y el 'dedazo' de Mourinho a Tito Vilanova, por aquel entonces segundo de Guardiola. Eso no gustó a gran parte del aficionado blanco al que le gustó menos todavía el enfado del entrenador por el acercamiento de Casillas a Xavi para hacer las paces por ese desagradable episodio. El entrenador consideraba que Casillas anteponía su interés personal al del equipo, en lugar de mantener la tensión permanente con el conjunto culé.
Pero sin duda, Mourinho ha comenzado a sentir el peso del Real Madrid esta temporada, cuando las cosas han venido mal dadas desde el principio. En la jornada 13 el Real Madrid se encuentra a 11 puntos de distancia del Barça y a la crisis en el vestuario hay que sumar la crisis deportiva. Los roces entre el Casillas, Sergio Ramos y Mourinho han sido públicos, lo que unido a la tristeza de Cristiano Ronaldo, han obligado a gestionar a Mourinho un vestuario en una situación complicada.
Derrotas, tristeza y enfrenamientos
La temporada comenzó con broncas con Sergio Ramos y Casillas por las derrotas de Getafe y Sevilla, públicas para más inri, que le costaron a Ramos la titularidad ante el Manchester City en Champions. Por si fuera poco en un partido ante del Deportivo se puso la camiseta de Özil paa dedicarle un gol al alemán cuando estaba siendo cuestionado por el míster. Guerra cruzada hasta que llegó la paz.
Con Casillas también ha tenido sus encontronazos pero el capitán no los ha aireado. El apoyo de Mourinho a Cristiano para el Balón de Oro ignorando al portero ha dolido al capitan del Real Madrid pero en ningún momento ha hecho declaraciones que pudieran perjudicar al equipo pero no dudó en dejar fuera a Mourinho en la votación a los entrenadores para el Balón de Oro. Dardo a mourinho.
Y para terminar Cristiano. El portugués no le está poniendo fácil la temporada a Mourinho. Su tristeza y su posible marcha inundan las tertulias televisivas mientras que Mourinho trata de obtener más poder de Florentino Perez, que empieza a cansarse de su entrenador. Sabe que la afición comienza a estar dividida en torno a Mourinho y con las elecciones a la vista no quiere realizar nada que pueda perjudicarle.
Este domingo el Atlético visita el Bernabéu y Mourinho sabe que es la mejor manera para olvidar los problemas internos. Sabe que siempre hay tensiones en los vestuarios, y el del Real Madrid es más complicado si cabe, pero todos los problemas se superan con victorias. Y este año no son las esperadas.
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