Llorente, en el Bernabéu, durante el duelo del sábado | EFE
En profundidad
El partido entre el Real Madrid y el Athletic de Bilbao del pasado sábado dio para algo más que para ver un duelo de históricos. La victoria blanca se mezcló con varios ingredientes extradeportivos. La tristeza de Cristiano Ronaldo fue uno de ellos. La ovación del Bernabéu a Fernando Llorente fue la otra.
El delantero riojano saltó al césped a calentar apenas había comenzado la primera parte y, de forma espontánea, se llevó el aplauso del feudo merengue. No era la primera vez que sucedía algo similar. Dos meses antes fue David Silva, otro español campeón de Europa y del mundo con 'La Roja', el que salió ovacionado del coliseo blanco cuando, al ser sustituido en Champions, el Bernabéu lo despidió con un aplauso de los que no se recuerdan.
Sin embargo, en el caso de Llorente, la ovación tenía un doble sentido. Sentido de apoyo por los éxitos conseguidos con España y de anhelo por verlo vestido con la zamarra del Real Madrid. La parroquia de Concha Espina quiere tenerlo en sus filas. Y no sólo la parroquia. También el club.
Tal y como ha venido contando EcoDiario.es, el Real Madrid (como el Barça y el Atlético) están siguiendo de cerca los pasos del delantero que queda libre el próximo mes de junio. Sin embargo, este sábado, lo que sólo eran informaciones periodísticas se convirtieron en certezas de palco.
El Athletic de Bilbao lo sabe. La directiva del equipo blanco dejó entrever el pasado sábado en la zona noble del Bernabéu que, efectivamente, el Real Madrid quiere a Llorente y que su fichaje tiene, como todo lo que sucede en la casa blanca, el visto bueno de su mánager general, José Mourinho.
Es, cuanto menos, lo que se va contando por el Botxo. Es lo que va contando la directiva del Athletic. Según cuenta Sportyou, algunos de sus integrantes recibieron mensajes de sus colegas en la misma dirección de lo apuntado por las informaciones de la prensa madrileña: el Real Madrid sigue a Llorente y tiene el visto bueno de 'The Special One'.
Semejante información no gustó a Josu Urrutia, presidente de los leones, que dejó la capital visiblemente enfadado por lo que había vivido durante el partido. No le gustaron los cánticos contra Susaeta, ni contra Gurpegui y tampoco los que le dedicaron al propio Llorente, quien, según la visión del mandatario, se dejó querer por la grada.
Lo hizo, primero, con una foto en la que apareció con Iker Casillas en el vestuario merengue. Cierto es que son amigos, pero entiende el presidente que un asunto así puede ser visto por la afición de San Mamés como un gesto de aprobación a los blancos. Además, el delantero agradeció el cariño del Bernabéu, pero nada dijo de los cánticos que habían proferido contra sus compañeros. Falta de solidaridad, entiende Urrutia.
Y mientras, el caso se enquista. Ayer Llorente no quiso dar una rueda de prensa y aunque algunas voces en Bilbao piden que el jugador sea vendido en el mercado invernal para poder sacar tajada de él, la postura de Urrutia parece clara: nada de dejarle salir.
O renueva o adiós, muy buenas. Y esa última postura parece que será la que se tomará finalmente. Llorente será libre en junio, dejará Bilbao y fichará por el equipo que quiera y que le pague lo que desee. Y uno de esos equipos es el Real Madrid, que podría dar a su grada lo que pidió el pasado sábado.
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