Xabi, la excepción de las normas blancas sobre renovaciones | EFE
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Cristiano Ronaldo está malacostumbrado. Al menos es lo que piensan en el Real Madrid. El delantero portugués llegó a la capital de España después de haber pasado seis temporadas en el Manchester United en las que los 'red devils' le renovaron en cinco ocasiones.
Aquello, según el luso, es una forma de demostrar a un jugador que, efectivamente, es el hombre más importante del club. Una suerte de cariño que ahora reclama en el Real Madrid. Pero las cosas, dicen en el Bernabéu, se hacen de otro modo. En Madrid, los procesos de renovación tienen su propio modus operandi con una excepción que confirma la norma: Xabi Alonso.
El pistoletazo de dos años
Desde que Florentino Pérez regresó al Real Madrid, el club merengue impuso un nuevo método para llevar a cabo este tipo de operaciones. Los jugadores sólo renovarían cuando le quedasen dos años de contrato. Entonces se activarían los mecanismos para, si el futbolista interesa a la entidad, tratar de firmar un nuevo contrato. En caso contrario, si el jugador no interesa, también sería en ese momento, a falta de dos años para el final su vinculación, cuando el Real Madrid lo colocaría en el escaparate.
La razón del por qué este paso se da en estos términos es sencilla. En el Bernabéu estiman que si se esperase al último año de contrato del jugador, éste podría presionar al club con la amenaza de marcharse gratis en junio para sacar una tajada mayor de la que estaría dispuesta a pagar la entidad.
Sin embargo, si el proceso comenzase antes, por ejemplo, a tres años vista para el fin del contrato, se correría el riesgo de que el rendimiento del futbolista decreciera en las siguientes campañas y que, por lo tanto, el club quedase hipotecado por un buen puñado de años con un futbolista de rendimiento errático.
Así pues, el plazo de dos años es, según el Real Madrid, el momento ideal para saber si interesa firmar la continuidad de un jugador tanto en términos de rendimiento como en términos económicos.
El caso de Xabi Alonso
Pero a esta norma, como hemos señalado antes, hay que añadirle una excepción. O mejor dicho, dos, una fallida y otra exitosa. La fallida la protagoniza precisamente Cristiano Ronaldo, con el que el Real Madrid inició conversaciones el pasado mes de mayo para tratar de llegar a un acuerdo en verano.
En los casos anteriores, los contactos se inician a principios del año en el que comienza la cuenta atrás de esas dos temporadas. En el caso de Cristiano, la lógica dice que tendría que haber sido en abril. Y así será. Tras no haber llegado a un acuerdo, el Real Madrid le ha expresado a su delantero estrella que aparcará el proceso hasta la primavera de 2013.
La otra excepción, ésta llevada a puerto con éxito, es la de Xabi Alonso. Aunque, en realidad, el caso de Alonso es distinto. Lo suyo no fue una renovación, sino una subida de sueldo unilateral.
Al año de estar en el Real Madrid, Florentino Pérez decidió, motu proprio, elevar el salario del internacional español en una cantidad que podría rondar los 600.000 euros por temporada. Jugoso incremento que responde al compromiso adquirido por Xabi durante su primera campaña como jugador blanco.
Curiosamente, el asunto de la renovación de Alonso es otro de los que tendrá que abordar la dirección deportiva merengue en las próximas semanas. Su contrato, como el de CR7, concluye en 2015, esto es, en dos temporadas.
En el resto de casos (Pepe, Ramos, Higuaín, Arbeloa, Di María), el Real Madrid ha cumplido a rajatabla este planteamiento que ahora tiene en vilo a su jugador más representativo.
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