@javicanarion reflexiona sobre qué es y qué no es madridismo, y la nueva Grada Joven de animación del estadio Santiago Bernabéu.Social Media for Business here
No salgo de mi asombro al comprobar de primera mano el daño que un tipo tan maleducado y mediocre como Mourinho ha hecho al Real Madrid. El otro día, en el Santiago Bernabéu, tuve la oportunidad de recoger los ánimos de la afición madridista, siempre exigente como corresponde a la de un equipo que ha sido nombrado el mejor del siglo XX, que es como decir el mejor de la historia del fútbol. El sentimiento general era favorable y muy cariñoso con el capitán del Real Madrid, Íker Casillas, que de todos es sabido no está atravesando su mejor momento en el equipo merengue. Lo que me puso los pelos como escarpias es escuchar algunas opiniones vertidas con furia, con un odio fermentado a través de la semilla de la discordia que el de Setúbal ha dejado plantada en el corazón de la afición blanca.
Algún grito de “topo” y “acabado” había escuchado en contra del capitán de España y del Real Madrid. De todo ha de haber en la viña del Señor y si un individuo quiere pagar una butaca en un recinto deportivo para gritarle eso a su capitán, imagino que está en todo su derecho. Cosas más graves suceden a diario en este país nuestro que no acaba de conseguir levantar la cabeza. Escuché gritos también de ¡Arbeloa, capitán! Quise tomarlo como una fina ironía puesto que si atendemos a lo clásico para designar capitanes, Arbeloa no lleva los suficientes años en el equipo para portar el brazalete. Si atendemos a las cualidades futbolísticas, y si deseamos que el brazalete lo luzca un jugador de campo, el aguerrido y cumplidor lateral salmantino nunca podrá ser considerado “el diez” del equipo. Menos con hombres como Xabi Alonso, Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos, jugadores todos ellos que parecen haber nacido para llevar un brazalete cosido a la manga. Lo grave es que la frase fue dicha atendiendo únicamente a la supuesta adoración de Arbeloa hacia su antiguo entrenador, José Mourinho. El mismo que sentó en el banquillo al capitán del Real Madrid para poner un portero de titular que resultó que no le servía. Arbeloa ha contestado en numerosas ocasiones declaraciones del entorno del Fútbol Club Barcelona. Lo ha hecho sin tapujos, sin pelos en la lengua, firme, pero con educación y en ocasiones hasta en una inteligente ironía. Es parte de la salsa del fútbol y no hay nada de malo en ello. Nunca le vi meter dedos en el ojo, ni esperar a árbitros en el estacionamiento de un estadio, ni llorar como una magdalena por los arbitrajes. Arbeloa respira madridismo, pero el madridismo de siempre, el mamado desde la cuna.
Y esto me lleva a la última frase que escuché. la que me llevó al borde de un telele, de un ataque de risa o de corazón, aún no lo tengo claro. Afirmaba un aficionado que Iker Casillas debería irse del Madrid porque no era madridista. Y, -atentos- que Mourinho era mucho más madridista que el portero de Móstoles. Y lo dijo convencido como joven al que le hubieran lobotomizado o lavado el cerebro. La afirmación sería hilarante de no subyacer un odio irracional hacia todo lo que el capitán de España y del Real Madrid hace y representa. Mourinho es un mercenario del fútbol, nacido en otro país, entrenador de varios equipos de fútbol, a todos los cuales, por cierto, ha manifestado en reiteradas ocasiones más cariño que hacia el propio Real Madrid, del que ninguna palabra agradable le he escuchado ni en el tiempo que trabajó aquí ni tras hacerlo y llevarse crudo todo el dinero que le dieron por un trabajo que no resultó satisfactorio. Segundo entrenador, por cierto, del Fútbol Club Barcelona. Un personaje que al poco de llegar quiso relajar sus funciones al frente del Real Madrid para dirigir a la Selección Portuguesa. Elogiable sentimiento patriótico luso pero nulo madridismo. Es el mismo que cada Navidad de las tres que estuvo hacía declaraciones añorando su amado Inter de Milán, su querida Inglaterra. Lamiendo el culo de forma repugnante a todos aquellas personalidades en Manchester susceptibles de ofrecerle la vacante de Ferguson, que al final llevó a Moyes al banquillo de Old Trafford. El mismo que hablaba por los codos de hablar “SU” tercera Copa de Europa y nunca de ganar para el club, para el Real Madrid, su décima Copa de Europa. Jamás hablaba del club, sólo él mismo le importaba. Una persona de esta calaña puede ser mejor o peor técnico (a mi parecer, muy mediocre entrenador), mejor o peor persona, y caer a la gente en simpatía o en antipatía. Pero lo que en ninguna cabeza cabe, vive Dios, es que José Mourinho pueda ser más madridista que alguien como Iker Casillas, que lo ha sido siempre, desde niño, sin tacha. Los que amamos un club de fútbol desde pequeños sabemos que es un sentimiento muy fuerte que nunca puede cambiar. Iker es madridista como el que más, como lo puede ser usted o lo puedo ser yo. Esa frase me pareció el colmo del despropósito.
El Real Madrid debe tratar de cerrar esta herida cuanto antes. El fondo sur del Bernabéu es la zona del estadio más cercana al antiguo inquilino del banquillo. Quizá por su carácter belicista, y sus continuos guiños a Ultrassur, el portugués se ganó un lógico cariño de la peña más activa del Real Madrid. No por ello sino por sus luchas internas (vieja guardia contra nueva guardia, ambición de controlar los ingresos y recursos que la influyente peña posee con la venta de material, etc), la peña Ultra Sur abandonará su reducto el estadio que poseía desde los años ochenta y sus localidades pasarán a formar una grada joven de animación. Los Ultras Sur daban un colorido espectacular al estadio en los días de partido grande, y ayudaban a encender al equipo en los días más insulsos. La grada joven debería ser en extremo animosa en un estadio por lo general tranquilo y frío como en el Santiago Bernabéu (aunque nunca más caliente que cuando huele la sangre en las remontadas). Veo un grave error en el Real Madrid mantener los precios de ese sector, y pedir tantos requisitos a los chavales que quieran formar la grada. Si son jóvenes, no creo que su poder adquisitivo sea elevado, y sólo podrían entrar los que se lo pudieran permitir, algo injusto y que a mi parecer choca con la idea original de esta idea. Veremos cómo se desarrolla esta idea, y veremos si el club colabora con esta nueva grada joven formada, con subvenciones para materiales que adornen el estadio, por ejemplo. Y ellos que con sus cánticos y su calor den la fuerza necesaria al Real Madrid para llegar a ser el equipo campeón que siempre fue.
Un abrazo a ellos, un beso a ellas, y nos vemos aquí o en los bares, o en twitter @javicanarion
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