Tal vez sea por el cansancio. Porque igual algunos jugadores han bajado su nivel. Quizá por la extramotivación de los rivales, que aspiran a ser los primeros en acabar con la bestia. El caso es que últimamente al Madrid le cuesta ganar los partidos. Pero lo hace y sigue alargando una racha que se eleva ya a 27 victorias seguidas. En Zaragoza, ante un CAI muy serio, sudó para seguir estirando su inmaculada trayectoria (68-75).Social Media for Business here
Tuvo que aparecer el mejor Rudy y la mejor defensa para terminar con el CAI, que se agarró al partido con todas sus fuerzas. Tuteó al líder durante tres cuartos y se desvaneció en el último ante la intensidad de Slaughter y Felipe atrás y ocho puntos seguidos de Rudy. Eso se tradujo en un parcial de 3-13 que pareció encarrilar el choque (57-67). Pero a los locales aún les quedaba un hilo de vida (66-70). Se cortó con una pérdida de Tabu y un 2+1 de Felipe a falta de 39 segundos.
Los blancos sufrieron de lo lindo. Nunca se sintieron cómodos ante la exigente defensa del CAI, que no les permitió sus habituales desmelenes con los que destrozan a sus rivales. Además, Shermadini les dio una mala tarde y eso que falló algunos tiros incomprensibles para sus 2,16. En el otro aro también hubo fallos clamorosos. Sólo la falta de frescura puede explicar los mates y 'alley-oops' que no consumaron los madridistas.
Los aragoneses tomaron el mando de inicio (13-8), pero el Madrid, sólo controlando un poco más el rebote, acabó el primer cuarto por delante (19-20) tras una canasta de Sergio nada más pisar la cancha. No le hace falta demasiado tiempo para calentarse. El único que veía aro con regularidad era Carroll, pero también lo hacía Roll, a quien defendía. Las que se iban por las que venían.
Tuvo mérito el CAI, que aguantó el baile de rotaciones y también el único tirón de los madridistas en la primera mitad. Fue un parcial de 3-10 que le dio su máxima ventaja (34-38). Se quedó en dos puntos al descanso. Ya en el tercer acto, los locales volvieron a encajar bien un golpe. Fue en los últimos instantes. El Madrid se escapó por cinco (49-54) y volaba en un contraataque mientras Abós pedía un tiempo muerto. Se temía lo peor. Pero Draper no encontró a Slaughter y, posteriormente, Rudez y Tomás pusieron las tablas (54-54) antes del cuarto final.
Ahí, con Mirotic expiando sus tres faltas, Laso apostó por Slaughter y Felipe. Su intensidad y su movilidad defensivas resultaron determinantes. Tanto como la puntería de Rudy. Ellos abrieron la brecha definitiva. Cuando Shermadini y Roll abandonaron el banquillo ya era demasiado tarde. Hacerles descansar demasiado pudo ser el único error de Abós, pero ante el Madrid se pagan. Los esfuerzos del CAI por dinamitar la racha blanca fueron infructuosos. Ya van 27 triunfos seguidos, 14 de ellos en Liga. Los de Laso se quedan sólo a uno del mejor inicio de la historia en la ACB.Social Media for Business here
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