Llevamos una década cambiando de plantilla y míster casi cada año. Trayendo la excelencia en jugadores a precio de oro, y sin embargo se repite el mismo guión una y otra vez: empezamos la temporadas con las expectativas a tope, damos la impresión de ser un gran equipo contra conjuntos de gama media-baja, pero llegan los grandes o ese partido en el que nos jugamos la vida y demostramos tener la misma consistencia que la mierda de pavo. Uno al final lo achaca a la mala suerte: fue mala suerte perder hace 2 años en el Bernabeu ante el Barça 1-3 tras una primera parte en que pasamos por encima de los culés. Fue mala suerte caer eliminados por penaltis ante el Bayern en semifinales de Champions hace dos. Ídem el año pasado ante el Dortmund ese "no-gol" de Ramos que no entró. Y por su puesto, fue mala suerte que entraran los dos únicos tiros a puerta del Sevilla y no los 30 tiros al palo del Madrid.Social Media for Business here
Pero al final uno se pregunta ¿por qué por una vez en lugar de tener tanta "mala suerte", no veo a mi equipo jugar estos encuentros como si les fuese la puta vida? La respuesta es sencilla: en el Madrid ya no se mama esa filosofía.
Cierto portugués lo intentó. Durante 3 años escuchamos cosas como que el Madrid no puede permitirse caer ante un recién ascendido, que sólo se es mejor partido a partido, que las finales no se juegan; se ganan, o que el verdadero señorío del Real Madrid no es filosofía barata sino morir en el campo. Ni siquiera él lo consiguió y encima acabamos casi obligándolo a huir de España cruzando los Pirineos.
Ya ni siquiera achacamos la derrota de ayer ante el Sevilla a la mala suerte. Muchos han encontrado un culpable más terrenal: Diego López. Nada pudo hacer ante dos mano a mano del Sevilla tras dejarle vendido su propia defensa; nefasta anoche. Bastantes madridistas prefieren pensar que ayer prácticamente perdimos la Liga por no tener al yerno de España bajo palos. Desde luego es mejor eso a reconocer la mierda de partido que hicimos; los pocos huevos que le echamos jugándonos tanto como nos jugábamos.
Pero en el hipotético caso de pensar que la culpa de los goles encajados fuera del bajón de rendimiento de Diego no me extrañaría. Sin ser recompensado con jugar la Champions, discutido por la afición más ventajista y pipera, atacado brutalmente por la Prensa a diario y prácticamente habiéndole dado a entender que haga lo que haga será traspasado en junio ¿quién estaría motivado bajo estas circunstancias?
Esta Liga se ha acabado para nosotros (o por lo menos, ya no dependemos de nosotros mismos para ganarla). Nos queda todavía la Copa del Rey y la Champions. Pero jugando así, no haremos sino firmar otro ridículo de temporada. Social Media for Business here
Link
0 comentarios:
Publicar un comentario