Di María fue sustituido el lunes durante el duelo entre su equipo y el Celta de Vigo y en su camino al vestuario se llevó la mano derecha a sus genitales mientras escuchaba los abucheos de un sector de la grada. Pronto las imágenes circularon por todos los canales de información y todas las tertulias deportivas pasaron a hablar del suceso.Social Media for Business here
El jugador insistió en que su acción no fue premeditada, que es la versión que escuchó el club tras el expediente abierto: "Yo aguanto los silbidos, no hice ningún gesto para nadie, simplemente me 'acomodé'. Si lo hace otro, ese gesto pasa de largo. Si lo hago yo, es portada de los diarios", argumentó Di María a los medios argentinos.
Pero en el club no están del todo convencidos de este argumento, según se explica por el expediente ordenado. Si el Real Madrid entiende que su gesto fue dirigido a la hinchada, el futbolista se arriesgaría a una dura sanción e incluso podría quedar apartado del equipo.
La prensa española cargó ayer en su contra. El diario As afirmó que el futbolista "ha vuelto a meter la pata con un gesto feo, desafortunado y que no quiso o no supo explicar públicamente". "Di María es un buen futbolista, pero se está pasando de rosca con un comportamiento inmaduro y egoísta", agregó. Para Mundo Deportivo, el incidente abre "la puerta de salida" al argentino del Real Madrid. El "acomodamiento" del que habla Di María es un capítulo más de la difícil relación que sostiene el futbolista con el club en los últimos meses.
Al comienzo de temporada su actitud fue ensalzada por sus dirigentes como "modélica". Su técnico, Carlo Ancelotti, le puso como ejemplo frente al alemán Mesut Özil y contó con el aval público de Cristiano Ronaldo, con quien comparte representante.
Sin embargo, la llegada del galés Gareth Bale lo apartó de la titularidad y la prensa española no tardó en asegurar que el argentino quería marcharse "inmediatamente" del Real Madrid, algo que no ocurrió.
Pero esa circunstancia sirvió para que cambiara radicalmente la relación entre el futbolista y la hinchada. Hasta tal punto que comienza a ser habitual escuchar silbidos contra el extremo argentino.
El último suceso y el expediente abierto añaden un nuevo argumento para quienes piensan que Di María tiene las horas contadas en el club blanco.Social Media for Business here
Link
0 comentarios:
Publicar un comentario