El encuentro comenzó con intensidad, con cuatro oportunidades en los primeros 10 minutos. Tres para el local, una para la visita, que desbarató bien Casillas. Poco después sería Jesé el que tendría otra nueva ocasión de marcar después de una buena asistencia de Cristiano Ronaldo. Llegó antes Riesgo, que despejó claramente el balón y se llevó por delante al jugador rival. El árbitro Pérez Montero vio penal, pero muy acertadamente se dejó aconsejar por su asistente y rectificó la pena máxima.
Benzema, apenas tres minutos después de ese polémico fallo, puso al Real Madrid en ventaja al cabecear un tiro libre que había ejecutado de manera magistral Luka Modric, uno de los mejores hoy en el Bernabéu. El galo quedó así a un gol de los 100 con la camiseta merengue.Social Media for Business here
Pese a la gran cantidad de ocasiones en ambas áreas, no tardaría mucho en estancarse el encuentro. Ya amenazaba con hacerlo antes del gol y después del mismo fue más palpable todavía. Por un Madrid que ya tenía buena parte de los deberes hechos, con apenas el 10 por ciento de la eliminatoria disputada, pero especialmente por un Osasuna que sin el balón en los pies se retrasó sin ningún remordimiento. Riera arriba, Riesgo en el arco y los otros nueve jugadores en una franja de apenas veinte metros empezando a contar desde su mismo borde del área.
En ataque, los dueños de casa sólo proponían a través de las intervenciones de Jesé, la efectividad de Modric y las ganas de Ronaldo, pero con poca profundidad y menos velocidad aún. De hecho, aunque los propios Jesé y Cristiano tuvieron un par de ocasiones, fue Osasuna el que más cerca estuvo antes del descanso, gracias a la pelota parada, y siempre con Oier como protagonista. Pero sus dos disparos desde dentro del área se fueron cerca del palo. Pudo haber cambiado el partido.
La segunda parte comenzó con la misma tónica con la que terminó la primera. Al menos, el primer cuarto de hora, hasta que las situaciones empezaron a aparecer para los blancos. Real Madrid tuvo tres minutos mágicos, del 13 al 16 del segundo tiempo, de esos que construyen el mito del miedo escénico del Bernabéu. Y eso que Cristiano estuvo errático, porque tuvo dos claras ocasiones ante Riesgo, una tras pase de Bale y otra después de una asistencia de Modric, pero falló en ambas. Entre las dos, Jesé sí pudo convertir el mano a mano después de una recuperación de Benzema y la participación de Ronaldo.
Tras el segundo gol, Cristiano no perdió ni un segundo en celebrarlo para que se sacara rápido desde el medio, en busca de una mayor diferencia en el marcador para la vuelta. Pero fue tan sólo un espejismo, ya que en el último cuarto del partido el ritmo bajó de forma considerable. De hecho, apenas Gareth Bale levantó al público con un gol cantado que desvió irónicamente Cristiano Ronaldo dentro del área chica. Fue la última oportunidad del encuentro. El anticipo de lo que seguro será un partido de vuelta con mucha tensión en Pamplona.Social Media for Business here
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