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Alcoyano: Unai Alba, Arkaitz, Javi Selvas, Pereira, Alcántara, Jhon Edison (Fran Piera, m.47), Javi Lara, César Remón, Ferrán Tacón (Devesa, m.72), De Dios (Omar, m.56) y David Torres.
Real Madrid: Adán, Albiol, Varane, Carvalho, Nacho, Callejón, Essien (Modric, m.59), Álex (José Rodríguez, m.46), Kaká, Morata y Benzema.
Goles: 0-1, m.21: Benzema. 0-2, m.36: Kaká. 0-3, m.67: José Rodríguez. 1-3, m.72: Javi Lara. 1-4, m.89: Benzema
Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (colegio cántabro). Amonestó por el Real Madrid a Varane y Álex. Sin amonestados en el equipo local.
Incidencias: partido disputado en el campo de El Collao ante 6.500 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
La Copa del Rey ya tiene otra eliminatoria sentenciada a las primera de cambio. El Real Madrid superó con contundencia al Alcoyano (1-4) y pone rumbo a la siguiente ronda previo paso por un intrascendente partido de vuelta en el Santiago Bernabeu, un premio para los jugadores del cuadro valenciano y una faena para los blancos.
Porque no nos engañemos. Este formato de competición tiene emoción e interés cero. Sí, en el pasado ha habido algún tortazo (o 'Alcorconazo') inesperado, pero son la anécdota. El interés acaba con el primer gol de los grandes, que es justo el momento en que se deja de soñar con la sorpresa, con la posibilidad de que once (y pobres) valientes den la campanada ante plantillas multimillonarias en las que actúan algunos de los mejores jugadores del planeta.
El Barça -e incluso el Valencia- sellaron su pase a octavos de final el martes y el Real Madrid y el Atlético lo lograron el miércoles. Nada que ver con las vibrantes copas inglesas a partido único, con extraordinarios resultados como el 5-7 del Reading-Arsenal o el 5-4 del Chelsea-Manchester United. Disculpen, esto es solo una pataleta que no lleva a nada.
Hablábamos del Madrid y su visita a 'El Collao'. No comenzó bien el equipo de Mourinho, con demasiadas caras nuevas. Carvalho, Nacho y Albiol fueron titulares en defensa. El canterano Alex Fernández ejerció de organizador y Morata se situó junto a Benzema y Kaká en ataque.
Muchos cambios, poco acoplamiento y un rival extramotivado en frente aumentaron los errores del conjunto visitante. Apretaba el Alcoyano y el balón le duraba poco al Madrid, que veía como todo el peligro le venía por las bandas. Había nervios, Varane vio una amarilla por un codazo a un rival y Mourinho se desgañitaba en el banquillo pidiendo a sus futbolistas que jugaran al patadón.
Tanto insistió el luso que sus pupilos al final le hicieron caso. En el minuto 20, un pase largo lo despejó mal un defensa del Alcoyano y dejó a Benzema solo ante el portero Unai Alba. No hubo tiempo para lamentos. Con el 0-1 el partido pareció acabarse.
El Alcoyano sufrió el golpe. Se dio cuenta que, pese a la sensación de que estaba siendo superior al Real Madrid, la realidad era otra. Había aceptado la invitación de los de Mourinho sin pensar en que era una trampa. No resguardó suficiente su espalda y la pegada blanca fue implacable.
Cuando los locales aun estaban asimilando el nuevo escenario, apareció Kaká para demostrar su profesionalidad. El brasileño, todo un campeón del Mundo condenado a jugar partidos menores con el Madrid, resolvió una internada al área con un zurdazo.
Con nada que perder, el Alcoyano intentó sacar la rabia contenida. Y tuvo ocasiones para marcharse con un resultado menos duro. Sobre todo en el inicio de la segunda mitad, cuando complicó la vida a la defensa rival. Coincidió con la entrada al campo de un prometedor centrocampista del Madrid, José Rodríguez.
El muchacho de Villajoyosa tiene solo 17 años y se apuntó el tercer gol del conjunto merengue. Un excelente tiro de rosca que superó a Unai Alba. El último futbolista de 17 años que debutó con el Real Madrid fue un tal Raúl González Blanco en 1994.
Siguieron teniendo opciones los locales y por fin, en el 76, encontraron el premio. Javi Lara lanzó una falta de forma excelente, ante la que Adán no pudo hacer nada. Fue la única mancha negra para el portero, habitual suplente de Casillas y que fue providencial para salvar a su equipo en más de una y de dos oportunidades.
El 1-3 obligó al equipo de Mourinho a emplearse mínimamente para no llevarse otro susto. Con Modric llevando la manija, incluso encontraron una nueva diana a su favor, la definitiva, la que convierte la vuelta en un incómodo trámite, para ambos equipos. Qué bonito hubiera sido que la eliminatoria se hubiera resuelto en un día, viendo a dos equipos aplicarse al máximo para no llevarse un chasco que es prácticamente imposible que suceda a doble partido.
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