José Mourinho se ha convertido en el líder absoluto del Real Madrid. El técnico portugués, que ha ido almacenando cada vez más poder con el consentimiento de Florentino Pérez, se ha mostrado firme a la hora de dirigir el rumbo de la nave merengue en su lucha con el FC Barcelona.
Para ejercer ese dominio tan marcado y sin apenas fisuras, al míster luso no le ha temblado la mano a la hora de señalar de forma directa a todos los que han mostrado de forma pública o privada una opinión contraria a la suya.
De esta forma, Mourinho se ha convertido, a la vez, en juez y fiscal. Una postura radical pero efectiva que le ha ayudado a obtener una estructura de club a su medida y que hasta el momento ha sido refrendada por los títulos.
El último que ha osado a desafiar las directrices marcadas por el de Setúbal ha sido Alberto Toril. El técnico del Real Madrid Castilla, pese a intentar huir de polémicas con su homólogo en el primer equipo, no pudo contenerse y afirmó que Nacho Fernández, zaguero del filial blanco, podría jugar en cualquier posición defensiva.
Sus palabras no sentaron nada bien a Mourinho, que considera que el joven futbolista de 22 años es más útil en la izquierda, ya que la banda zurda se ha quedado debilitada después de la lesión de Marcelo. Por eso, el luso no se mordió la lengua y fue contundente con Toril en sala de prensa, criticando tanto el sistema de su equipo como la posición del dorsal 27 merengue.
"Hay jugadores del filial que juegan en posiciones que no existen aquí. No jugamos en 4-4-2. Hay pocos puntos de contacto en el modo de jugar. Y en ese sentido, los jugadores son un poco perjudicados", explicó The Special One.
"Toril sabe todo lo que he hablado con vosotros. Sabe que conmigo Nacho no será nunca central. Pero él tiene su autonomía y yo la mía. Tiene que decidir qué es más importante, si terminar cuarto o quinto o noveno en Segunda, o ayudar a la progresión de un jugador que está a las puertas de una posición que es clave en el Real Madrid".
Ante estas palabras, y pese a que Mourinho se apresuró en negar que no hay ninguna guerra interna, resulta evidente que el clima de trabajo entre los dos entrenadores dista mucho de ser idílico: ambos tienen criterios diferentes y eso no es positivo a la hora de coordinarse.
Pero Alberto Toril no es el primero que se ha atrevido a desmarcarse del liderazgo del míster merengue, ni tampoco en ser criticado, de manera velada o no, desde la sala de prensa.
Con toda seguridad, el encontronazo más sonado por parte del portugués se produjo con Jorge Valdano. El argentino no tuvo más remedio que abandonar el Real Madrid para evitar las célebres 'disfuncionalidades' cuando Mourinho invadió gran parte de su parcela de poder con el consentimiento de Florentino, dejando un claro vencedor en aquella batalla.
El ex de Inter y Chelsea también se ha esforzado por no dejar ningún cabo suelto en otras áreas de su actual club: no le tembló la mano al llamar 'iluminados' a los médicos que aconsejaron a Higuaín no operarse en 2011 e incluso fichó a un cocinero en el verano de ese mismo año para controlar la dieta de sus jugadores.
Ahora, la omnipresencia de Mourinho amenaza directamente no solo a Alberto Toril, sino al actual modelo de cantera desarrollado en Valdebebas. El luso no quiere un equipo con identidad propia y grandes resultados en Segunda División, sino un conjunto de jugadores jóvenes y con proyección cuya principal aspiración sea estar disponibles para ayudar cuándo y cómo se les pida.
Lo que parece claro es que, si se acaba desatando la guerra en la Casa Blanca, Mourinho se sabrá vencedor antes de que comience la batalla.
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