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viernes, 7 de febrero de 2014

Basketmanía » Blog Archive » El Real Madrid se enamora de la perfección (83-60) - eldia.es

Dominador desde el comienzo, el Real Madrid superó por 83-60 al Herbalife Gran Canaria con una exhibición de Rudy, Mirotic, Felipe Reyes, Bourousis y momentos de magia de Sergio Rodríguez. Walter Tavares (31 de valoración), el mejor de los isleñosSocial Media for Business here

El Real Madrid celebra su clasificación para semifinales (ACB Photo)

Redacción, 6 Feb. 2014.- El Real Madrid manda un mensaje a todos sus rivales con un encuentro perfecto en cuanto a sobriedad y dominio, aderazado con momentos de magia.

El Herbalife Gran Canaria solo pudo estar por delante tras la canasta inicial antes de asistir al show, uno por uno, de varias de las estrellas blancas. La gran puesta en escena de Mirotic estableció las primeras diferencias importantes (19-9), la inteligencia del Rodríguez y la versitilidad de Borousis rompieron el partido al descanso (41-20) y Fernández apareció en el tercero para confirmar la victoria blanca (58-32, m.27).

El cuadro canario, todo orgullo, amagó con reaccionar por la inspiración de un Tavares colosal (16-12, con 31 de valoración), pero el empujón final de Reyes y el propio Rodríguez estiró la diferencia, llegando a poner un +31 de diferencia (81-50) a poco para el final. El amor propio del cuadro insular evitó que se superase la máxima histórica en una Copa, +29, con un 83-60 definitivo que bien refleja lo que fue un partido prácticamente perfecto de un Real Madrid que sigue invicto en competiciones ACB.

Slaughter la hunde (ACB Photo)

Mirotic vale por cinco

El Real Madrid y el Herbalife Gran Canaria se han pasado años respondiendo, en la previa de la Copa, las mismas dichosas preguntas. El viejo tópico periodista de explotar el dato hasta la saciedad, hasta convertir la curiosidad en maldición, reflejado en dos preguntas diferentes pero similares. A unos, que si este año tocaba la Copa tras 19 años de sequía. A los otros, que si esta vez tocaba pasar a semifinales tras 16 eliminatorias en cuartos. De 16 intentos.

Sin embargo, tanto los blancos como los amarillos acabaron, en los 2 últimos años, con la rutina de cada previa. Un trofeo copero, por fin, y un pase a semis celebrado como un título. Suficientes para acabar con el bucle de datos. Suficientes para, una vez derribados los muros, ir a por más. Al Real Madrid aquella Copa del Sant Jordi le catapultó a una época que comienza a ser dorada y, al Herbalife Gran Canaria, al romper el muro de cuartos también en Playoff, solo 3 meses después.

Cuando las maldiciones vuelan, solo queda baloncesto. Y eso es lo que propuso desde el principio un Real Madrid consciente de que el primer motivo de su magia ofensiva es su fortaleza atrás. Y el factor Mirotic, claro. Al Herbalife Gran Canaria solo le duró su ventaja, tras el 0-2 de Newley, unos pocos segundos. Un palmeo de Borousis y un triple del montenegrino le daban la vuelta a la tortilla. Y de ahí al bocinazo final, ya no habría más cambios.

El derroche de Mirotic era escandaloso, bien escoltado por Rudy y por el propio Borousis. Un triple por aquí, un contraataque, una canasta de 5 metros. Y en defensa besaba el suelo con tal vez de robar un balón (15-6, m.5). El Herbalife Gran Canaria se obsesionaba con el triple –Newley cortó un 0/8 con el primer acierto lejano- y la telaraña madridista empezaba a decantar el partido. Cuando Mirotic cerraba el cuarto con otra canasta (19-9), el de Podgorica llevaba más puntos (11) y valoración (12) que todos los jugadores rivales juntos.

Herbalife Gran Canaria cierra el rebote (ACB Photo)

El Chacho… de la pintura

Al partido solo le faltaba la presencia de Sergio Rodríguez para acabar de romperse. El Chacho lo hizo todo demasiado sencillo, por muy compleja que fuese su fórmula. Porque… ¿cómo diablos se explica su primera jugada de magia en el periodo? En un mismo punto, Rodríguez paraba el tiempo en sus manos y ponía el slow motion para inventarse un pase a cámara lenta para que Slaughter cogiese la bola en el aire y, como si se rebobinase hacia delante, machacaba a toda prisa. Dos velocidades en una misma jugada. Dos velocidades en un mismo encuentro.

Y es que habría más. A la siguiente jugada, el base canario botó una y mil veces para inventar un pase a Rudy que solo estaba en su cabeza. Solo podía estarlo. Por si fuera poco, otro desafío a la lógica a continuación. A Carroll se le escapaba la pelota y, sin acabar de terminar de agacharse para recogerlo empezó a ascender para clavar el triple y culminar el parcial de 7-0 de inicio: 26-9. Una jugada tan imposible como empezaba a parecer la remontada insular.

El Herbalife Gran Canaria se intentaba agarrar al partido mediante la inspiración de Tavares, el mayor dolor de cabeza para su rival. Sin embargo, en el cuadro madrileño, al que realmente dominaba en la zona ni siquiera le hacía falta sumar muchos puntos para sentirse poderoso. Borousis era una especie de base disfrazado de pívot gigante. Cualquier conexión interior pasaba por las manos del heleno, especialmente activo, especialmente creativo. Sus asistencias provocaban canastas fáciles. La quinta, tras pase a Carroll, desataba el aroma a despegue ya imparable: 31-13 (m.16). El Chacho de la pintura hablaba griego.

Y aún creció más la ventaja en los instantes finales del segundo periodo. Reyes pedía su sitio con varias canastas de felipense firma, Borousis seguía con el partido en sus manos, Rodríguez se lo pedía prestado para transformarlo en espectáculo y Rudy, en un segundo plano ficticio por su protagonismo sin disimulo, taponaba a Báez para dejar la diferencia al descanso en la máxima vista hasta ese momento: 41-20.

Sergio Rodríguez acelera dejando atrás a Albert Oliver (ACB Photo)

Rudy se apunta a la fiesta

El triple inicial de Hansbrough pareció anunciar mucho más. Por lo veloz de la reacción nada más salir de vestuarios, por su celebración, por el grito de la grada. Todo pesaba mucho más que el -18 del luminoso. Todo pesó muy poco cuando el Real Madrid dio la réplica. Llull y Fernández aparecían en medio minuto para doblar a su oponente: 46-23.

Con 18 minutos aún por jugar, la sensación general cogía aroma a trámite. Porque pese a los puntos de Báez y Hansbrough, siempre había respuesta blanca, con Rudy como denominador común. Primero, con un 2+1 tras una jugada brillantísima. Más tarde, para confirmar que, junto a Mirotic, ya era el protagonista absoluto del partido. Cuando Draper se sumó al show para poner la máxima (58-32, m.27), la incógnita parecía saber hasta dónde llegaría la diferencia final con un conjunto tan desatado y otro a la deriva, frustrado.

Empero, si del Herbalife Gran Canaria se trata, puede haber errores, puede haber desacierto, puede haber sequías… pero jamás habrá una bajada de brazos. Su último gesto de orgullo le dio algo de vida a la recta final, siempre de la mano de un Tavares inmenso, histórico -topes de valoración y rebotes para el club en el torneo- estrella con seguridad en futuras Copas, con una fe tan infinita como sus brazos. Un 3-11 de parcial canario les permitía acabar el tercer periodo con constantes vitales (61-43) y con la grada amarilla vibrando como si los 18 fuesen de ventaja.

Rectificado en el aire para el lanzamiento de Rudy Fernández (ACB Photo)

La réplica de la perfección

El pío-pío volvía a sonar. El “Sí se puede”, como cuando se venció a Bilbao en 2013, como cuando de verdad se pudo. Y, por momentos, a lo imposible se le añadió el “casi” y el milagro era menos milagro. Nacho Martín elevó el parcial a 3-13 (61-45, m.31) y el parcial pudo ser mayor, porque al Real Madrid no le entraba nada. Hasta que le entró, claro. Y ahí, hubo poco más que hablar.

Porque si Mirotic, Borousis y Fernández vivieron su instante de gloria, Reyes también era capaz. Sus puntos, la eterna dicotomía de lo sencillo y de lo trabajado, terminaron con la historia del partido, si es que le quedaba algo.

El Chacho continuaba su clinic de dirección, igualando el récord histórico de asistencias del Real Madrid. Y sus pases encontraban destino, siempre paradisiaco. El mismísimo edén de Mejri y su mate colosal. El edén de Dani Díez con triple nada más salir (81-50, m.37). Y el edén de un equipo que ya suma 21 victorias en 21 partidos ACB, empeñado en reinventar la palabra perfección. Por momentos, amagó con lograr el triunfo más amplio en la historia ACB (+29), si bien el Herbalife GC logró evitar ese deshonor con sus puntos finales hasta el definitivo 83-60. Tampoco lo merecían.

Si lo de hoy fue un aviso… les salió demasiado bien. Este Real Madrid mete miedo.Social Media for Business here



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