El ritmo lento y los altibajos, grandes protagonistas durante los primeros 45 minutos, con un Madrid que no se encontraba a sí mismo. Y es que, salvo por algún latigazo aislado de Modric o Cristiano, los Merengues se olvidaron de su fútbol y se dedicaron a entrar en una batalla en la que tenían todas las de perder.Social Media for Business here
Celta, con oficio, fue capaz de llevar el partido a su terreno sin hacer grandes alardes y sin que su arquero tuviera que protagonizar ninguna intervención destacada, mientras Charles y Rafinha, muy activos, pusieron en suspenso el área de Diego López en los minutos iniciales.
No tuvo más remedio que empezar a quemar cartuchos Ancelotti tras el descanso: primero fue Illarramendi, luego Jesé y por último Bale. Sin margen para el error, el Madrid buscaba su regalo de Reyes que se la había negado hasta ese momento. Y como por arte de magia, el regalo llegó en forma de gol…
Benzema, que instantes antes había tenido una oportunidad clarísima, se encontró un centro de Jesé para poner el tan buscado 1-0. Así llegó la recompensa a un cambio de actitud que debió haber irrumpido mucho antes.
No obstante, faltaba algo. Faltaba el goleador. Faltaba Cristiano Ronaldo. El delantero portugués, que no había tenido demasiada suerte, se encontró un centro medido de Carvajal para poner el segundo tanto a falta de diez minutos para el final. Pero no estaba contento; quería más. Y fue Bale el encargado de asistirlo, tras romper por la banda derecha, para que CR7 grite el 3-0 final y el segundo en su cuenta personal. Un broche perfecto para un partido que fue más difícil de lo que reflejó el marcador.
Con este triunfo, Real Madrid alcanzó los 44 puntos y se mantiene a cinco de Barcelona y Atlético de Madrid, que también resolvieron sus compromisos esta jornada con victoria y tendrán que enfrentarse el próximo fin de semana entre sí.
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