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Diego López trata de despejar un balón en el inicio de Liga | EFE
Los detractores de Iker Casillas acusan al portero de un puñado de defectos. Uno de ellos, quizá el más destacado, es su incapacidad para atajar los balones que llegan colgados a su zona de influencia. Lo cierto es que se trata de una crítica lejana en el tiempo. En sus inicios, el propio arquero reconoció que era su punto débil. Ahora se ha convertido en una grieta para que sus contrarios exploten las carencias del capitán blanco. Unas carencias que, casualmente, ahora empieza a acusar Diego López. Los problemas defensivos del Real Madrid empiezan a destapar las vergüenzas por alto del gallego.
Así al menos ha sucedido en los dos últimos partidos. Diego López ha recibido cuatro goles y todos llegaron por alto, de cabeza. Dos frente a Osasuna (los dos marcados por Oriol Romeu) y dos ante el Valencia (uno de Piatti y otro de Mathieu).
En todos queda claro que la defensa merengue pudo haber hecho algo más para frenar las acometidas de los delanteros. Sin embargo, siendo esto cierto, también parece evidente que la actuación del portero tampoco evitó esos goles.
Quizá pudo haber hecho más. Dudas que se unen a otros pequeños fallos recientes de un portero que arrancó el curso siendo algo más que el salvador del Real Madrid. Sus intervenciones salvaron un buen puñado de puntos en campos como el del Elche, Villarreal o Levante. Sin embargo, en los últimos encuentros no está teniendo el mismo nivel que en aquellas jornadas iniciales.
Si a ello se le une que Casillas sigue mostrando un buen nivel en Champions y Copa, lo cierto es que el debate está servido, aunque los datos sigan dando la razón a Ancelotti. Ambos porteros están dando una buena versión de si mismo e incluso se ha reducido el número de goles encajados.Social Media for Business here
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