Cinco títulos en juego y cero conseguidos. Ni los tres grandes con el Real Madrid, del que salió por la puerta de atrás, ni los dos primeros con el Chelsea han acabado siendo alzados por el técnico portugués que dejó más enemigos que aliados en al capital blanca, donde llegó como el salvador del patria y acabó siendo abucheado y siendo una de las causas de la división del madridismo.
Real Madrid 2013: Jose Mourinho (Foto | Dani Mullor - VAVEL).Social Media for Business here
No ha sido un buen año para Jose Mourinho. Cero títulos, críticas en los dos clubes a los que ha pertenecido, una despedida y muchas dudas respecto a su juego y esquema planteados hasta el momento. El 2013 comenzó con el equipo del portugués descolgado de la Liga (tercero a más de quince puntos del FC Barcelona) y bien vivo en Copa del Rey y UEFA Champions League y ahora en el Chelsea ya ha perdido dos títulos y no es favorito para ninguno de los otros en los que aún está en liza.
Su mala relación con los futbolistas y los peores resultados obtenidos en este último año le llevaron a dejar el Real Madrid por la puerta de atrás, tras perder la Final de Copa del Rey ante el Atlético de Madrid en su propio feudo, el Santiago Bernabéu. La pésima imagen ofrecida en el Signal Iduna Park ante el Borussia se vio tapada por la muestra de orgullo del equipo en los últimos diez minutos de la eliminatoria que casi les vale para pasar a la gran final de Wembley. En Liga, y pese a fallar poco, el pésimo primer tramo de competición le lastró y le hizo imposible revalidar el título conseguido doce meses antes.
Un inicio de año letal
El primer trimestre del 2013 fue casi perfecto para los intereses del Real Madrid. Con los dieciséis puntos de desventaja con los que se habían ido de vacaciones navideñas, Mourinho decidió rotar para guardar a su 'once tipo' para las grandes ocasiones ya que se lo guardaba todo a la Champions League, principal objetivo de la entidad blanca. Pese a eso, y a los dos empates ante Osasuna y Zaragoza, el resultado fue bueno y el equipo de Chamartín conseguía sacar adelante todos los partidos ligueros y lo hacía con la novedad de Diego López en la portería tras la lesión de Íker Casillas en la Copa del Rey.
En febrero llegaba el gran momento, la UEFA Champions League regresaba a la capital de España tras la mala primera fase de la competición que había obligado al conjunto blanco a ser segundo de grupo por detrás del que después sería su verdugo en la competición, el Borussia Dortmund. Un emparejamiento con el Manchester United era el primer 'test' serio del año para el cuadro blanco que, sin embargo, superó con suficiencia aunque sin excesivo brillo.
Tras un empate a uno en el Bernabéu, la calidad de Modric y el poderío realizador de Cristiano llevaron al Madrid a los cuartos de final cuando peor lo tenía ya que el Manchester United estaba con el marcador a favor en Old Trafford. Remontada para seguir soñando con la 'Décima'.
Foto: UEFA
Si el pase a cuartos de final de la Champions contra un rival de altura, ni que decir del camino del conjunto blanco por la Copa del Rey antes de la gran final. Una goleada al Celta, que obligó a remontar al Real Madrid tras hacerle sucumbir en Balaídos, la eliminatoria que supuso el fin de Casillas con Mourinho en Valencia y una supersónica semifinal ante el vigente campeón, el FC Barcelona, fueron los escollos que tuvo que sortear los pupilos del técnico portugués.
La penúltima ronda del torneo del 'KO' se disputó con un mes de diferencia y en ese periodo cambió mucho el panorama en ambos conjuntos. El Barcelona, que llegaba imparable a la ida, dejó salir vivo al conjunto blanco que se apoyó en un genial Varane para empatar el partido a uno y dejarlo todo abierto de cara a la vuelta, disputada en el templo culé. Ahí, en el Camp Nou, el Madrid asestó un golpe letal a su contrincante goleando 1-3 en la mayor exhibición que se recuerda al equipo blanco contra el Barcelona desde que el técnico portugués llegara al banco merengue. El Real Madrid estaba en la gran final ante su vecino, el Atlético de Madrid.
Mal juego y peores resultados
Si parecía que el Real Madrid iba creciendo camino de la Décima, todo se diluyó en la parte final de la competición. En Liga, un único empate en Anoeta con la Liga ya en poder del club azulgrana, fue el borrón a un acto final que contó con victorias de prestigio como el derbi en el Calderón o el Clásico ante el Barcelona en el Bernabéu. Fue ahí, en el templo merengue, donde el Madrid encarrilaría su pase a semifinales de la Champions tras golear 3-0 a un débil Galatasaray.
La vuelta fue un mero trámite pero el 3-2 final ya trajo consigo un toque de atención a la zaga blanca. En semifinales tocaba enfrentarse al Borussia Dortmund y ahí, un Mourinho enfrentado con sus futbolistas, no tuvo opción alguna ante el baño táctico de Klopp. Un magistral Lewandowski, autor de cuatro goles, personificó el recital alemán ante la poca entrega blanca, una humillación que recordaba a las vividas por Capello, Schuster, Juande Ramos o Pellegrini. Un grande de Europa maltratado sin piedad por la revelación del torneo.
El partido en el Bernabéu no fue diferente a cuanto a juego se refiere, sin embargo, la entrega blanca unida a diez minutos mágicos estuvo a punto de llevarles dirección a Wembley. Los goles de Benzema y Sergio Ramos hicieron soñar con una remontada de otra época pero esa no se produjo y llenaron de lágrimas el Santiago Bernabéu. El sueño de la Décima volvía a esfumarse.
Foto: Getty Images
Tras la debacle europea a Mourinho sólo le quedaba la Copa del Rey para no irse, por vez primera, sin títulos desde que gobernaba el banquillo blanco. Real Madrid - Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu. Uno de los mejores partidos que se podían vivir y que al final quedó decantado del lado visitante con un gol de Miranda en la prórroga. Jose Mourinho, como Cristiano Ronaldo, acabaron desquiciados y expulsados. Fue el último episodio lamentable del técnico portugués dentro del Real Madrid.
Distinto club, mismas dudas
En verano, tras salir del club blanco, aterrizaría nuevamente al 'club de sus amores' el Chelsea. Ahí está formando un equipo joven y con gran proyección pero los resultados no están siendo ni de lejos los esperados. Terceros en la Premier League, no brilló en la primera fase de la UEFA Champions League en la que pasó como primero de grupo pese a que el Basilea le superara en los dos encuentros.
Además, en la Capital One Cup, el Sunderland, colista de la Premier, les apeó dejando sin opción de título al portugués, que vió como en agosto el Bayern de Múnich de su 'antagonista' Guardiola le empataba sobre la bocina de la prórroga para acabar llevándose la Supercopa de Europa, a la que había accedido como campeón de la Europa League.Social Media for Business here Más noticias sobre
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