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sábado, 30 de noviembre de 2013

Análisis del próximo rival: Real Madrid

30-11-2013 10:41

Los de Juan Ignacio Martínez visitan esta noche el siempre imponente Santiago Bernabéu para enfrentarse a un Real Madrid que cuenta sus últimos partidos por goleadas. Tras un inicio de temporada dubitativo, el conjunto de Carlo Anchelotti mejora a pasos agigantados y partido a partido va encontrando su propio estilo. Aunque aún tienen margen de mejora y sufren demasiado en defensa, la cosa promete. Con un entendimiento cada vez mayor entre sus jugadores en el campo, la vuelta de Xabi Alonso al once y la tremenda pegada de sus delanteros, el Real Madrid vuelve a ser ese equipo temible y eficaz de siempre ha sido. Desafío harto complicado para el Pucela, que sin embargo tendrá la suerte de no tener en frente al que probablemente sea el mejor jugador del mundo en estos momentos, Cristiano Ronaldo.

Álvaro Yepes
Análisis del próximo rival: Real Madrid

Análisis del Real Madrid. (Foto: Dani Mullor | VAVEL).Social Media for Business here

El Real Valladolid no pasa precisamente por su mejor momento. El equipo no ha empezado la temporada con buen pie, ya que ni ha podido mantener el fútbol vistoso y combinativo de la era Djukic, ni ha alcanzado la cifra de puntos que cabía esperar a estas alturas. Juan Ignacio Martínez sabe que si el equipo quiere evitarse problemas mayores en un futuro deben empezar a sumar cuanto antes. Desgraciadamente, esta no es la jornada más apropiada para comenzar a retomar el vuelo.

Los vallisoletanos se enfrentan al todopoderoso Real Madrid. La diferencia entre ambas plantillas es inmensa y los precedentes tampoco ayudan: el Real Valladolid solo ha logrado la victoria en el Bernabéu tres veces en toda su historia. Los de Chamartín pretenden alcanzar a Barcelona y Atlético en lo más alto de la clasificación y no tienen en mente dejarse ningún punto en este encuentro. Vienen manteniendo un altísimo nivel y en su estadio es aún más complicado buscarle las cosquillas. Llegados al mes de diciembre, se podría decir que ambos equipos siguen tónicas totalmente opuestas: mientras que los blanquivioletas no convencen y coquetean peligrosamente con el descenso, los merengues asustan con su multimillonaria plantilla y sus piezas van encajando cada vez mejor.

Vuelta al sistema 4-2-3-1

No han cambiado demasiadas cosas en el Real Madrid desde la emigración a Londres del señor Mourinho, pero sí hay algo que cabe destacar, además de la archiconocida llegada de Gareth Bale, son las dudas en la distribución táctica del equipo. Desde su aterrizaje en la capital, el nuevo entrenador madridista prefirió la distribución táctica del 4-3-3 al anterior 4-2-3-1. Se afianzó un trivote en el que Khedira era pieza clave, pero, tras la reciente lesión del alemán, surgió el problema de cómo reestructurar el once. Tras varios experimentos, el contratiempo se solventó volviendo alsistema 4-2-3-1 de la temporada pasada. Este cambio ha trastocado toda la planificación que imperaba en el centro del campoy el equipo ha sufrido una pequeña variación.

Xabi Alonso e Illarramendi conforman el doble pivote. Ambos se han complementado de maravilla durante los minutos que han coincidido sobre el campo. Mueven el balón con muchísimo criterio y aportan un granequilibrio defensivo tapando las subidas de los laterales. Uno se escora a la izquierda y otro a la derecha, indistintamente. Esto sucede sobre todo a la hora de defender o replegar; están muy atentos y acertados haciendo las coberturas a los laterales. En ataque se turnan: uno baja a recibir el balón de los centrales y el otro se escalona para dar salida a la posesión y superar así una línea del rival enlazando con la mediapunta o con los extremos.

 

Áreas de acción de Xabi Alonso e Illarramendi ante la Real Sociedad.

En la mediapunta vuelve Isco, sin duda el más beneficiado por la vuelta a este patrón de juego. El talentoso “jugón” de Arroyo de la Miel, bastante cuestionado en el último mes, ha recuperado su sitio en el once y ha cuajado dos muy buenos partidos ante Almería y Galatasaray, marcando en ambos. Su calidad es sencillamente abrumadora; merece la pena pagar la entrada al estadio sólo por verle hacer diabluras con el cuero pegado al pie. Conducción, regate, último pase, gol, visión de juego, etc.

Tampoco hemos de olvidarnos de Modric o Casemiro. El croata, que puede jugar tanto de mediocentro o como en la mediapunta, es uno de los fijos del equipo en el último año. Con Mourinho rindió a un grandísimo nivel siendo de los hombres más destacados del equipo madridista en la segunda mitad de la campaña pasada. Con Ancelotti quizá le está costando un poco más, pero sus actuaciones este comienzo de temporada también han dejado muy buenas sensaciones. Puede que se haya visto relegado al banquillo con tanto cambio, pero sin duda dispondrá de muchos minutos. Talento y elegancia en la medular. Por otro lado, está el caso de Casemiro, que tras la lesión de Khedira seguro verá aumentada su participación en el equipo. Joven y con aptitudes de sobra para triunfar, cuando ha salido lo ha bordado.

Xabi Alonso, omnipresente

Si hay un jugador imprescindible para el buen funcionamiento del equipo de la Castellana ese es Xabi Alonso. ¡Cuánto le ha echado de menos el equipo en su ausencia! El tolosarra es el faro de este grupo y sin él en el campo, no es lo mismo. Ya dijo esta semana su amigo Arbeloa: “No hay un futbolista como él en el mundo, ningún equipo depende tanto de un jugador como nosotros de él”. Y no le falta razón. Alonso es uno de esos jugadores que hace mejores a sus compañeros. Si lo tienes a tu lado, todo es mucho más sencillo. Está claro que en esto de darle patadas a una pelota, el centrocampista vasco es un aventajado. Tiene un guante en su pierna derecha, lo que le convierte en un jugador valiosísimo a balón parado. Posee sin duda alguna, el mejor pase en largo que jamás se ha visto en un campo de fútbol. Le da igual que su compañero esté situado a un metro de distancia o que esté esprintando a 50 metros y rodeado de tres contrarios; el balón le llegará al pie.

        

Xabi Alonso dirige a sus compañeros desde la medular. (Foto: Defensacentral).

El Real Madrid sin Xabi Alonso es un equipo que tiene dificultades en la distribución y problemas en las transiciones defensivas. Da pausa y ritmo al mismo tiempo. Poquísimos jugadores, contados con los dedos de una mano, son capaces de dotar a su equipo de velocidad y calma, de rapidez en el contraataque y toque en la posesión. Es el equilibrio personificado. Hace todo y todo lo hace bien. Ataca, defiende, ayuda al compañero, aguanta la posesión, asiste… La gente no aprecia el trabajo “sucio” que desempeña, la cantidad de campo que abarca durante los partidos. Detrás de esa elegancia y finura se esconde un atleta incansable, un verdadero jugador de equipo que se desfonda en cada acción y que no para de trabajar para facilitar la labor de sus compañeros. Pierde poquísimos balones mientras que sus robos son incontables. 

Florentino sabe que, lamentablemente, Alonso no durará eternamente, y es por eso que ha fichado a dos jóvenes talentos como Illarramendi y Casemiro para sucederle en un futuro no muy lejano. Asier Illarramendi, salvando las distancias, comparte cualidades con el 14 blanco y comparten también procedencia, ya que ambos se formaron en los campos de Zubieta. El chaval tiene que estar contento, aprenderá al lado del mejor.

Sin Cristiano

Esta vez el gol no será cosa del de siempre. A absolutamente todos los aficionados del Real Valladolid, sin excepción, se les iluminaron los ojos cuando recibieron la noticia de que la máxima amenaza del Real Madrid no se vestirá de corto esta noche. Tras unas molestias musculares la pasada jornada frente al Almería, Ancelotti prefiere no arriesgar con el portugués. Las opciones del Pucela de sacar algo positivo del Bernabéu, por remotas que puedan parecer, son seguro mucho mayores ahora que el de Madeira no tendrá opción de perforar la portería de Mariño.

Y el temor hacia su figura está justificado. Si ya desde el primer día que llegó al club se convirtió en el buque insignia del madridismo, en este año 2013 ha dado un paso más y está batiendo todos los registros. El crack portugués lleva la friolera de 25 goles en tan solo 18 partidos, siendo el máximo goleador tanto en Liga como en Champions League. Son ya 163 tantos en 149 encuentros con la zamarra madridista, que le convierten en el quinto máximo goleador de la historia de club. Por no hablar de su extraordinario rendimiento con su selección, a la que él solito metió en el Mundial de Brasil de este verano tras anotar 4 goles -todos los de su equipo- en la repesca. Asusta solo de pensarlo. Cuando el equipo no ha funcionado ahí ha estado él para sacar el partido adelante -quizá en excesivas ocasiones-.   

            

Con la ausencia del  7 blanco se interrumpe el tridente Cristiano-Benzema-Bale que tantas alegrías han dado a la afición madridista. Sin Ronaldo, serán otros los que deberán mantener la racha goleadora del grupo. Al luso le sustituirá el siempre fiable Di María, que ha demostrado sobradamente su enorme calidad en lo que va de campaña, así como un elogiable derroche físico. Su recorrido y su velocidad son cualidades muy preciadas en un quipo de contraataque. Su estado de forma es magnífico y su compromiso con el escudo, irreprochable.

Por la otra banda cabalgará el fichaje Bale. Grandísima incorporación que, sin estar aún al 100%, ya hace las delicias de los aficionados merengues. Ya nadie habla de los desorbitados 91 millones que costó su fichaje. Potencia, aceleración, rapidez, fuerza… Como su admirado Cristiano, es todo un portento de la naturaleza. Lo cierto es que no comparten únicamente su poderío físico, pues el galés posee un endiablado golpeo de balón que nada tiene que envidiar al de su amigo. Con 7 goles en Liga es ya el segundo goleador del equipo y se ha metido a la afición vikinga en el bolsillo. Igual que ocurre e con “el fideo”, sus cualidades son perfectas para salir a la contra. Es un fuera de serie, pero con solo 23 primaveras en su haber, será aún mejor. 

Por último, tenemos a Karim Benzema en punta. El francés está desempeñando otra función distinta a la de marcar goles. Esta temporada con Carlo, el tímido ariete cumple otro rol en el equipo: se asocia con sus compañeros para buscar las mejores ocasiones de peligro. Trabaja en ataque pero él no es el que suele definir. Se sitúa en el campo como delantero referencia con el objetivo de buscar la espalda de los defensas y abrir huecos a Bale y Cristiano –esta noche Di María-. Y parece que le está funcionando perfectamente. Hasta hace unas semanas era muy criticado por su falta de acierto, su falta de participación en el juego y su carácter apático, pero desde que desempeña su nuevo papel en la ofensiva madridista ya no se oyen críticas, el equipo golea. Atesora una inmensa calidad en sus botas. Es bastante irregular, pero si está en forma resulta determinante.

               

Áreas de acción de Benzema y Bale ante el Almería. 

Llegados desde la cantera nos encontramos con Morata y Jesé, dos jovencísimos talentos que están llamados a liderar la ofensiva madridista los próximos años. Obligados a madurar muy temprano en un equipo lleno de estrellas,  esperan contar con minutos y poder ayudar al equipo cuando sea necesario. Ambos internacionales sub 21 cuentan con el cariño absoluto de la afición vikinga, que desea descubrir en ellos los nuevos Raúl y Butragueño.

La defensa, su talón de Aquiles

No todo son buenas noticias en Chamartín. Si la temporada pasada los madridistas contaban con una zaga sin fisuras que constituía una de las principales bazas del equipo de Mourinho, este curso las cosas han cambiado. La asignatura pendiente para el técnico italiano está siendo sin duda la defensa. El Real Madrid recibe demasiados goles. A pesar de las notables actuaciones tanto de Diego López en Liga como de Iker Casillas en Europa, el equipo ha encajado 22 goles en 19 partidos oficiales en lo que va de temporada, algo inusual en un equipo de tal magnitud. Hablando claro, la defensa es un “coladero”. Los desajustes en la retaguardia madridista son constantes. Se cometen pérdidas de la posición, errores en la marca, fallos de concentración… Tácticamente el equipo blanco aún no está lo suficientemente trabajado y sufre atrás. 

Por un lado Sergio Ramos, uno de los mejores centrales de la década y jefe de la zaga del Real Madrid y de la Selección Española, atraviesa un preocupante momento de forma. No está siendo el central infranqueable, expeditivo y poderoso que todos conocemos y eso el equipo lo nota sobremanera. De hecho, el de Camas ha pasado de ser el único indiscutible en la defensa a verse en entredicho por primera vez desde que llegó al club. Raphael Varane, por su parte, tiene en vilo a todo el madridismo con unos problemas de rodilla que no logra dejar atrás. El jovencísimo defensor, que durante el curso pasado dejó a todos boquiabiertos con sus excelentes actuaciones -mención aparte su antológico partido de Copa en el Camp Nou-, no ha tenido continuidad en el juego debido a esta lesión y en lo poco que ha jugado en estos últimos meses se le ha visto mermado físicamente y fallón.

Es irónico que el único fijo en el centro de la defensa sea Pepe, tantas veces discutido. En los laterales Ancelotti no lo tiene nada claro y cuatro jugadores se han repartido los minutos en las dos posiciones. En el lateral izquierdo Marcelo ha tenido bastante más participación que Coentrao debido a la lesión muscular y posterior recaída del luso. Es sin embargo el lateral diestro el que ha suscitado debate en la capital. Por diversos motivos ni Arbeloa ni Carvajal terminan de contentar al míster. El primero, a pesar de su garra y sus incuestionables aptitudes defensivas, no es precisamente un prodigio técnico y sufre con el balón. Con el segundo ocurre todo lo contrario; aporta mucho más ofensivamente y su derroche físico también es elogiable, pero su juventud e inexperiencia le juegan malas pasadas y comete errores defensivos demasiado a menudo. Nacho Fernández, ya convocado con la Selección absoluta, es un comodín de garantías para la retaguardia merengue. Capaz de jugar de central como en ambos laterales, ha cumplido a las mil maravillas cuando ha tenido una oportunidad.

Se ha criticado la falta de coordinación entre los defensas del Real Madrid como causa de esta debacle, algo que sorprende, pues se conocen de sobra. La única incorporación en dicha zona es la de Dani Carvajal, que es canterano del club y ha estado únicamente una temporada fuera del mismo. A pesar de todo esto, los problemas defensivos no son únicamente responsabilidad de los zagueros. Importantísima es la perfecta cohesión y armonía entre la defensa y el centro del campo para construir un equipo sólido y compacto, y las numerosas caras nuevas en la medular seguro que no han ayudado en este aspecto. Lo único que sí sabemos con certeza es la vulnerabilidad del Real Madrid y eso, sea como sea, lo debe aprovechar el Pucela.Social Media for Business here Más noticias sobre



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