Se marchó en 2011 por la puerta de atrás, tras dimitir. Messina regresa como técnico del CSKA para medirse a un Madrid líder
Han cambiado mucho las cosas para uno y otro en este tiempo. Precisamente por eso, aquel 4 de marzo de 2011 parece muy lejano, cuando no lo es tanto. El Real Madrid ha pasado a ser el gran favorito de las casas de apuestas para ganar la Euroliga. Es el actual campeón de Copa y su hegemonía en España no la discute ya ni el propio Barcelona Regal.
Enfrente, Ettore Messina ha tenido tiempo de hacer un viaje de ida y vuelta a Los Ángeles. Viaje de un año de duración, en el que estuvo empapándose de los métodos de la NBA. Ayudando en los Lakers de Mike Brown. Regresando a sus orígenes de técnico ayudante y rebajando la tensión que le llevó a abandonar el banquillo del Real Madrid.
Ahora, casi dos años después de que separaran sus caminos, el destino les vuelve a unir en el Palacio de Deportes. El Madrid con Laso al frente es el líder del Top 16, invicto tras cinco partidos y aspirante a estar en la siguiente fase por derecho propio. Messina, al mando del equipo que más éxito le dio en Europa, solo ha perdido un partido con el CSKA en esta fase, el que le ganó Marcus Williams para Unicaja hace una semana.
Una de las incógnitas del encuentro será comprobar cómo recibe al italiano la afición del Real Madrid, muy crítica con su gestión del equipo durante su estancia en la capital. Para unos, Messina fue honesto y se marchó cuando vio que el vestuario se le había ido de las manos. Para otros, es un traidor que dejó al Madrid en la estacada. En cualquier caso, y visto lo visto, aquella decisión fue buena para los dos.
Esta noche (20.45 horas) se enfrentan los que a día de hoy, y con permiso del Barcelona Regal, son los máximos favoritos al título. Un conjunto plagado de estrellas que han entendido la filosofía que no supo inculcar en Madrid Messina. Aaron Jackson y Teodosic en la dirección, Sonny Weems, Khryapa y Christmas en el perímetro y la fortaleza de Krstic, Kaun y Erceg en la pintura. Un equipazo a la altura de cualquiera, ante el que el Real Madrid deberá mostrar sus credenciales de aspirante.
Sin bajas en la plantilla, Laso volverá a utilizar los mismos argumentos de siempre, oponiendo al estatismo y la defensa rusa un juego veloz y de ataque al que está acostumbrado el Madrid. Será importante la defensa de Draper sobre Teodosic (el americano ya fue clave para frenar a Diamantidis hace una semana) y la versatilidad de Mirotic y Slaughter, pívots más veloces que los del CSKA.
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