Sin tiempo para poder digerir las polémicas decisiones arbitrales en el pasado encuentro de ida de cuartos de final de Copa del Rey entre Real Madrid y Valencia, la plantilla valencianista prepara la visita liguera que tendrá que afrontar el conjunto de José Mourinho en la jornada 20 de Liga. Ya desde el mismo día en el que el Valencia salió derrotado en Copa la afición 'che' calentaba en todos los foros el recibimiento a los madridistas, quienes ahora se encuentran con las declaraciones de otro jugador que tiene ganas de tomarse el encuentro como una auténtica revancha.
"Todos tenemos muchas ganas de jugar el partido y tomárnoslo como una revancha", explicó Roberto Soldado, quien opta por afrontar la última polémica arbitral como el Real Madrid como una circunstancia que "tiene que unir todavía más" al valencianismo. "Nos tiene que servir para hacernos mucho más fuertes", explcaba el delantero.
Soldado es el primero que reconoce haber acabado el choque copero "muy caliente", pero esta vez opta por enfriar el ambiente y desviar la atención para que esta vez, en Liga, los colegiados no se vean afectados por la presión del público.
Un mal recuerdo
Mestalla, por su parte, recibirá al Real Madrid más de un año después de que se viviera allí uno de los partidos entre Valencia y Real Madrid. El encuentro estuvo marcado por el color de las cartulinas que vieron numerosos jugadores de ambas escuadras, protagonizando algunos de ellos, como Sergio Ramos y David Albelda, imágenes que se escapaban de las acciones meramente deportivas.
Por si esto no fuera suficiente, una posible mano de Higuaín que evitaba el empate valencianista en el último minuto provocó el incendio definitivo. Los directivos del Valencia, indignados, cargaron contra la retransmisión de televisión acusando de omitir una repetición clave para valorar la jugada. El Real Madrid, en boca de su capitán Iker Casillas, sentenció: "Ha tocado con el pecho". Y a pecho es como se han tomado las últimas polémicas arbitrales en Mestalla, donde ni una 'Mascletà' podrá acallar el presumible recibimiento caliente a los madridistas.
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