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lunes, 10 de diciembre de 2012

La continuidad de Mesut Özil en el Real Madrid depende de la de ...

EcoDiario.es | 10/12/2012 - 7:50
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Özil celebra su segundo gol al Valladolid | Reuters
En profundidad

Mesut Özil se ha convertido en la nueva referencia del Real Madrid. El jugador alemán y su partidazo frente al Valladolid han vuelto a colocarle en el pedestal del que él mismo se bajó (con la ayuda de Mourinho) hace apenas unas cuantas semanas. El luso no confiaba en él por cuestiones que se centraban fundamentalmente en la pizarra. A 'The Special One' no le gustaba el trabajo de Özil sin balón.

El mediapunta se llevó buena parte de las broncas del inicio de temporada e incluso se convirtió en el nuevo hombre señalado por el técnico. Cambiado una y otra vez, su situación llegó a protagonizar una de las broncas más serias en el vestuario del Real Madrid. Al ser cambiado frente al Deportivo, Ramos decidió enfundarse su camiseta debajo de la que ya llevaba para dedicarle un tanto y, de paso, lanzarle una puya a su técnico.

Pero eso, como decíamos, es agua pasada. Özil es hoy otro y lo es, en parte, por un asunto que apunta al futuro del Real Madrid. La posibilidad de que Mourinho abandone el banquillo del Bernabéu le ha hecho ganar confianza. Y es que él lo tiene claro. Su futuro en la casa blanca depende de la de Jose Mourinho

Futuro en blanco

Según El Confidencial, el mediapunta tiene claro que se quedará en el Real Madrid. Lo tiene claro porque también tiene claro que Mourinho se irá. Así se lo habría confesado al vestuario, especialmente al sector español del que se siente uno más por sus vínculos afectivos con el propio Sergio Ramos.

De no ser así, de no marcharse Mourinho, Özil lo tendría claro: pediría su marcha del Real Madrid. Porque él, jugador creativo y de elevada clase, está harto de algunas de las peticiones que le hace el entrenador. Al portugués no le vale con que Özil sea capaz de inventar pases imposibles, regates fugaces o faltas de fantasía. No. Mou quiere más.

Ya lo dijo el sábado Karanka. "Özil ha hecho lo que se le exige, que trabaje sin la pelota y lo de todo sin ella", comentó el segundo de Mourinho. Para el cuerpo técnico, Özil no puede ser el alma libre que pretende. No.

Debe currar como el que más. De hecho, el curso pasado, trataron de convertirle en una pieza más del famosos 'triángulo de alta presión' con el que 'The Special One' bautizó al trivote merengue. Frente al Barça, en el primer duelo liguero en el Bernabéu, el sacrificado fue Khedira. Özil lo sustituyó y Mourinho le pidió que hiciera lo mismo que el pivote, pero añadiendo la creatividad que le caracteriza. La fórmula, lógico, naufragó, y el técnico respondió sacrificándolo el siguiente partido frente al Sevilla.

Fueron tiempos también complicados. En la cena de Navidad, algunos directivos filtraron que se le buscaría equipo, que no estaban contentos con él, que no era un hombre sacrificado. Sin embargo, Özil guardó silencio e hizo lo que mejor sabe: jugar al fútbol. Su pase a Cristiano Ronaldo en el 1-2 del Clásico jugado en el Camp Nou fue la redención que necesitó para, no sólo seguir en el Real Madrid, sino hacerlo con galón de hombre clave.

Hoy, casi un año después del Clásico que casi lo sentencia, el alemán de origen turco vuelve a renacer de sus cenizas para desvincular su futuro de Mourinho y anclarlo más al del Real Madrid. Algo similar a lo que sucede con Cristiano Ronaldo. Parece que el probable adiós del entrenador provoca más sonrisas que lágrimas en su vestuario.



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