Ampliar Los jugadores del Real Madrid, ayer en la sesión de entrenamiento en el Inönü, del Besiktas. | Jesús Aguilera El mal estado del césped del Turk Telekom Arena llevó al Madrid a entrenarse en el vetusto Inönü del Besiktas, un estado cargado de historia. Primero, por ser familiar para algunos madridistas. Allí tuvo una aventura fugaz en los banquillos Vicente del Bosque tras tener que abandonar el Madrid en 2003 y allí fue ídolo fugaz Guti cuando, precisamente, Mourinho le invitó a salir de la entidad blanca.
Después, por la historia que tiene en sí mismo este antiguo estadio en el que su primera piedra fue puesta en 1939 y que tuvo que esperar al final de la Segunda Guerra Mundial para ser inaugurado en mayo de 1947. Seguro que, por antiguo, no fue el escenario más cómodo para la sesión, aunque los empleados del Besiktas se afanaran, corriendo de un lado para otro bajo la lluvia y portando a esforzadamente porterías móviles un tanto oxidadas.
Estaba anunciada la afluencia masiva de aficionados del Besiktas, rival antagónico del Galatasaray (como el Fenerbahçe) para apoyar a los blancos. Al final, la mala meteorología dejó la cifra en poco más de 50. Y Mourinho, en un gesto de condescendencia con los animosos hinchas, decidió dejarlos pasar y tanto ellos como la prensa desplazada pudo ver la sesión al completo. Como el hijo del técnico, acompañado en todo momento por Agustín Herrerín, delegado de campo en el Santiago Bernabéu, que se ha convertido en un asiduo a los viajes de Champions (por decisión del entrenador portugués).
Ánimos. Los aficionados turcos se hicieron notar. Cristiano fue, junto con Özil y con diferencia, el más aclamado. Al turco-alemán incluso le perdonaron el haber elegido Alemania como selección en lugar de Turquía a juzgar por sus continuos gritos de ánimo que terminaron con un rotundo: "¡Mesut Özil, ven a saludar!". Se esforzaron, incluso, por entonar cánticos en un poco correcto español: "¡Campeones, campeones oe, oe".
El técnico enseñó poco en lo deportivo. Los cuatro porteros se alternaron en los ejercicios, y a Casillas se le vio en varias ocasiones actuar en los rondos mientras Silvino Louro hacía portería con Diego López. Después, Mou metió a la mitad de sus jugadores en el vestuario y se quedó con ocho para formar dos equipos de cuatro, con Casillas, Diego López y Adán alternándose en las porterías. Después se unió Jesús y se quedaron 15 minutos más que el resto trabajando bajo la lluvia con Louro.Social Media for Business here
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