Si hay un campo que José Mourinho conoce bien, ese es el Camp Nou. De discreto inquilino a incómodo invitado. Visita obligada temporada tras temporada, acompañada de emoción, morbo, polémica y, lo más importante, de resultados. Aspecto que el técnico portugués ha logrado mejorar con el paso del tiempo. Una vez más, Mou volverá a sentarse en el banquillo azulgrana. Un hecho que nunca pasa desapercibido.
Siete son las visitas del luso a casa del eterno rival desde que inició su etapa en el Real Madrid. Tres en el torneo doméstico, dos para disputar la Supercopa de España y una en el caso de la Copa del Rey y de la Champions.
Aunque ya había visitado el Camp Nou e incluso silenciado el estadio culé con anterioridad con otros equipos, Mourinho pagó la novatada en su primer viaje a Barcelona como técnico merengue. El conjunto azulgrana arrolló al eterno rival con un apabullante 5-0 y sacó los colores al entrenador portugués. "El Barcelona es un producto acabado y al Madrid le falta mucho para serlo", fue la resignada respuesta de Mou tras el partido.
Esa misma temporada, el destino quiso que Mou se jugase llegar a la final de Champions en la Ciudad Condal. La decepción se repitió y, aunque el Madrid logró salir con un empate, la renta obtenida por los de Guardiola en el Bernabéu dictó sentencia. Días antes, el portugués había declarado que sería “imposible” ganar en el Camp Nou en referencia a las decisiones arbitrales, y un polémico tanto anulado a Higuaín consiguió que la plantilla secundara su denuncia.
Nueva tendencia
El cambio de rumbo llegó en su tercera visita. El Barcelona volvió a ganar, esta vez en Supercopa (3-2) y Mou perdió los papeles con el incidente con Tito Vilanova e ironizó sobre el mal gesto. "Sobre 'Pito' Vilanova o como se llame este, no tengo nada que ocultar, las cámaras lo han visto todo". Pero el Madrid dejó una buena imagen y el camino para igualar fuerzas estaba marcado.
En el 2012, cuatro visitas con dos empates (en cuartos de Copa y el último enfrentamiento en Liga), una victoria (la que sentenció la Liga la pasada temporada) y una única derrota (3-2 en la Supercopa de España). Resultados que quiza hagan cambiar de idea al propio Mou: “En el vestuario los jugadores dicen que es imposible ganar aquí”, decía el portugués hace casi justo un año. Sus últimas visitas le contradicen. Difícil sí, pero no imposible.
jaime.rincon@marca.com
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