El Deportivo quería un golpe anímico ante el Real Madrid, más allá del resultado (1-2). Acabó perdiendo después de una gran primera parte, a medio camino entre una aseada disposición local y la apatía del rival. Riki volvía a dar alas al Dépor con un nuevo gol y la hinchada soñaba con otra noche mágica contra el Madrid, como las que alumbraron buena parte de los últimos 20 años. Pero la entrada de Cristiano Ronaldo desde el banquillo y las reminiscencias del talento de un jugador del calibre de Kaká le dieron la vuelta al marcador e infligieron una nueva derrota al Deportivo. Se fue despedido con aplausos de su afición, cabeza alta en la caída, pero al fin y al cabo igual de colista y con al menos una nueva baja en defensa para trabajar durante la semana.
Veremos si pesa más en lo anímico la sexta derrota consecutiva o la buena imagen durante 45 minutos y el feedback positivo de la afición. El Deportivo tenía un guión aprendido. A pesar de la aparición de Valerón en el once incial, los planes de Fernando Vázquez no pasaban por la iniciativa, sino por lo contrario: reducir al máximo los riesgos de las contras del Real Madrid, darle la pelota al equipo blanco y atacar sus flancos de manera rápida. Y en la primera parte el esquema funcionó a la perfección. Ayudaron factores externos al Dépor: la alineación del Madrid, la suplencia de Cristiano Ronaldo, la astenia de Modric, la baja forma de Marcelo... El Dépor se fue al descanso con ventaja en el marcador, con su portería a cero (una de las contadísimas veces en toda la temporada) e incluso con la posibilidad de un marcador más amplio porque erró ocasiones clarísimas.
Valerón estuvo trabajador y afilado en ese primer toque que marca las diferencias. Pizzi fue esa dinamo ofensiva si acaso a veces individualista de más. Incluso Bruno Gama resembló al jugador que marcaba diferencias en Segunda, ayudado por el sobrepeso de Marcelo. Abel Aguilar se descolgaba en ataque, mientras que en defensa el Dépor achicaba bien y tiraba la línea de fuera de juego con éxito. Libre de Evaldo, el carril zurdo no concedió espacios a Di María. El Madrid no tuvo creatividad en los pies de Modric ni de Kaká, y las pocas contras que enganchó fueron menos con la ausencia de Cristiano.
Pizzi había rozado la escuadra en un disparo de rosca preciosa poco antes de que Riki acertase. Inició Valerón, asistió Pizzi y definió el de Aranjuez, resuelto a convertirse en el mejor delantero del Deportivo en una década. Disparó violento y encontró la ayuda de Diego López, que no cerró su palo. El gol desnudó aún más la imposibilidad del Real Madrid para generar juego. Higuaín y Callejón buscaban pases en profundidad pero la defensa del Dépor les dejaba inhabilitados. Ni siquiera el cambio obligado de Silvio (noqueado tras un choque con Aranzubía) alteró la armonía de la zaga blanquiazul, que sólo concedió una clara oportunidad: en el tiempo añadido del primer tiempo, cuando Callejón no controló bien y permitió que Aranzubía le arrebatase la pelota.
Marcelo sacó bajo palos el disparo de Pizzi, Riki no encontró portería y Bruno Gama se topó con Diego López en tres jugadas de gol que el Dépor erró antes del descanso. Vibraba la grada mientras en el banquillo quizás Fernando Vázquez se preguntase si no echaría de menos esas ocasiones más adelante. El Real Madrid cambió el chip en la segunda parte, abochornado por la pobre actuación de muchos de sus suplentes. Callejón se anticipó en dos acciones consecutivas centradas desde la izquierda antes de que Mourinho introdujese a Cristiano Ronaldo, Özil y Khedira. El Deportivo replegó velas y por encima perdió a Kaká lesionado. Con una defensa de circunstancias (Bergantiños, Marchena, Jesús Vázquez y Ayoze), castrada la capacidad del entrenador de jugar con otras opciones en el segundo tiempo, el equipo blanquiazul acusó el modesto cambio de velocidad y actitud de su rival. Perdió la referencia de Valerón, Riki se aisló a pesar de que todo lo jugaba con criterio y se diluyeron las alas portuguesas.
El Real Madrid seguía estampándose contra el fuera de juego que anuló sendos goles de Higuaín. Marcelo celebraba el gol con su derechazo pero encontró el cuerpo de Abel Aguilar. La inercia de la entrada de Cristiano Ronaldo, que hizo sufrir un martirio a Álx Bergantiños, cambió por si sola el rumbo del partido. El Madrid apretó aun sin jugar redondo. El relevo final de Riki por Nélson Oliveira supuso el adiós del Deportivo a su fútbol ofensivo. Amagó Cristiano en dos ocasiones pero fue Kaká quien culminó la remontada. Carvalho anticipó al tibio Nélson y Kaka rompió las líneas de la defensa del Dépor. Cristiano le reglaó a Higuaín el 1-2. El Deportivo, que había hecho un esfuerzo titánico, ya no pudo sacar la cabeza. Por muy alta que la mantenga en la derrota, el colista no pudo sacar un punto que sería fundamental en lo anímico.
1 Deportivo de La Coruña: Aranzubia; Sílvio (Álex Bergantiños, min.25), Marchena, Kaká (Jesús Vázquez, min.58), Ayoze; Abel Aguilar, Paulo Assunçao; Bruno Gama, Valerón, Pizzi; y Riki (Nélson Oliveira, min.74).
2 Real Madrid: Diego López; Arbeloa, Pepe, Carvalho, Marcelo (Khedira, min.57); Essien (Özil, min.57), Modric (Cristiano Ronaldo, min57); Di María, Kaká, Callejón; e Higuaín.
Goles: 1-0, min.35: Riki. 1-1, min.73, Kaká. 1-2, min.88, Higuaín.
Árbitro: Álvarez Izquierdo, del colegio catalán. Expulsó por doble amarilla, en la misma acción, a Di María (min.91). Además, mostró amarilla a Carvalho (min.17), Marcelo (min.54) y Callejón (min.66), por parte del Real Madrid; y a Pizzi (min.39), Abel Aguilar (min.63) y Ayoze min.71), por parte del Deportivo.
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