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Después de tres años en el cargo, José Mourinho abandonará el Real Madrid el 1 de junio y tras de sí dejará un legado nada fácil de gestionar para el nuevo dueño del banquillo blanco. Ya sea Ancelotti, el principal favorito, Heynckes, Klopp, Benítez, Villas-Boas o Laudrup, el nuevo entrenador del Real Madrid tendrá que recuperar a un vestuario desgastado y dividido, y que en las últimas fechas ha estado sometido a constantes ataques tanto por parte de la afición como de los técnicos.
Entre las ocupaciones que tendrá el nuevo inquilino del banquillo están evaluar la condición anímica de una plantilla sometida a un gran desgaste en estos últimos tres años y buscar su compromiso para el nuevo proyecto. Además deberá analizar su estado físico y establecer una buena planificación para la temporada entrante. Por último, será vital determinar las altas y las bajas en una plantilla con jugadores que han rendido por debajo de lo esperado en la última temporada.
Entre las decisiones más importantes está el debate de la portería. Mourinho decidió sentar en el banquillo a Iker Casillas, capitán del equipo y un fijo en la selección española. Diego López, su sustituto, ha realizado un buen final de temporada, por lo que la decisión no es sencilla y podría crear problemas dentro del vestuario si no se hace con delicadeza.
Recuperar la ambición de una plantilla ninguneada y llevada al extremo por su técnico anterior será otro de los retos. Si logra obtener el compromiso de todos sus hombres, incluso de los que no han contado con demasiada confianza del portugués como Benzema o Marcelo, la remodelación de la plantilla no debería ser muy profunda. Sin embargo, los laterales parecen ser el talón de Aquiles del equipo.
El estado físico de los jugadores será otra de las grandes sorpresas con las que se encontrará el nuevo técnico. No es un secreto que Mourinho suele exprimir al máximo a sus jugadores y si, como criticó Rafa Benítez al hacerse cargo del Inter, el Madrid no ha hecho un trabajo adecuado en la preparación en los últimos años, las dificultades para el nuevo técnico podrían ser todavía mayores.
Si ya es difícil tomar los mandos de un vestuario del tamaño del Madrid, es una incógnita como será recibido el nuevo míster tras la dura etapa que han vivido los jugadores a las órdenes de Mourinho. El hecho de que muchos hayan pedido la salida del portugués podría hacer las cosas más fáciles al técnico entrante, pero difícilmente volverán a soportar actitudes tan críticas como las del entrenador de Setúbal.
En definitiva, el nuevo entrenador heredará una plantilla mermada en lo anímico y con necesidad de renovación en algunos puestos. Los de lateral y el delantero son los que más preocupan. Además habrá de analizar de manera profunda el estado de una plantilla sometida a una gran presión en los últimos años. Los precedentes en los equipos que ha dejado Mourinho a lo largo de su carrera no son nada halagüeños. La sequía de títulos y resultados de esos conjuntos son el mejor ejemplo de la titánica labor que tendrá entre manos.Social Media for Business here
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